°Larry°

Wild.

WILD brillaba en intermitentes luces blancas elegantes, había una larga fila de personas desesperadas por entrar, era nuevo, un nuevo club que según las malas lenguas decían pertenecía a unos de los tipos más peligrosos de la ciudad, mi cabello se zarandeaba con el viento ya que estaba demasiado largo ahora rozando la curva de mi trasero en ondas color chocolate, sentí las manos de Dylan en mis caderas y me estremecí, yo odiaba su toque, hace años que había roto mi amor a fuerza de golpes y humillaciones ¿por qué sigo con él entonces? No tengo a nadie en mi vida, mi familia me repudió cuando salí del closet y mi abuela estaba decepcionada de mi por haber dejado la preparatoria.

—¡Oye tú, el de rizos y camisa rosa! —levanté mi cabeza para ver al gorila mirándome.

Dylan tomó mi mano y caminamos hasta él.

—¿Qué pasa con mi chico?

—Pueden entrar.

—¿Por qué? —preguntó él apretando mi cintura.

—Ordenes de mi jefe.

Era una locura por dentro elegante pero salvaje, tal como su nombre, caminé con Dylan hasta la barra donde me ayudó a sentar en una silla, me besó y me advirtió que no me moviera ya que iba a bailar.

—¿Qué quieres tomar? —una voz acaramelada susurró en mi oído.

—N-nada, gracias —dije mientras jugueteaba con mis dedos.

—Sírveme un whiskey seco y a está hermosura un Bailey —el camarero fue eficiente y rápido, segundos después el hombre tras de mí estaba dando un trago a su bebida y yo sorbía la mía—. ¿Por qué estás solo?

—M-mi... —respiré profundo —. Mi novio está bailando.

—¿Y te dejó solo? —gruñó en mi oído y su aliento me hizo temblar—. Es un peligro que estés solo ricitos, demasiado hermoso.

—Estoy con alguien —susurré tapando mis muñecas.

—Hagamos algo, ricitos. Tendrás pasé libre para Wild cuando quieras, tú y tu pareja... —él besó el lóbulo de mi oreja izquierda —. Llámame cuando necesites un hombre en tu vida ¿Sí? Buenas noches.

Pasaron 5 segundos antes de que Dylan estuviera gritando y jaloneandome hacia la salida, puta decía, solo me fui un jodido segundo ¿no puedes mantener tus putas manos para ti mismo?

—No h-he echo e-eso Dy, lo juro —mi labio inferior temblaba y mis lágrimas se desbordaban.

Al llegar a la casa, el primer golpe con el látigo de cuero que el guardaba en el armario, me quitó el aliento.

                          ••••••
—¿Dos meses?—preguntó Niall, mi amigo rubio y hermoso—. ¿Por qué no te dejaría salir de casa por dos meses, está loco? —sus ojos azules brillaban enojadamente, nos conocíamos desde el jardín de infantes, decir que él era mi mejor amigo, mi pulmón derecho, era poco.

—Lo del club realmente lo molestó, él solo me ama demasiado —Niall resopló y yo bajé mi mirada a mis dedos delgados y con moretones.

—Dylan es un loco que un día llegará demasiado lejos, matandote —él me abrazó fuerte justo al momento de que mi móvil se encendió con un mensaje instantáneo.

Dy^•^

Es mejor que estés en casa cuando yo llegue, Harry. En ningún momento te dije que podías salir ¿estás demente? Bien, pues hoy te demostraré quien es el dueño de esta relación.