O c h e n t a

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Faltaba una semana para el tan esperado de graduación de la preparatoria.
Todas las chicas ya habían sido invitadas excepto las amigas Jazlyn y Blake, quienes estaban más preocupadas por la universidad que ansiosas por el baile.

—Pero, B...Chis va a invitarte. Son la pareja más linda de la escuela, si no te invita voy a matarlo... Y no será bonito.

—¡No lo ha hecho! Y solo queda una semana, Jazz... Me preocupa que esté pensando en invitar a alguien más ¡O que ya lo haya hecho!

—Eso no pasara, B... el ser novios implica ir juntos al baile.

—Eso espero, gracias linda...

—Tú lo tienes más seguro que yo... Alex ya no me habla, y no creo que haya alguien que no tenga pareja a estas alturas.

— ¿Qué hay de Ethan?

—Él tiene a más chicas, B. Yo no estoy en ese rango.

—Tranquila, linda. Ya llegara alguien para ti.

—Seguro tardara mucho.

Ambas rieron dirigiéndose a sus respectivos salones, la castaña tenia biología y la rubia, por el contrario, filosofía. Al entrar a su salón Blake noto la presencia de Chris, lo cual fue extraño pues su horario marcaba geometría analítica en esa hora. Se sento en su butaca ignorando a su novio.

—¿Aun estas enojada? —Pregunto el, sentándose en la silla de al lado.

—¿Por qué lo estaría?

—Vamos, B. Sabes que lo del otro día fue broma.

—Lo mío no, yo enserio quiero ir a ese estúpido baile.

—Sí estas molesta... Bien, iré yo también, iremos juntos ¿sí?

—No estás obligado, Chris. Puedo ir sola. Además, eso no es una invitación.

—Blake, por favor. No me gusta que estés molesta.

El timbre sonó, indicando el inicio de clases.

—El profesor ya va a llegar, Christian. No pierdas tu clase.

—Te amo, Blake.

Blake abrió su libro, ignorando aquel comentario de su novio, quien tomo su mochila y se marchó, pasando los dedos por su cabello, frustrado.

Se sentía un tanto culpable, como si aquello la convirtiese en una mala persona, le dolía porque nunca en todo el tiempo de conocer a Chris habían llegado a pelear. Sin embargo, aunque fuese una tontería, aquello era importante en su vida. Ni siquiera sabía si llegaría a la universidad y deseaba aprovechar aquel baile como si fuese el último, usando un vestido bonito junto con un corsage en su muñeca y sobre todo, bailar hasta que los pies le dolieran con el chico más apuesto del mundo, su Christian Jones.

Después de aquel largo día de clases, Chris se había decidido a invitar a Blake al baile, era algo que llevaba planeando meses atrás, pero al ver la conducta de su novia, pensó que lo mejor era actuar rápido, pues realmente no quería pelear con ella y menos por una tontería como aquello.

Tomo su guitarra, el ramo de preciosas flores en color azul y blanco que había comprado horas antes y se dirigió a la casa de la rubia, con la esperanza de no recibir agua helada desde su ventana, tal y como pasaba en las películas cuando las mujeres se molestaban por cualquier cosa.

Finalmente, se encontraba fuera de la casa de su chica favorita, lanzo un par de piedras a su ventana y cuando apenas observo como esta se abría, rápidamente comenzó a cantar una de las canciones más románticas que pudo encontrar y que además, mostraba a la perfección sus sentimientos: Latch de Kodaline.

La canción estaba a punto de terminar cuando Blake bajo dirigiéndose hasta donde su hermoso y perfecto Chris se encontraba. Esas notas y letras perfectas, habían traído consigo unas cuantas lágrimas por parte de la rubia, quien abrazo fuertemente a su novio.

—Blake... Sé que soy el chico más torpe que existe, pero quiero que sepas que todo aquello que sea importante para ti, lo es para mí también. Te amo, y siempre serás tu sobre todas las cosas. Nada me importa más que verte feliz, eres mi chica favorita en el mundo. Así que, mi hermosa Blake Wright. ¿Quieres ser mi pareja del baile de graduación?

Dijo todas aquellas palabras de rodillas, observando fijamente a su amada, mientras sostenía el ramo que Blake había adorado.

La respuesta de la chica fue positiva, lo cual alegro indudablemente al castaño. Ambos se abrazaron y el, tomando con delicadeza la cintura de Blake, deposito un tierno beso en sus labios, haciéndola sentir valiosa, en confianza y amada.

No había nada mejor que dos amantes jóvenes y locos el uno por el otro.

Blake & ChrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora