Porque...

1.1K 85 35
                                    

-¡Ah! no tan fu-fuerte. -digo entre gemidos.
-¿Quieres que sea más delicado?
-Mhh..
-Tu cuerpo me dice lo contrario. -susurra en mi oído.

Es la tercera vez que lo hacemos esta noche, sus embestidas son profundas y fuertes, casi no recordaba lo brutal que puedo ponerse y como mi cuerpo no lo rechaza.

-Ah, voy a venirme. -dice acercando su boca a la mía.

Aprieta mis muslos y me besa, siento como un calor se posa en dentro mío y su respiración se agita. Mi columna encorvada estalla en el clímax como ya lo ha hecho tantas veces esta noche, me toma por la cintura y pone su cabeza en mi pecho dejando caer su peso sobre mi.

-Ya no.. puedo más. -digo.
-¿Suficiente por esta no-noche?
-Suficiente.

Cierro mis ojos y acarició su cabeza enredando mis dedos en su cabello húmedo.

-Está fue una.. buena reconciliación ¿no crees? -dice.
-...
-Quizás deberíamos discutir y dejar de vernos otra vez.
-No digas estupideces.
-...(N).
-¿Si?
-Tú..
-¿Yo qué?
-Nada, olvídalo.
-Ibas a preguntar si he estado con alguien más en todo este tiempo ¿me equivoco?
-No lo haces.
-No he estado con alguien más.
-¿Por qué?
-No.. lo sé.

Sube su cuerpo y se coloca a mi lado, da palmaditas en su pecho.

-¿Qué? -digo.
-Ven aquí.
-Es ta-tarde, creo que ya debería irme.
-¿Vas a dejarme solo después de lo que ocurrió? que mala.
-¿Quieres que me quede?
-Claro que si.

Lo miro unos segundos y me acerco a él, coloco mi cabeza en su pecho, su mano se pone en mi hombro y también se pasea en mi cuello.

-Esto nunca debería de haber acabado. -dice.
-No fue mi culpa que fuese así.
-Lo sé.
-Izaya.
-¿Si?
-Tú..
-¿Me harás la misma pregunta que te hice yo a ti?
-S-si.
-Eres muy predecible, al menos conmigo.
-Eres un maldito, esa es la diferencia.
-*risa*
-No te rías.
-Está bien, la respuesta es no, cuando alguien ha entrado y se ha quedado a vivir en tu corazón es imposible dejar que alguien más tome su lugar si esa persona se ha ido, además es una molestia.

Hay veces que algunas palabras que dice me provocan cierto miedo pero a la vez me agradan, es extraño.

-Tú no tienes corazón, Izaya.
-Al menos no para los demás.
-...
-Pero para ti -toma mi mano y la coloca sobre su pecho. -este corazón siempre estará aquí.
-¿Por qué siempre haces esto?
-¿Qué cosa?
-Tú -subo mi cabeza para poder verle a los ojos. -dices cosas así pero no actúas como tal.
-Debo guardar mi imagen de "maldito" ¿no?
-*risa* De verdad... eres un maldito.

Me aprieta con sus brazos y yo me tomo de su cintura.

-¿Quieres comer algo antes de dormir? -dice.
-No, estoy bien.
-¿Te molesta si voy por algo de beber para mi?
-No -me quito de sobre su pecho. -ve.
-Volveré rápido.
-Si.

Pone un beso sobre mi frente y sale de la cama. Miro el techo y recuerdo la última vez que estuve aquí, juré no volver a mirar este techo pero aquí estoy, desnuda y tapada por las sábanas que son testigos de esta pasión tan tóxica que tenemos Izaya y yo. Me doy la vuelta y cierro mis ojos, siento como él entra a la habitación y se recuesta a mi lado, su mano se posa sobre mi cadera mientras pone un beso en mi hombro.

-Descansa. -susurra.

Pega su pecho a mi espalda y su respiración hace cálido mi cuello, debo pensar que cree que me he quedado dormida. Hace tanto no sentía este calor tan agradable al dormir, lo amo y también me da miedo sentirme tan bien estando en esta cama, a pesar de que Izaya diga una cosa, es Izaya después de todo. Mis pensamientos lúcidos se van apagando y el sueño se apodera de mi.

Casi imposible de odiar. [Orihara Izaya x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora