Seguramente están pensando. "¿Por que esa niña es tan cruel con su padre?", "Su padre se ve que es buena persona y ella no lo valora", "Como es que existen hijas tan mal criadas". Bueno, aun falta mucho para llegar. Creo que puedo contarles.
Nací en el 10/10/2000 y me gusta decir que soy de la nueva década, la nueva era, es más me encanta decirlo.
Desde bebe... Bueno de bebe no recuerdo nada esa es la verdad. Mis recuerdos mas lejanos son de cuando tenía, no se, ¿7 u 8 años tal vez?
Mi madre falleció a los 28 años de edad por repentino e imposible ataque al corazón en el sofá frente al televisor, ella nunca había padecido de nada. Fue el lunes 15 de octubre, por la tarde, antes de la cena. Ese día, ese maldito día no lo puedo olvidar. Yo estaba sentada en la alfombra de la sala jugando con mis muñecas mientras mi mamá estaba viendo la novela ridícula que siempre miraba todas las tardes. Con tan solo 6 años pude presenciar la muerte de mí madre más no pude asimilarla... Lo irónico fue que estuve allí, junto a ella, frente al televisor, sin saber lo que le había pasado hasta la noche hasta que llegó mi padre. Ella se llamaba Andrea Fernanda al igual que yo, bueno... yo me llamo igual que ella.
Como yo era pequeña mi papá no podía cuidarme y trabajar al mismo tiempo así que en enero del siguiente año mi padre me hizo pasar el resto de mi niñez en la casa de mis abuelos, nos mudamos de la ciudad Marttesin a un pequeño pueblo de Demeri, llamado Sanerlot. Allí termine el resto de mi educación primaria en la escuela EPC#2. La cual era una escuela muy pequeña, (igual que el pueblo), y muy agradable, (igual que el pueblo), tenía un gran patio de juegos y servían comida muy buena. Amaba los Jueves porque eran "Jueves de panqueques". Recuerdo que todos nos llevábamos bien pero a decir verdad ya no recuerdo a nadie de mi salón excepto a Melissa que aparte de ser mi compañera, era mí mejor amiga y también mi vecina. Nos conocimos en su fiesta de cumpleaños ya que sus padres y mis abuelos se llevaban bien. Luego de eso nos empezamos a ir juntas en el autobús escolar todos los días y por las tardes solíamos salir al la calle, frente a nuestras casas, para manejar bicicleta, jugar muñecas, jugar con los otros niños que se mantenían por ahí y platicar. El pueblo era muy agradable, no muy grande pero agradable. Mi abuela me mimaba mucho. Mi abuelo siempre fue un gruñón y nunca me dijo nada lindo. Sin delincuencia. Lleno de buenas personas. En resumen.... ¡ya me había cansado de ese pueblo perfecto sin emociones olvidado del mundo!
Cuando termine la primaria ya estaba aburrida de ese pequeño lugar y mi amiga estaba igual. Así que planeamos por muchas semanas en irnos a estudiar a una secundaria lo mas lejos posible de Sanerlot. Así que decidimos ir a la secundaria Fimschool en Oster juntas, viviríamos en casa de su tía, madre soltera de una niña de nuestra edad, en la residencial Gertin. Y con eso, Fimschool solo nos quedaría a 5min minutos en auto. Ya teníamos todo planeado y el plan era perfecto. Ella ya había hablado con sus padres y estaba de acuerdo y yo se lo pediría a mi padre cuando llegara a visitarme.
Cada 10 de octubre mi padre llegaba diciendo un; "¡Feliz cumpleaños hija! Te extrañaba mucho. Como has crecido". Esa fecha era una de las únicas 5 ocasiones que llegaba en el año a la casa de mis abuelos. La otras 4 eran para navidad, cumpleaños de mis abuelos y una semana en agosto por vacaciones de medio año. Cuando llegó mi cumpleaños numero 12 mí padre no se apareció por la casa en todo el dia, fue la primera vez que no estaba para celebrar el almuerzo que mí abuela organizaba para mi y todos los vecinos. 'Admito, ese dia lo extrañe'. Bueno, solo por el dia porque por la noche apareció con su típica y legendaria frase; "Feliz cumpleaños hija! Te extrañaba mucho. Como has crecido". '5 cumpleaños seguidos y jamas cambio una sola palabra'. Llego con una caja enorme que me entrego justo después de darme un fuerte abrazo. 'Creo que ese abrazo es el que mas recuerdo de todos los abrazos que él me dio mientras vivía con mis abuelos'.
