CAMBIOS RADICALES

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Era noche buena, mi papá salió por la mañana a traer los preparativos de la cena. Mi tía y yo adornamos la casa y colocamos el árbol. Yo no quería pero ella me obligo.

En la tarde llego mi papa y mi tía preparo la cena.

- Hija arreglate que Mercy llegará en una hora.

Yo estaba viendo la televisión de la cocina mientras me comía todas las uvas del cesto

- Papa yo no quiero arreglarme para recibir visitas no deseadas. Aparte en pans me veo tierna- hice mis ojitos de "bebeconsigueloquequiere" pero no funciono.

- No te estoy preguntando Fernanda, ve y usa el vestido que te compre.

- No quiero ver a esa zorra - Murmuré.

-¡¿que dijiste Andrea Fernanda?!

- ¡Que ahora mismo subo a cambiarme!

Me puse ese vestido acampanado, parecía árbol navideño por tanto adorno.

La cena estaba lista, mi papa, mi tía y yo estábamos muy arreglados, como que si el mismísimo presidente hubiera llegado ha cenar con nosotros. El timbre sonó y mi papa como un adolescente precoz corrió a abrir la puerta. Era Mercy Nicol. Una mujer de 25 años, la misma edad que mi tía. 8 años menor que mi papá. Cabello largo ondulado de color castaño, una tez muy blanca, figura esbelta y unos ojos celeste... Se parecía tanto a mi que pensé que ella era mi verdadera madre. Recuerdo que su entrada, su ropa y hasta la forma de saludar fue perfecta... Eso me hizo odiarla mas.

- Buena noche Verónica, hace tiempo que no te veía. Sigues estando muy en forma.

-Hola, Mercy. Sí ya pasó un año desde que salimos en esa cita doble con tu hermano y el mío.

- Si, creo que lo de ustedes no funciono muy bien.

- No tanto como a ti, Futura señora Castro.

Yo solo estaba parada junto a mi tía llenando me de repugnancia al ver ha esa mujer tan perfecta, tan odiosa.

- Y tu eres la pequeña hija de Eric. Eres mas bonita que en las fotos. Y te pareces tanto a mi.

- Lo mismo pensé, perra- No se porque dije eso, pero no me arrepiento de nada.

- ¡Ey! Que te pasa Fernanda, ¡¿donde aprendiste esas expresiones tan vagas?!...

Observe a mi tía, y ella me miró fijamente...

- De Internet papa...

- Después lo discutiremos Fernanda... Disculpa a mi hija, últimamente esta un poco agresiva...

- No te preocupes amor, así son las niñas de su edad...

Me dio un regalo, me sonrió y se fue al comedor abrazada de mi papa. En ese momento solo quería matarla por ser tan buena.

La cena, fue una cena de adultos. Era la única niña en la casa y nadie hablaba conmigo. Extrañaba no poder tener a Melissa conmigo, de seguro le encantaría mi nueva habitación. Me sentí tan sola y triste esa noche. Si no hubiera sido por todos los regalos con mi nombre debajo del árbol, tal vez, me hubiera suicidado con las luces navideñas...

Al día siguiente me levante emocionada, mis regalos me esperaban en la sala. Pero para mi sorpresa cuando baje habían muchas personas... Personas amigas de mi papá. Al verlas me sentí incómoda, no conocía a nadie y no veía a mi papa por ningún lado. Salí al patio trasero y allí estaba en la parrilla al lado de la piscina sentado en unas mesas que no se ni en que momento pusieron ahí con esa mujerzuela en sus piernas.

Las OrellanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora