Capítulo 2.

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–Creo que alguna aquí nos debe una explicación.

Sentí varias miradas sobre mi mientras pasaba la galería de la cámara, estaba viendo mi trabajo, Anna me había pedido que escogiera mi favorita para la publicación en el periódico; mi favorita era la de Sebas, no porque fuera la mejor tomada, pero para mí era la preferida. Ante el acoso visual levanté la mirada y me conseguí con las chicas de brazos cruzados sentados en la cama de Alissa (La que estaba frente a mí, la cama del piso).

–Uhm...

– ¿Quién es el chico? –Alissa señaló mi cámara, donde se visualizaba la foto de Sebastián.

Oculté la cámara, poniendo la pantalla contra mis piernas.

–Sebastián.

– ¿Y Sebastián es? –Juls achinó los ojos.

–Un alumno, ¿Qué más puede ser?

Dejé la cámara en la cama y me levanté de ella. No tenía por qué darles explicaciones, no pasaba nada, era un chico lindo, amistoso y amable... no pasaba más de allí, no había nada fuera de lugar, o al menos así lo sentía yo.

–Oh vamos, ¿Crees que no nos fijamos en como lo mirabas?

Volteé a ver a Sabrina, ¿Cómo lo miraba? ¿A qué se refería? Puede que lo mirara con un tanto de aprecio, fue amistoso, ¿Por qué no hacerlo? Tenían que dejar de elucubrarse historias ficticias en su cabeza.

–Es un amigo...

–No creo que pases todo el día con un "amigo" –Hizo comillas. –hablando de tal manera y haciéndole ojitos, Chole, deja de mentir.

–No miento. –Mi voz se agudizó. –Disculpa, –Aclaré la garganta. –no miento.

–Por Dios, tu misma te delatas. –Alissa comenzó a reírse.

¿Delatarme con qué? ¡Él no me gustaba! Bueno, al menos yo no lo sentía así, por lo tanto ellas tenían que dejar de decir tales cosas.

–No sé de qué hablan.

Con el mal humor ya invadiéndome, apagué la luz sin su permiso y me acosté en mi cama. Dejé la cámara a un lado y me volteé mirando hacia la pared, ¿Ya se hacía costumbre o qué? Segunda noche que me iba molesta con ellas, todo porque les gustaba entrometerse en asuntos que no les debía de interesar. Además, apenas lograba conocerlo, no podía de gustarme ¿Qué pensaban ellas? ¿Amor a primera vista? Eso no existía.


El estruendoso ruido del despertador a un cuarto para las cinco de la mañana de Sabrina me despertó de un sueño donde Channing Tatum era protagonista. Jadeé y pateé la cama de arriba para que la morsa que hacía llamar amiga moviera su gigantesco culo. Dos segundos más tarde se había apagado.

Sabrina bajó por la escalera y me incorporé en mi cama, al parecer había sido la única que se había levantado. Le siseé y elevé una ceja, preguntándole silenciosamente porqué tan temprano. Me respondió haciendo como si trotara en su lugar.

¿Iba a correr a un cuarto para las cinco de la mañana? ¿Qué pasa por la mente de esta rubia?

Me hizo una seña para que la acompañara y le negué con la cabeza, volví a tratar de dormir. ¿Qué le pasaba? ¿Yo? ¿Pararme a trotar tan temprano?

Sabrina no dejaba de hacer ruido, cuando entró al baño y mientras se cambiaba pareciera que la cocina de un restaurante estuviera a mi lado. Di como mil vueltas en esos cinco minutos, poniendo mi almohada en mi cabeza pero no concilié el sueño, y con tanto ruido ya me había despertado.

CapturándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora