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Cap 10- Repulsión

Hizó oidos sordos. No le apetecía escuchar los gritos de auxilio, estabá arrepentido de todo pero negaba la realidad. Su hermana se encontraba allí, destrozada por dentro, llorando y escurriendo mocos. Los limpiaba con su vestido desgarrado y sangriento, Brian se lamentaba, verla en ese estado, muerta y deporable con un vestido repulsivo cómo ese.

No, pensó, el estaba delirando con lo que veía. Sus ojos se agrandaron y su corazón comenzo a latir fuertemente, todo delataba su complicidad en la escena, y tenía miedo de que la confesión lo llevara al extremo. Gabriela estaba muerta por su culpa, era un complice en tal situación, pero seguía siendo testigo de todo lo ocurrido. El la había violado, su mejor amigo se atrevío a tocarla sin su consentimiento. Tocó a una niña de 8 años, con un hermano que ignoro por completo tal atroz momento por miedo a morir, un acto egoista y repulsivo por parte del chico.

Pero no le importo. Ambos cuerpos se encontraban a su lado, dejando un charco de sangre en la madera y escurriendose entre los pies de Brian. El veía la tele, pasaban la pelicula infantil El Rey Leon y se hallaba entusiasmado por su simpleza. La escena era horrible de ver, la caracterizaba como normal, era culpable. Mató a su amigo. Era un asesino y un complice en la violación, tenía temor por ir a la carcel.

Las lagrimas se deslizaban lentamente  en sus mejillas, Mufasa había muerto. Todo era tan doloroso en ese momento, la muerte estaba presente hasta en una pelicula para niños y en su alrededor que le provocaba una terrible ansiedad carcomiendo en su pecho. El ritmo cardiaco aumento, más cuando sintió el frío metal en la punta de sus dedos. Reconocía su error pero no quería pagar por ello, de alguna forma, se arrepentía de todo. La carcel no era la mejor opción para un adolescente, tampoco la muerte.

La televisión oscurecio. Todo daba vueltas, su mundo giraba cómo el carrusel del Parque. Se veía a él montado en el auto de carreras, riendo a carcajadas por la inocencia que poseía. Ya no existía felicidad, arruino la inocencia de su hermana y le permitió a aquel muchacho a condenarla en una atroz despedida, asesinando sin piedad ni pizca de remordimiento a Gabriela frente a sus ojos. Aquello sacudio su mente, recalculaba todo lo ocurrido con anterioridad y se preguntaba el porque dejo que todo pasase cómo paso. Nunca observó un asesinato, ni siquiera uno que llegara a tal atrocidad. Era su hermana. Y antes de morir, la condeno a perder la virginidad con un chico al cual desconocía ciertas facetas, con su hermano mayor ignorando sus gritos de ayuda. Quería olvidarlo todo.

El cuchillo fue directo a su estomago. Era la zona más facíl de atravesar, quería sentir el sufrimiento de Gabriela antes de perder el conocimiento y morir por una hemorragía crítica. Experimentó algo terrible, el aire le faltaba y sus brazos calleron flacidos al suelo. Posiblemente, era la primera vez que sentía tal dolor por intentar llegar al grado de sufrimiento de su hermana ya fallecida. Cargar con tal recuerdo no sería facíl, se arrepintio al instante donde notó la figura de su madre acercandose a la sala, escuchando los tacones contra el piso.

Ya era tarde pues estabá en el piso, Rodeado de sangre cómo el resto. Su madre gritó, y todo se nubló hasta que olvido quien era.