O c h e n t a y t r e s

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N/a: Quedan solo dos capítulos (incluyendo este) y un epilogo. No puedo con tanto. </3

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La vida en la Universidad no era tan complicada ni aburrida como Blake lo imaginaba, estaba fascinada con ese ambiente artístico que se sentía en los pasillos de Yale, sus compañeros eran personas con mucha imaginación y talento, y aunque ciertas personas eran competitivas, la mayoría la había recibido educadamente, ayudando a que fuese un poco más abierta.

Se acercaban las vacaciones de verano, y por lo tanto el cierre de ciclo escolar con exámenes finales, lo cual la tenía un poco estresada y frustrada, pues el ciento por ciento de su calificación en la materia de Expresión consistía en elegir una canción que dejara ver todos sus sentimientos, para interpretarla frente a sus compañeros. Esto era un completo desastre pues Blake aun no decidía su canción, y por supuesto, no sabía qué sentimientos o emociones expresar en ella.

Se había pasado toda la semana con aquello en mente que olvido reservar su boleto de avión para viajar hasta su hogar, finalmente podría ver a Chris, y a sus padres.

Mientras llamaba al aeropuerto, se puso a pensar en lo mucho que extrañaba a su chico favorito, a su mejor amigo. Había pasado casi un año desde que se separaron para poder estudiar la universidad, y aquello había sido lo más difícil del mundo para ambos, habían jurado que no iban a separarse, pasara lo que pasara, seguirían juntos hasta el final de los tiempos (o al menos, hasta que alguno de los dos falleciera).

Toda aquella tristeza y añoranza la habían llevado a decidir su canción para la prueba, se sentía segura y lista, tanto que llegado el día del fin de curso, pudo interpretar a la perfección "Make you feel my love" de Adele, pensando en la muerte de su hermana, en cómo había pasado los últimos tres años ocultando sus sentimientos, pensaba en Chris y en todo lo que habían vivido juntos, también en sus padres, y en como su divorcio había marcado su vida de forma inevitable. Aquella fue la primera vez que supo que podía ponerlo todo en el escenario, en las notas de una canción, y que las letras son mucho más que solo eso, son expresión, honestidad, emociones y sentimientos que callamos hasta que decidimos gritarlos de aquella manera. Tenía claro que eso era lo que más amaba en el mundo.

Y así, termino finalmente el primer año universitario de Blake, dando paso a un largo periodo vacacional.

Mientras caminaba hacia su auto, con las maletas en sus manos decidió llamar a Christian, pues en aquella semana no había tenido tiempo para hacerlo.

-¡Blake! Finalmente te dignas a llamarme, creí que te habías olvidado de mí y ya estabas con algún deportista universitario.

-¡Que dramático! Además, no estaba solo con uno, sino con cientos de ellos, parece que hay una plaga de deportistas por todo este lugar.

-Bueno, bueno, por acá no ves más que porristas rubias oxigenadas.

-Entonces has tenido un buen año, eh.

-Sería mejor si mi Blake estuviera aquí, pero no me quejo.

-Yo también te extraño, Chris.

-¿Qué tal los exámenes, pequeña?

-Horribles, demasiado para mi pequeño cerebrito.

-Oh, vamos B, yo sé que sacaste un diez en todos.

-Eso espero, de verdad, sino podría suicidarme.

-No seas tan cruel conmigo, rubia.

-Solo bromeo, tonto. Sabes que no te dejaría.

-Lo sé, y lo agradezco infinitamente.

-Bueno, debo irme, no quiero perder mi vuelo.

-Entonces si pasaremos las vacaciones juntos. ¡Gracias, Dios! Creí que Yale se llevaría a mi novia por cinco años consecutivos.

-Que dramático, Christian, solo será un mes, pero agradezco pasarlo contigo, enserio quiero olvidarme de todo esto.

-Estaré esperándote, entonces. Te amo, B.

-Y yo a ti, Chris.

Aquellas conversaciones hacían que Blake se pusiera lo suficientemente feliz como para pasar los días sin su novio ni su familia, estaba soportándolo excelentemente bien para ser ella. Pero aun así, seguía sintiendo que en su vida aún faltaban cosas para estar completa, y principalmente se refería a su hermana, pues desde que falleció permanecía llorando por las noches. Pero tenía a su Christian Jones, y a su mejor amiga Jazlyn Morgan, a pesar de no verse ambas seguían conservando comunicación, Skype les había resuelto un poco las cosas, no se sentían tan alejadas gracias a ello.

Decidió que para no entristecerse demasiado le serviría escuchar algo de música, por lo que saco sus audífonos y coloco la primera canción de su playlist de música.

Su mente estaba envuelta en todos estos pensamientos que tropezó con una pequeña roca que descansaba en el suelo, haciendo que todas sus cosas quedaran regadas por el piso, se inclinó junto a un pequeño jardín justo en la salido del campus, su auto no estaba muy lejos, pero se había golpeado ligeramente en la cabeza por lo que no podía caminar con tanta seguridad como minutos atrás. Se arrodillo y lentamente recogió sus cosas, todo estaba hecho un desastre, sobre todo su bolso, pues todas las cosas pequeñas se habían esparcido sin cuidado alguno. Estaba tan distraída en su música que en ningún momento escucho el claxon de un auto a lo lejos, no se percató ni siquiera de que estaba en la calle, justo en donde los autos pasan. Pero quizás eso no era por completo culpa de Blake, sino del conductor, quien conducía a una velocidad relativamente alta para el sitio en donde se encontraba, quien había ingerido un alto porcentaje de alcohol veinte minutos atrás, quien junto con sus amigos solo reía y reía, y confundía el freno con el acelerador, ¿Quién confunde el freno con el acelerador?

Pero quizás hubo tiempo suficiente para que Blake se marchara, pero la música, sus pensamientos, la foto con Chris, le impidió haberse marchado y tomado un camino diferente.

Pero ya era muy tarde, el auto la había arrollado lo suficientemente fuerte como para hacerla perder la conciencia inmediatamente. Ahora solo quedaba el sonido de las sirenas que parecían tardarse horas en lugar de solo unos cuantos minutos. Y de la gente que se asomaba en la calle solo para enterarse de lo que había sucedido, sin siquiera importarles realmente cómo había pasado. Ahora solo quedaban cuatro chicos ensangrentados y alcoholizados en un auto deshecho. Y una chica rubia de 19 años luchando por sobrevivir.

Blake & ChrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora