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Otra interminable semana de jornada escolar, soportando a los tórtolos en clases, el comedor y en el patio tomados de la mano, sentados en una banca hablando, o compartiendo la deliciosa comida que hace la madre de NaYeon porque "Jaeminnie, mamá dice que estás demasiado delgado, así que cocinó un rico y nutritivo almuerzo para ti también."

Según sé, has ido a su casa y su madre te adora, al igual que ella a la tuya.

Vaya, creo que son puntos a favor en su relación. Ya hasta parece que se van a comprometer en cualquier momento.

Okay, quizá exagero.

—Me asusta la forma en que tratas de perforar el alma de esa pobre chica con los ojos.

Ése fue DongHyuck y su usual tono burlón, quien nos acompañaba a RenJun y a mí esa tarde en el parque a tomar helados.

NaYeon y tú se encontraban unos metros lejos, jugando con el inquieto cachorro de ella.

Rodé los ojos.

—Tú mejor que yo sabe que de "pobre" no tiene nada.

—Cierto.— asintió el moreno.— Desde aquí puedo ver sus puntas florecidas, que asco.

Reprimí la risa que se quedó atascada en mi garganta, haciendo un extraño sonido en cambio. Solo DongHyuck se fija en la estética del cabello de alguien para hacer esa clase de comentarios.

—¿Por qué la critican? Yo creo que hacen una bonita pareja.

Ambos volteamos hacia RenJun con una mirada escéptica, yo más que nada me sentí indignado.

Ellos sabían que yo gustaba de ti, es decir, ¿se me nota demasiado?

RenJun tiene conocimiento de ello porque nota mis actitudes, reacciones y demás cuando se trata de ti, y HaeChan... bueno, es un bandido listo aunque nadie lo crea, así que no me extrañaría si lo supiera incluso desde antes.

—De acuerdo, perdón. Es solo que— observó la escena a lo lejos— se ven muy felices juntos. No pienso que ella sea tan falsa como ustedes dicen.

Estaba a punto de contestar, cuando la escandalosa risa de DongHyuck resonó a nuestro costado. Este dirigía su atención hacia donde tú y NaYeon estaban, así que miré.

La chica chillaba de manera histérica, porque su perrito se había soltado de la correa y, en su intento por alcanzarlo tropezó junto a los regadores automáticos que se encargan de mantener húmedo el césped; estos se activaron, dejándola empapada y cubierta de barro.

Te vi correr en busca del cachorro, el cual por alguna razón llegó hasta mí, moviendo su cola.

Acaricié su cabeza y orejas, después de todo no tenía la culpa de la dueña que le tocó.

—¡Ricci!

El cachorro respondió al nombre con un ladrido y fue hasta ti. Lo cargaste y en ese momento nuestras miradas se conectaron.

—¡Nana, creo que me doblé un tobillo!

Indeciso, hiciste el ademán de voltear, pero mantuviste el contacto visual por unos segundos más, antes de correr de regreso junto a la chica que se encontraba lloriqueando.

—Ese cachorro es inteligente, yo también habría huido de ella.

Negué con una sonrisa divertida, DongHyuck tenía hasta la nariz manchada de helado.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2018 ⏰

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