-¡Fernanda abrelo! -me dijo mi papá muy emocionado-, esta vez no son más muñecas. - agregó.
Era una skate muy femenina. Ruedas rosa, la parte inferior con flores y hojas de colores y un fondo color crema. Quede sorprendida, no fue el Blackberry que le había pedido ni nada por el estilo.
-¿Por que me compraste esto, padre?
- Es algo que esta muy de moda en Arlot y pensé que te gustaría -Dijo sin tanta preocupación.Me quede callada, viendo y examinando la skate con la mirada.
- No estamos en Arlot -respondí agresiva. El solo se quedo callado.
Luego de eso me fui con Melissa al patio de la casa decepcionada por no tener mi celular nuevo como el de Melissa. Después de la cena todos los invitados se retiraron de la casa incluyendo a Melissa que no quiso quedarse a dormir conmigo esa noche. Antes de irme acostar papa me pidió hablar con el.
- ¿De que quieres hablar papa?, tengo sueño.
- Es acerca de Arlot... - Respondió con un tono de voz desconfiado.
- ¿Que pasa con ese lugar? Desde que llegaste no has dejado de mencionar ese lugar. Incluso cuando hablaste con los abuelos mencionaste esa ciudad varias veces.
- Quiero que te vengas a vivir conmigo a Arlot. Tus abuelos ya estan muy ancianos y no pueden cuidar de una adoles...
- ¿qué? ¡Arlot! ¡No quiero! - Dije antes de que papa pudiera terminara la oración.
- Si, y no me grites, es una decisión que ya está tomada, Andrea Fernanda . En Arlot te la pasaras muy bien y conocerás muchas más personas de las que hay en este pueblo. Aparte quiero que volvamos a estar en familia. - Dijo y sin dejarme responder salió del cuarto.
Yo había hecho planes con Melisa. Estudiaríamos juntas la secundaria y seriamos amigas por siempre. Pero no pude contradecir a mi padre.
Me fui de Sanerlot al dia siguiente de mi cumpleaños sin despedirme de Melisa. Y no le pude llamar después, me sentía como una maldita perra que había traicionado nuestra amistad...
Quería alejarme de Sanerlot, lo logre pero no como quería...
Ya habían pasado dos meses desde que vi por última vez a Melissa y aun no la había llamado.
El fin del mundo será en 2012 decían... Mas bien el fin de mi mundo.
Es difícil admitirlo pero me afecto más cambiarme de casa y dejar a mi mejor amiga que la muerte de mi madre... No entiendo en que se basan los sentimientos.
Faltaban pocos días para Navidad, ya estaba instalada en la nueva casa con un increíble cuarto lleno de cosas que me gustan, una gran ventana al lado de mi cama donde podía ver la piscina y las flores del patio trasero. No me quejaba de la casa.
A mi papá se lo ocurrió la magnífica idea de traerme a Arlot para que volviéramos a estar en "Familia" pero no fue así, me trajo para presentarme a su compañera de trabajo y futura esposa. Los primero dos meses en Arlot me la había pasado durmiendo, deprimida y encerrada en mi cuarto con la pc; sumergida en Internet, viendo películas, escuchando música y devorando los libros de Crepúsculo. Mi papa por su trabajo en la empresa de tarjetas conmemorativas de Marttesin, una de las mas importantes en el país, donde ha trabajando por mas de 10 años como editor pero gracias a su desempeño él sería el futuro gerente de la empresa en Arlot el año siguiente. Nunca tiene tiempo de estar en la casa... Mi tía Vero, hermana de mi papá, fue la única que me acompaño durante esos dos meses en la casa. A decir verdad ella y yo nunca fuimos grandes amigas pero tampoco nos llevábamos mal.
La relación con mi padre quedo en cero absolutamente, es mas, lo odiaba. Me quito A mi amiga, mi futuro planeado y me trajo una madrastra. Crean me ese no es el sueño de ninguna adolescente.
Y la skate no me sirvió de nada durante todo ese tiempo, la deje de adorno colgada en la pared frente a mi cama... Insisto, el puto celular me hubiera hecho más feliz.
Era 24 de diciembre. Noche buena. Y el día de conocer al pedazo de perra que solo se quería aprovecha de mi padre llego...
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Las Orellana
Genç Kurgu"Andrea Fernanda Castro Lira. Una adolescentes que ama el skateboarding, que tiene una vida normal. Teniendo que enfrentarse al pasado, a la sociedad y a su familia... Hija única, sin madre, con una meta. Convertirse en una reportera elite del mund...