Aprendiz de Elementos

Capítulo 1

24 de Diciembre. Una muy helada noche buena. En las afueras de un pequeño pueblo llamado Friston Rige, rodeado de un inmenso bosque que en su mayoría los árboles son grandes mármoles, una fauna muy diversa en la cual se encuentran conejos, coyotes, venados, uno que otro puma y algunos lobos que viven en pequeñas manadas. No son lobos cualquiera, en serio que estos animales son unas verdaderas bestias.

La semana anterior en las noticias se mostró la historia de un leñador que fue atacado por un solo lobo, lamentablemente el hombre no sobrevivió, lo único que se encontró fue su cadáver en descomposición, por lo cual las autoridades del pueblo han recomendado no andar solos por el bosque y mucho menos al anochecer. Pero a esta chica no le importó y se adentró al bosque a muy altas horas de la noche.

Una peculiar chica con cabello corto, parecida a esa famosa protagonista de Harry Potter: Emma Watson. Poco más de quince años, con unos ojos verdes demasiado hermosos. Herencia del padre de su padre, su abuelo. Cada que se mira al espejo recuerda a ese hombre al mirar sus ojos. Su abuela siempre lo dijo, "los ojos del color de un uniforme de militar". Sí, su abuelo fue militar y de la época dorada para pertenecer al ejército, fue sargento en la Segunda Guerra Mundial.

Aún recuerda como su padre le contaba cuando era pequeña esa historia del día que llegaron a su casa a informar que el padre de su padre había muerto en el campo de batalla. Sí, una historia triste, pero muy heroica.

Ella nunca conoció a su abuelo pero tiene la ilusión de un día hacerlo. Cuando muera quiere verlo por primera vez en "carne y hueso". Ella cree que se encontrará con él en el cielo.

Su complexión no era necesariamente delgada ni regordeta, algo intermedio. Su nariz era pequeña, al igual que sus pies y manos. ¿Senos? Pues digamos que ella aún está en el desarrollo; siempre se dice así misma: «ya crecerán, ya crecerán», con su trasero es la misma historia. Ella aún es solo una niña no tiene por qué preocuparse por eso, tampoco por su estatura, aunque debería intranquilizarse porque es de tan baja estatura que a veces piensa que un día no la verán y por error la pisarán, de por si en la escuela es casi invisible. Una marginada.

Sus labios, ¡uff! Creo que eso es lo que ella más le gusta de sí misma. Unos labios rojos, carnosos, los atardeceres rojos de otoño se quedan cortos a lo hermoso que son sus labios. Siendo sinceros sí, para los estándares de belleza es lo único bello en ella, pero la gente ni siquiera los nota. De nuevo su estatura es la culpable.

Pero el tamaño de su cuerpo no era lo que necesariamente le atormentaba esta noche.
Esa fría noche buena su vida daría un giro inesperado, la cambiaría completamente, no, no tendría nada que ver con aquel chico deportista, popular y sumamente atractivo de su escuela. Su nombre: Sebastián.

Recuerda el día que lo conoció.

Clase de francés, la última hora. No esperaba que aquel chico guapo, llegara y se sentara junto a ella, rozando el brazo y saludando a todos desde el momento que entro en el aula. Llego esbozando una sonrisa y saludando con un lindo "hola". Por desgracia el miedo la congeló y ella no supo que decir. Él solo se volteó y siguió hablando con los demás compañeros, mientras ella moría de vergüenza y lo único que le quedo fue agachar la cabeza. Sin darse cuenta fue la última y primera vez que hablaba con él. Desde ese día comenzó ese amor platónico, algo que ella veía imposible, pero no, él no tendría que ver nada con lo que le pasaría esa noche, al menos esa no.

Ella entró al bosque. Sola. Lo único que la acompañaba era la luz de la luna y unos escalofríos que la hacían sentir como si estuviera nevando. Que gran bosque. Parecía que no tenía fin.

Término llegando a un árbol viejo, demasiado. Un gran mármol, tal vez tenia ahí desde antes que construyeran el pueblo, era excesivamente antiguo. Quién sabe y este árbol tiene aquí miles de años. Tenía algo peculiar, una marca, un símbolo, eso llamó su atención por supuesto. Ella aún no se daba cuenta, pero algo la estaba siguiendo desde que salió de su casa.