Capítulo 36

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(...)

Narra Amy

Me levante de la cama y salí de la habitación. El sol estaba radiante hoy y no cabía duda de que podría salir a correr una hora. Mire el sillón y allí en ese sillón estaba Aaron acurrucado durmiendo plácidamente.

Camine hasta la cocina y hice desayuno. Lo serví en la mesa y escuche los ruidos en la sala.

-Buenos días amor.-Sentí sus brazos rodear me la cintura y beso mi mejilla. Acto que me hizo sonreir.-Huele mucho a tocino y por eso me desperté.-Me gire y bese sus labios.

-Aún no te perdono así que puedes sentarte.-Lo volví a besar y este sonrío con tristeza.

-Esta bien.-Escuche un pequeño gruñido y la verdad era que me encantaba molestarle.

-Mentira gruñón, estas perdonado.-Se giro sonriente y me abrazo con fuerza. Comenzó a besar todo mi rostro y yo solo pensaba en lo cursi que era Aaron. Nos separamos y fuimos hacia la mesa a comer tranquilos.

-Hoy no llegare en la noche, tengo que atender la cafetería en turno nocturno y solamente me lo asignaron a mi y a otro compañero de trabajo.-Asentí.

-Yo saldré con las chicas hoy, llegare tarde pero no tanto. Llévate ropa en una mochila. Por favor tráete aunque sea un bizcocho con todos los dulces mezclados de tu heladería.-Asintió sonriendo.

-Tu y tus mezclas asquerosas.

-No lo son. Son mezclas gustativas, son esenciales para el baño.-Me reí al igual que él.

-¡Por Dios Amy estamos comiendo!-Me reí mucho más fuerte hasta que me dolió el estomago.

-En realidad no es así simplemente.-Volví a reírme al ver su cara de asco mientras veía la comida. Tocaron la puerta y me levante dejándolo solo en la mesa. La abrí y mis ojos no podían estar mas abiertos por que si no se me saldrían.

-Hola, Amy.-Mis piernas comenzaron a temblar y al momento que intente cerrar la puerta este la abrió con fuerza haciendo caer.

-¿Que... que haces aquí?-Dije casi intentando respirar.

-Tu sabes que hago aquí no te hagas. Claro, vine a hablar y nadie lo va a impedir.-Se escucharon pasos detrás de mi y me tomaron por los brazos para luego quedar detrás de el cuerpo de Aaron.

-Nadie quiere hablar contigo Chad.-Su mirada era de puro odio. Sonrió sarcástico.

-Todos hoy quieren hablar conmigo, ¿sabes por que Amy? ¡Por que me culpas te a mi y a mi padre de algo falso! ¡Eres una perra!-Aaron solo se quedo allí mirándolo. Sabía que estaba controlando sus impulsos de ir y romperle cada hueso del cuerpo.-¿Sabes otra cosa Amy? Ayer por la noche vine aquí a pedirte perdón por que incluso si piensas bien eladre de Aaron me secuestro y me obligo a decirte todo lo que te dije. ÉL era el que quería separarte de Aaron. ¡No YO!-Grito con fuerte.

Saque a Aaron de al frente mío y me acerque a Chad.

-¡No tienes derecho a venir aquí a pedir perdón ni una mierda! ¡Fuiste parte de eso! ¡Incluso tu padre me envió un mensaje con una foto de una conversación que tuviste con el padre de Aaron! ¡No me jodas más!-Grite dándole un puñetazo en la nariz provocando que saliera sangre.

-¡Tu me culpas de todo! ¡Mi padre miente!

-¡Ya veo de donde heredas las mentiras! ¡Eres patético!

-¡Y tu eres una sorda maniática que no quiere escuchar la verdad! ¡Que creen en todo lo que le dicen y no le pregunta a nadie ni por una puta vez en su maldita vida!

-¡Al menos no miento MALDITASEA! ¡Al menos soy fiel a la persona que amo! ¡AL MENOS TENGO ORGULLO Y NO CORRO A PEDIR PERDÓN POR QUE NO LO MEREZCO! ¡NO MERECES NADA CHAD!-Estaba llorando de tanta cosa.-¡Tu provocas te que te dejará! ¡Tu mismo Chad! ¡Mataste cada uno de mis sentimientos por ti! No digas que creo en todo lo que me dicen por que con tus actos vi que no te importaba un carajo.-Chad pareció recibir dolor, por que sus ojos se cerraron y al instante las lagrimas salieron. Cuando los abrió se desmoronó mi mundo por completo. Esta vez lo lastime y no solo con golpes si no también con palabras.

-Amy...-Hablo Aaron.

-¿Que?

-Él dice la verdad.

-¿Enserio Aaron? Tanto que me dijiste que él era culpable y ahora lo defiendes. ¡Estoy confundida malditasea!-Mi cabeza comenzó a sentirse pesada. Me dará otro ataque de pánico y esta vez será peor que el anterior. Caí de rodillas al suelo. Tome mi cabeza entre mis manos, me dolía y mucho. Aaron me miraba preocupado y luego lo vi desmayarse. Chad estaba llorando. Se arrodilló a mi lado y trato de tranquilizarme pero ya era tarde. Tarde para todo. Ya estaba en el suelo con mis ojos cerrados. Mi pecho ardió con fuerza provocando más dolor de cabeza.

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