Gabriel iba apresurado, había llegado con retraso a su primera presentación de verdad frente a un público de verdad. Pero había tenido una seria discusión con su hermano mayor, Miguel, por su trabajo y no pudo cortar el intercambio de palabras ofensivas, pero de no ser por su hermano menor, Castiel, ni siquiera hubiera llegado.
Ahora sólo corría por las calles, sin éxito hasta ahora para detener un taxi, iban cuatro y la verdad ya no tenía ganas de ir por el quinto.
— ¿Te llevo?
El Impala negro del novio de su hermano avanzaba a su lado, esperando por una respuesta. Gabriel no lo pensó dos veces cuando entró al auto con preocupación y la respiración agitada.
— Gracias.
— Cas me dijo que quería que te ayudara y estaba cerca... Ahora me debes una. — Habló sin preocupaciones, Dean. — Cas también dijo que ibas a una presentación.
— Queens, la cafetería.
— Muy bien. — No hubo más palabras de por medio y los cuarenta minutos que Gabriel hubiera hecho a pie se volvieron diez en el auto de Dean.
— Gracias, me caes mejor que ayer. — Gabriel ahora más relajado pudo soltar su primer comentario agradable y con eso salió del auto.
— Hey, sé que vas tarde pero... Miguel es un imbécil, sabes que no tiene razón, ¿cierto?
— No soy bueno en otra cosa, no puede hacerme cambiar de opinión. — Gabriel sonrió con tal de hacer más verídicas sus palabras y entró con prisa a la cafetería.
Había llegado justo a tiempo.
Tomó el micrófono y saludó a la gente, bromeó sobre los taxis, su profesor de matemáticas en la preparatoria e hizo una comparación entre una prostituta y un comediante. La gente reía, se divertía y hacía sentir bien a Gabriel, porque era eso en lo que era bueno y lo hacía feliz poder hacer pasar un buen rato a la gente que iba a estar presente.
Fueron los mejores cuarenta minutos de su día, le pagaron y le ofrecieron volver la siguiente semana a lo que Gabriel aceptó, así comenzó a hacer por un año, dos, pronto la cafetería se llenaba cada jueves por la noche. Comenzó a tener presentaciones en más cafeterías, algunos bares, reuniones, fiestas, e incluso tres años después de su primera presentación le ofrecieron tener su show en un pequeño auditorio.
Siguió teniendo discusiones con su hermano, pero sus palabras eran calladas por las risas de la gente que hacía reír en cada presentación. Tampoco culpaba a Miguel por no querer que fuera un comediante, su familia era empresaria y él pudo obtener un buen puesto y seguir con un negocio familiar, pero él odiaba los escritorios y las oficinas, no era un hombre como Castiel que podían permanecer detrás de un escritorio por horas, tampoco era una persona seria como para tener juntas y reuniones para cerrar tratos.
Pero con el tiempo, comenzó a perder el brillo de la comedia, comenzaba a ser solicitado en tantos lugares que tenía que viajar docenas de veces y no siempre Castiel lo podía acompañar, así que terminaba repitiendo chistes, inventando situaciones que daban risa solo por la incoherencia de la situación, pero estaba en un problema creativo, ya no disfrutaba de su trabajo y comenzaba a sentirse solo y era cuando las discusiones con Miguel cobraban fuerza en su mente.
Y un día, como cualquier otro, la solución a sus problemas llegó a él, o en todo caso la solución lo golpeó.
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BAM. Para las gentes que les gusta el Sabriel, el menú en las incoherencias también contiene Sabriel para que no digan que no se les toma en cuenta. Alv.
Peros sí, esos dos merecen el mundo, y un fic en forma y de verdad, no como esas mamadas de Bi no Bi, pinche escritora que sube capítulos de 20 palabras.
Mentira, sólo me doy publicidad, soy mi propio hater, así que vayan a dar amor a todas las historias Sabriel porque son una especie en peligro de extinción.
;)

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Comediante | Sabriel | AU
Fiksyen PeminatGabriel es un comediante con un reconocimiento del cual él puede decir que está orgulloso pero no todos están de acuerdo con ello. - Sólo eres un payaso Gabriel. - No, soy un comediante. - Entonces eres la puta de la gente. - Eso no es verdad. - Lo...