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Luke sostenía sus libros cerca de su estómago. Era el último día de su primera semana. Estaba parado en la cafetería, aún sin sentirse bienvenido en alguna parte.

Habían asientos asignados en el salón de estudio, pero nadie les hacía caso. Luke si. Luke no conocía a nadie con quien romper las reglas, aún.

Se sentaba en la última mesa, el tercer asiento. Veía chicos escaparse al baño para fumar, follar o llorar. No habían más opciones. ¿Por qué ya nadie usa los baños para mear?

El rubio asustado dejaba sus pesados libros primero, provocando un fuerte sonido al golpear las mesas de madera falsa. El grupo de chicas frente a él giraban sus cabezas, mirándolo por el disturbio que causaba. Odiaba la escuela pública.

Se sentó, dejando su mochila junto él. Con sus codos sobre la mesa, se quedó mirando el reloj sobre su cabeza. Solo cuarenta y dos minutos más.

"¡Hey, amigo!" Dijo una voz.

Luke miró hacia arriba, era el chico hablador de la pizzería. Sus ojos azules observaron los pálidos dedos de Michael peinar su flequillo fuera de su cara. "Oh, hey," respondió Luke tranquilamente.

"En serio luces solitario. No sabía que estabas en mi salón de estudio." Michael se sentó frente a Luke, dejando sus propios libros sobre la mesa.

Los ojos de Luke se desplazaron hacia las chicas que los miraban. "Esas chicas dan miedo," susurró.

Michael dio vuelta su cabeza, haciendo contacto visual con la que parecía ser la líder. "¡Jódanse!" gritó. Se dio vuelta otra vez, dándole a Luke una sonrisa amistosa. "No dejes que te molesten, solo quieren encontrar a los debiluchos."

"¿Soy un debilucho?"

"No, tú eres West Hills."

Luke frunció el ceño. "¿Soy qué?"

Michael sacó un paquete de goma de mascar, lanzándole una a Luke antes de meterse una a la boca. "Tú eres West Hills," repitió mientras masticaba.

"¿Por qué?"

"Porque fuiste a West Hills, ¡duh!" rodó sus ojos. "¿Sigues odiando este lugar?"

Luke se encogió de hombros, "No es malo."

"Pero no es bueno." Michael se apoyó casualmente en la mesa, su codo derecho doblado y su mano sosteniendo su cabeza. El chico mayor (por ocho meses) era bastante ocioso durante la clase.

Él sacó algunos cuadernos, abriéndolos para revelar muchas páginas coloridas.  Las hojeó, dejándolas abierta en una página.

"¿De verdad estás estudiando?" preguntó Luke. Jugaba con sus dedos, la uña de su pulgar tocando su índice.

Michael resopló, "Yo no estudio, idiota. Sólo repruebo." Subió su mirada, asegurándose de no haber ofendido en demasía al rubio. "En caso de que el profesor venga a ver si de verdad estamos estudiando, no tengo que mentir tanto."

Luke asintió.

"Mira lo bonitos que son mis apuntes", admiró Mike, "Es una pena que jamás vaya a estudiarlos."

A Luke le gustó la forma en la que Michael dijo bonito.

Rápidamente eliminó ese pensamiento de su cabeza. La manera en la que una persona decía una palabra no debía quedarse en la mente de Luke.

Pero, era tan agradable. Luke observó la boca de Michael moverse al inicio de la palabra, luego su lengua golpeando sus dientes al terminarla. Luke quería ser bonito.

No, no quería. Quería dejar de pensar en el hablador chico de la pizzería.

"Creo que no he tomado apuntes desde sexto grado."

Mike se rió. "Tampoco yo, honestamente."

"¡Mira todos tus cuadernos!" los dedos de Luke indicaron las variadas páginas escritas, "¡Son un montón de apuntes!"

Michael tomó el primer cuaderno, deslizándolo en las manos de Luke.

El rubio lo recibió, leyendo la primera línea. Mierda, más mierda, me pregunto cuánta mierda puedo escribir sin meterme en problemas. Esta profesora estará tan delgada debido a toda la mierda que sale de su boca en vez de—. "Oh por Dios, Michael."

"Oh, hey, te sabes mi nombre. Creí que lo olvidarías."

Luke movió su cabeza de izquierda a derecha. "Eres el único quien se ha acercado a presentarse en toda esta semana." Le devolvió el cuaderno a Michael, bajando su cabeza para así no ver su rostro.

"Quien," Michael repitió la palabra. "Quien, quien, quien," continuó.

"¿Qué?" preguntó Luke.

"Definitivamente eres de West Hills, West Hills." Michael se rió. Miró la agenda de Luke que estaba abierta frente a él, la mente del chico corrió trescientos kilómetros por hora. "Oye, también estás en mi clase avanzada de Euro, ¿cierto?"

"No lo sé, tal vez."

Michael se mordió el labio. Entrecerró sus ojos mirando a Luke, intentado descifrar si lograba ver al rubio sentándose en su salón de clases. "¿Crees que sea aceptable lanzarme de la ventana del segundo piso antes o después de tomar el examen?"

Luke tocó su barbilla, Michael notó la falta de vello facial e intentó no reír. "Creo que antes, así no tendrías que sufrir durante el examen."

Michael sonrió, gustándole la forma de pensar de Luke. Cerró sus libros, apilándolos para darse un lugar de ocio más cómodo. "¿Sabías que, si un estudiante muere en medio de un examen, todos aprueban? Creo que debería intentarlo por el equipo."

Luke inclinó su cabeza hacia atrás, dejando salir una risa. Se volvió a inclinar hacia delante, pequeñas risas aún saliendo de su garganta. "Esa es una horrible idea. No sufras por estos gilipollas."

Mike cubrió su boca. "West Hills acaba de decir una grosería. No sabía que buenos estudiantes de West Hills eran capaces de decir groserías."

Luke ni se percató de la palabra que salió de su boca. Un sonrojo iluminó sus mejillas mientras una ola de calor recorrió su cuerpo. "Lo siento."

"No, no, me encantó, joder."

Luke sonrió, cree que ha hecho un amigo.

Michael dio vuelta su cabeza, revisando el reloj para ver que apenas se ha movido diez minutos. Suspiró pesadamente, pasando sus manos por su rostro. "¿Sabes qué? Creo que me iré a dormir afuera y dejar que la nieve me cubra hasta que muera."

Luke no podía dejar de sonreír ante el rayito de luz sentado frente a él. Era como si el sol hubiera reencarnado en el cuerpo de Michael.

west hills » muke {español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora