Capítulo 4

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Al llegar logro ver a Cory en el lugar de siempre, doy la vuelta para despedirme de mi hermano antes de entrar, él me da un beso en la frente como todas las mañanas y desaparece para juntarse con el resto de su manada.

Del otro lado de donde se encuentra Corina, logro divisar a Blake debajo de un árbol trazando algo en su block de dibujos, cuando siente mi mirada sobre él levanta la cabeza, le sonrío y lo saludo con la mano, gesto que él me devuelve. Decido invitarlo a que se siente con nosotras así que le hago señas.

-¿Qué haces? –doy un respingo cuando siento a Cory a mi lado.

-Solo invitaba a Blake a que se sentara con nosotras –encojo los hombros y me siento en la banca de siempre.

-¿Desde cuándo tan sociable? –mi amiga imita mi acto y se sienta junto a mí.

-El chico me cae bien.

-Y es muy lindo –entorno los ojos.

-Cállate que ahí viene.

-Buenos días chicas –las dos le respondemos al mismo tiempo. Yo me pego más a Corina para hacerle espacio y se siente -. ¿Pasa algo?

-Oh no, solo te llamaba para que te sentaras con nosotras.

-Todas las mañanas –agrega Cory. Él sonríe y asiente.

Acabamos de exponer nuestro trabajo en la clase de idiomas, y para mi sorpresa y de la profesora, Blake lo hizo perfecto, sin embargo, ella está toda escéptica sobre si él realmente trabajó o no.

-Señorita Bartolli, ¿está segura de que su compañero trabajó?- asiento rápidamente.

-Muy segura.

-Está bien. Esta vez tuvo suerte de que trabajó con Alicia, pero el próximo trabajo será individual sobre la cultura española, tal vez no tenga tanta suerte –le dice a Blake-. Pueden tomar asiento –ambos asentimos y hacemos lo que nos pidió.

-Ahora si estoy frito –suelta un bufido.

-¿Por qué?

-Sé hablar inglés y porque es mi idioma. Esa profesora me odia, estoy seguro de que voy a suspender.

-Sabes que puedo ayudarte con los trabajos de idioma, ¿no?

Alicia y su alma caritativa salen a flote.

-¿De verdad?

-Claro, ahora somos amigos.

-Claro, amigos –hizo una mueca y fijó su vista en la pareja que se encontraba exponiendo.

Ese viernes al llegar, ya Corina y Blake se encontraban en la banca, por lo que me despedí de mi hermano y me encaminé hacia ellos.

Había logrado conocer a Blake un poco desde que se sentaba con nosotras. Tiene dos hermanos pequeños a los que lleva a prácticas de béisbol algunas tardes, quiere estudiar diseño, y esa es la razón de que tome la clase de dibujo artístico, así como también toma cursos nocturnos. No me sorprende para nada que sea tan bueno.

Cuando estoy por saludarlos, algo capta mi atención.

¿Dije que ver a Michael y Cindy tomados de la mano me había roto el corazón?

Ahora imagínense verlos besarse.

Salgo de mi escondite cuando escucho que suena el timbre anunciando el comienzo de las clases, me acerco a los lavabos y me lavo la cara para quitar los rastros que dejó el llanto. Y es soy tan estúpida que no reaccione de otra manera que no fuera correr y esconderme a llorar. Y ahora me siento mal porque me había prometido a mí misma dejar de lado eso que tanto me hace daño por Blake. Porque sus palabras de verdad calaron hondo y siento que se lo debo.

Mírame a mi.      ·Miradas1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora