5. Sucumbiendo al deseo

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Los dos chicos entraron en la habitación del menor. Nadie había invitado a pasar al mayor, pero él de todas formas lo hizo. JungKook había estado incómodo en aquella reunión de gente falsa y millonaria, no le gustaban las mentiras. Lo que peor le había sentado fue ver a aquella mujer. En el pasado se ofreció para ayudarse mutuamente con su familia, ya que habían pasado por lo mismo, pero fue la primera en aceptar el dinero a cambio de silencio, y luego intentó convencerles durante mucho tiempo de que aceptasen los billetes y pusieran un punto final a sus ganas de saber la verdad y luchar por la justicia, por ello se distanciaron. Ahora comprendía por qué tanta insistencia en aceptar el dinero, seguramente había estado engañando al marido con el jefe desde antes de su muerte y todo eran mentiras y más mentiras.

-¿De qué la conocías? Tengo curiosidad.

JungKook se giró, no quería hablar de eso. De hecho, podría aprovechar para decir que tenía sueño y echarlo educadamente.

-Mh... vivíamos en el mismo barrio cuando ella no llevaba ese nivel de vida, sin más, tampoco la conozco tanto.

-Oh... mejor, no es de fiar. ¿De verdad te duele la cabeza? Te veo bastante bien –comentó Yoongi.

-Mh... No, no me duele la cabeza, pero no estaba a gusto y prefería venir aquí. ¿Por qué no vuelves? Es por trabajo que viniste.

-Bueno, ya hice acto de presencia y saludé a las personas que tenía que ver. No sabía que te sentirías tan incómodo.

El menor se sentó en la cama y, acto seguido, el otro le imitó, sentándose a su lado.

-Es que la gente hipócrita me da asco –dijo JungKook, prácticamente quiso escupírselo a la cara, pero algo bueno había en el mayor que no le permitía vengarse como quería.

-La gente hipócrita está en todas partes. En los hospitales, en las cafeterías, en los institutos, entre los vecinos... ¿Nunca has mentido a nadie? Aunque no te gusten las mentiras, estoy seguro de que alguna vez has necesitado ser hipócrita, por la razón que sea. A mí tampoco me gustan las mentiras, pero si quiero vivir de mi trabajo, tengo que sonreír muchas veces y hacerle la pelota a gente que en realidad me encantaría verlos tirarse de un puente.

-Eres un poco salvaje. ¿Era necesario matarlos?

-Quién sabe si ellos realmente fueron los que mataron a alguien. Te repito... ¿Nunca has mentido a nadie?

JungKook se quedó pensando en él mismo. Le estaba mintiendo, y se acababa de dar cuenta de que era un hipócrita más de la vida, como los de allí abajo, un mentiroso. Suspiró y revolvió su cabeza negándola, no quería seguir hablando de aquello.

-No quiero seguir hablando de mentiras.

-Eso es porque te has visto obligado a hacerlo, y oye, por mucho que las personas digan ser transparentes u odiar las mentiras, no son santos. Hasta la más mínima mentira piadosa cuenta como mentira. Decirle a la vecina que el corte de pelo le queda estupendo cuando está más fea que nunca o decirle a tu madre que saldrás hasta más tarde de la biblioteca y te escapaste un rato antes para poder salir con los amigos. Decirle a tu mejor amigo que es el mejor haciendo algo cuando en realidad hay gente mucho mejor que él, pero aunque para ti sea genial, no eres realista y le mientes... ¿Nunca? Y no digo que mentir esté bien, porque no lo está, y lo mejor que puedes hacer es intentar mentir lo menos posible pero...

Yoongi no pudo terminar de hablar porque el otro le puso la mano en la boca para que se callase. Le estaba haciendo sentir muy mala persona y por un segundo quiso gritarle toda la verdad, pero no podía.

Let me know (YoonKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora