tres

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Luke se tambalea mientras llega a casa después de medianoche. Se ríe mientras baja del auto de su viejo mejor amigo. Da un portazo, riendo más fuerte sin ninguna razón. Su amigo le da una señal de aprobación, sabiendo que nunca verá a Luke de nuevo. A los padres de Luke no les gustará que su bebé de quince años llegue a casa ebrio, de nuevo.

Luke se apoya sobre el poste de madera de su garaje, su cabeza corriendo a trescientos kilómetros por hora. Sus ojos vacilan entre negro y blanco al mismo tiempo en que casi se cae sobre la puerta de su garaje. Escribe el código del garaje, logrando entrar.

Sus temblorosos pies caminan entre los dos autos de sus padres, accidentalmente tropezándose y cayendo sobre el espejo del Cadillac Suburban de su madre. Su nariz se golpea contra el espejo y él cae sobre el sucio piso.

Se ríe
Luego ve sangre. Luke comienza a llorar, sin poder entender porqué un auto era tan rudo con él.

Sus manos están dañadas por haber caído tan bruscamente, pero las apoya en el suelo, levantándose del cemento. Sus ojos azules observan de mala manera al brillante auto negro.

Sus pies caminan frente a él, pero Luke ve muchos pies. Son su pies, piensa él, pero están por todas partes. Da la vuelta a una esquina, casi tropezando de nuevo con el escalón de la entrada.

Luke se apoya sobre la pared del garaje, presionando el control remoto que se encontraba a la altura de su hombro. Observa como la puerta del garaje se cierra, dejándolo completamente a oscuras.

Abre la puerta, tropezando dentro de la habitación de lavado. La luz de emergencia se encontraba encendida, zumbando con electricidad. Se paró derecho, sus ojos enfocándose en sus dos enojados padres.
Luke los saludó con un rápido movimiento de su mano, una risa escapando de sus labios. "¡No estoy drogado!" dijo.

Su madre rodó sus ojos, mirando a su esposo. "¡Andrew! ¡¿Qué haremos?!"

Luke caminó hacia delante, sacándose sus vans y dejándolas en la repisa de los zapatos. Su mano derecha sujetaba el pomo de la puerta, su izquierda alcanzando a su madre. Puso su mano izquierda sobre el hombro de su madre, repitiendo, "No estoy drogado."

"¡Luke! ¡Estás ebrio! ¡Eso es igual de malo!" Lo regañó como a un perro, su voz brusca y poco impresionada.

Luke se encogió de hombros. Empezó a sacarse su camiseta negra, tomando el cuello desde atrás y llevándola sobre su cabeza. La lanzó detrás de él, cayendo mitad dentro y mitad fuera del canasto de ropa sucia. "Pero mamá Hem, ¡tú dijiste no drogas!"

Ella empujó su mano, rodando sus ojos y mirando a su esposo una vez más.

"Bueno querida, no hay nada que podamos hacer con él en este estado. Llevémoslo a la cama y hablaremos mañana."

Luke se aferró a la pared, "No quiero ir a la cama, soy un niño grande." Extendió su pierna izquierda, sus dedos tocando a su padre. "Papá, soy una bailarina."

Su padre se rió, callándose rápidamente cuando su esposa le lanzó una mala mirada. "De verdad eres especial, Lucas." Caminó hacia delante, sus manos rodeando la cintura de su hijo menor.

El padre de Luke deseó repentinamente haber tenido hijos bajitos.

"No Lucas, Luke." Cerró sus ojos, apoyándose en el hombro de su padre. Sus manos rodearon el cuello de éste, sosteniéndolo cerca. "Mira, papá, soy más alto que tú."

"De verdad lo eres, hijo."

El chico de quince años se volteó, mirando a su madre. Lanzó sus manos en el aire, sus dedos tocando apenas el techo. "¡Mira, ma! ¡Sin manos!"

Ella se encontraba demasiado furiosa como para reaccionar a las acciones de su hijo.

Luke continuó caminando por el primer piso. Apoyó más y más su peso sobre su padre. "¿Dónde están mis hermanos?"

"Siendo adultos responsables," respondió amargamente.

Las escaleras fueron un desafío, pero Luke juró que podía subirlas él solo. Limpió su nariz, las pequeñas gotas de sangre ya secas. "Conocí a un chico, pero él es como, un adulto." Luke subió los primeros dos escalones, sus manos agarrando fuertemente la baranda de madera de la gran escalera.

"Eso es bueno."

Luke caminó otro paso, sus dedos tocando la orilla del escalón y provocando que casi cayera. "Es emo, pero no en realidad. Es como un tipo de emo cool."

Su padre lo ignoró mientras lo ayudaba a subir las escaleras más rápidamente.

"Su familia es dueña de una pizzería, ¿no es eso extraño? Ellos, como que pasan tiempo juntos y esas mierdas. Es tan mainstream."

"Apuesto que sí." La voz de su padre era monótona, intentando no perder su temperamento con su hijo adolescente. El padre de Luke estaba bastante agradecido de que no hubiera un cuarto hijo después de Luke. No podía lidiar con la fase de rebeldía adolescente una vez más.

Los dos hermanos mayores de Luke nunca fueron así. Nunca consumieron drogas, ni bebieron alcohol. Estaban perfectamente bien. Todos pensaban que Luke lo estaba también.

Llegaron al final de las escaleras, el padre de Luke prácticamente lanzándolo dentro de su habitación.

El chico alto colapsó en su cama, rodando en sus sábanas. "¿Me amas?"

"Claro que sí, Luke, solo estamos un poco molestos conti—."

"Eso es tan gay," el rubio soltó una risita. "¡Eres un chico!" Hizo una pausa, apuntándose a él mismo, "¡Yo soy un chico!"

"Dios, Luke. Vete a dormir antes de que te mande a un internado."

"Pero papá, soy muy lindo."

La luz se apagó, y la puerta se cerró. Luke rápidamente se quedó dormido, sus piernas perdiendo la circulación por sus apretados pantalones.

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perdón por cualquier error, o si alguna oración suena extraña, no lo revisé muy detalladamente :-(
gracias por leer y que tengan un lindo día / tarde / noche♥️

west hills » muke {español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora