Entre risas, opiniones negativas y críticas constructivas de Nathan hacia el peinado que nos íbamos a hacer pudimos terminar sin que nadie salga herido y digo nadie refieriéndome a Nathan, nos tenia hartas con su "peinado extravagante".
Me duché en una de las habitaciones que quedaba al lado de la de Samira, que según ella sería la mía cada vez que venga a la casa.
Me miré al espejo y no estaba para nada fea, al contrario estaba hermosa, sólo que todo esto me acordaba a mi madre, a lo que ella quería que fuese, lo que yo no quería ser; pero ahora es diferente, esto lo hago por mí misma, nadie más.
Me sentía un poco incómoda gracias a que este vestido es exageradamente pegado al cuerpo y además deja mi Pierna derecha al descubierto casi completa. No es que no lo haya usado antes es solo que aún no entro en confianza.
Salí al pasillo y miré a ambos lados, no recuerdo si la habitación de Samira es la de la derecha o la de la izquierda. Toqué la de la izquierda y no recibí respuesta así que entré.
OH MY GOD!!!!
Me equivoqué de habitación.No pude evitar quedarme embobada mirando el torso desnudo de Nathan, Dios que vergüenza!
-te gusta lo que ves?. Me sonrojé
-yo no....
-sé que querías expiarme. Dijo interrumpiéndome y Ocacionando que me sonroje aún más.
-claro que no, no es algo que no vaya a ver después. Dije recogiendo mi orgullo.
-cierto. Dijo acercándose a mí. -no te molestará terminarme de vestir. Sé que no es necesario pero también sé que me está retando y no pienso dejarlo así.
-tendría que molestarme?. Dije con indiferencia y él se encogió de hombros.
Tomé la camisa blanca manga larga y la pasé por su cuello, tocándolo y haciendo que se estremeciera, trató de ocultarlo pero se me olvidó mencionar que soy muy MUY observadora. -entra los brazos. Obedeció.
-Cuál corbata te pondrás?. Le pregunté viendo las múltiples corbatas que había en su clóset.
-una negra . Dijo como si fuera obvio.
-no, muy triste, parece que vas a un entierro y no a una fiesta.
-y que me recomiendas?.
Miré mi vestido y luego lo miré a él.
-ésta. Dije tomando una corbata del mismo color que mi vestido.
-que?!, no, no voy a ir con una corbata aqua.
-vamos, será divertido. Lo animé.
-no. Me acerqué lo más que pude a él y pasé la corbata por su cuello sin quitarle la mirada de encima e inconsciente de mi acto, le dì un casto beso.
-si. Le dije y él no dijo ni una sola palabra más mientras me observaba profundamente.
Así que procedí a colocarle la corbata, en eso entró Samira.-Cristi!!! Estás hermosa.
-gracias tu también.
-hermanito!! No te pondrás una corbata negra. Dijo sorprendida.
-gracias a ella. Dijo señalándome.
-al fin, parecías pingüino, bueno los dejo, voy a recibir a mi pareja.
-okay. Respondí y terminé con Nathan. -listo!. Dije orgullosa de mi trabajo.
-pudiste. Dijo en mi oído.
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Trato hecho.
Romancele dio la vuelta a su escritorio quedando frente a mí. -tú necesitas dinero no?. Asentí -yo necesito una chica como tu, hermosa sin igual, inteligente, capaz y que sea una buena esposa. Abrí mis ojos como platos. -que ha dicho, señor? -eso...