2. El hombre que nunca duerme

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Al día siguiente desayunaron juntos, pero JungKook se tuvo que ir corriendo a clase ya que al estar más lejos, llegaría tarde. A pesar de que Yoongi se reunió con su secretario por la mañana revisando la lista de gente que tenían alojada en sus pisos, no podían reorganizarlo de ninguna forma que pudieran hospedar allí al moreno.

-¿Pero cómo lleva a su casa a un extraño?

-Me dio pena, no tenía dinero para comer y simplemente está trabajando por terminar sus estudios, estudios iguales a los nuestros. Pensé que debía ayudarle, si trabaja aquí será más fácil para él vivir... Mi padre me enseñó a ayudar a los más desfavorecidos.

-Bueno, pero él no es un pobre...

-Es alguien que puede terminar en la cárcel simplemente por venir a estudiar lo que desea y no le llega para comer. Siento la necesidad de ayudarle, además me recuerda a alguien y no logró saber quién.

-Entonces lo hace por satisfacer su curiosidad...

-¿Cómo? No te consiento que me hables así sabiendo el tipo de persona que soy. Arregla de alguna forma lo del alojamiento. Fuera de aquí –ordenó Yoongi molesto.

Aunque pasó el resto de la mañana trabajando, pensó que aquel chico no tenía forma de entrar en casa, que tal vez comería allí ya que no tendría dinero, o que necesitaría robar de nuevo. Cuando dio la hora de salida para el almuerzo, en vez de comer en la empresa como hacía siempre, se fue a su casa. Estuvo mirando por la ventana todo el tiempo, no comió, no solía tener hambre, así que ni lo recordó. Cuando dio la hora de volver al trabajo no le quedó más remedio que volver a la oficina.

JungKook que estaba en clases, se sentía mal. Aquellas asignaturas no le gustaban nada en absoluto, se le daba mal, él no quería dedicarse a pintar casas ni a decidir cuántas columnas debía llevar un edificio para no derrumbarse, todo le parecía complicado. Se frustraba al no entender las cosas, por lo que por las tardes siempre estaba en la biblioteca estudiando, ni se le ocurrió acercarse a la casa de aquel hombre que tanto detestaba, cuanto menos tuviera que cruzarse con él, mejor.

Pero llegó la noche.

Yoongi salió de la oficina como el resto de trabajadores, no se quedó más tiempo que nadie. Y aparcó cerca de la puerta de casa para fijarse en la calle. Al ver aparecer a aquel chico, salió del coche como si hubiera llegado a la vez, a pesar de llevar 40 minutos esperando. Los dos se encontraron en la puerta del portal.

-Hola, JungKook.

-Hola –respondió el chico, formal, y haciendo una reverencia. Se había estado preguntando cómo entraría en la casa, o cómo recuperaría las cosas que tenía dentro, pero su duda se resolvió en aquel instante.

Los dos subieron hasta el piso correspondiente en un silencio incómodo, ninguno sabía de qué hablar. Al entrar en casa fueron cada uno a su habitación para cambiarse y, al igual que el día anterior, se reunieron en la cocina.

-He estado intentando organizar los alojamientos hoy con mi secretario, pero de momento parece que tendrás que quedarte aquí.

Aquella idea no le gustó nada a JungKook, no sabía cómo tomárselo, aunque sabía que le venía de perlas para su venganza, no confiaba nada en él ni mucho menos en tanta generosidad.

-¿Aquí...?

-Aquí, te mandaría con mi secretario, pero es un tipo raro y poco agradable con los desconocidos... digamos que es... serio.

-Oh...

-Pero he traído unos papeles, son el contrato de becario, tendrías que firmarlos y yo me encargaría personalmente de hablar con el director de tu universidad si aceptas –dijo Yoongi mientras su cabeza dispersa lograba concentrarse en algo decente que poder cocinar, aunque era bastante nulo para ello.

Let me know (YoonKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora