Parte II

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Sentía un leve  mareo y algo desorientada, pero al abrir los ojos se dio cuenta que esa no era su habitación. Se sentó de golpe sobre la cama llevando sus piernas contra su pecho y apoyando el mentón sobre sus rodillas. Se asustó más cuando un chico entró en la habitación. Llevaba su pelo con rulos alborotados y hacia arriba, en su rostro tenía un piercing en el labio y uno en la ceja izquierda, pero lo que más le causaba pánico eran todos aquellos tatuajes que cubrían la piel de sus brazos y lo que dejaba ver el cuello de su camisa sin mangas.

-          ¿Cómo te encuentras? –preguntó él con su voz ronca-.

-          ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó?

-          Te atacaron en un callejón y como te desmayaste te traje aquí. Vivo a unas calles del club

-          Ahora te recuerdo…mira cómo te han golpeado por mi culpa

-          No te preocupes

-          Soy Alex, por lo menos déjame limpiar las heridas y curarlas

-          Soy Harry –la miró atentamente unos segundos de silencio-. El botiquín está en el baño

La castaña se levantó corriendo de la cama entrando en el baño y buscando la cajita con las cosas de primeros auxilios. Al tenerlo entre sus manos, volvió a la habitación arrodillándose en el suelo y dejando las cosas a su lado. Sacó el algodón y alcohol empapándolo para luego tomar una de las manos lastimadas del chico frente a ella y pasando suavemente el algodón por los nudillos, como vio la mueca de dolor que hacía, sopló para aliviar el ardor.

Ya terminado su trabajo volvió a guardar las cosas, dejando todo ordenado. Se sentó a su lado mirando hacia el suelo, se sentía avergonzada a pesar que ese chico la había salvado de ser violada. El silencio los absorbía y sentía la mirada de él sobre su rostro.

-          Te faltó mi ceja –le susurró al oído-.

-          ¡Oh! Lo siento

Torpemente tomó las cosas nuevamente y se arrodilló a su lado en la cama, tomó su rostro con delicadeza y de la misma manera comenzó a pasar el algodón por la ceja. Le ardía y se notaba, se acercó a él soplando suavemente y de la nada los labios del chico chocaron contra los suyos. Se quedó helada al sentirlo y no le dio tiempo a separarse, su lengua entró en su boca y la recostó sobre la cama quedando sobre ella. Sus besos eran algo de otro mundo, y, a pesar de la edad que tenía, jamás había besado a alguien; estaba sin poder creerlo.

-          Vas a pasar la mejor noche de tu vida –le dijo con voz ronca sobre los labios-.

No sabía cómo hacer para detenerlo. Sus besos la hacían volar y no quería dejar que sus labios se despegaran de los suyos. Cuando se quiso dar cuenta, Harry le había quitado la ropa, besándola por todo el cuerpo y tocando sus pechos descaradamente mientras sentía su anatomía desnuda contra la de ella.

Iba a tener su primera vez.

Estaba a punto de decirle que era virgen cuando un dolor intenso robó su aliento. Había entrado en ella de manera brusca sin darse cuenta de la situación y la embestía casi salvajemente.

Alex se tragaba sus quejidos y lágrimas, tenía miedo que Harry hiciera algo más para lastimarla y no quería que eso pasara. Solo esperaba que él llegara rápido para acabar con ese infierno.

Cuando él dio su última estocada, acabando dentro del condón, cerró los ojos y se apartó del cuerpo de la chica, quien se hizo un ovillo en la cama tratando de borrar lo que acababa de pasar. No tardó mucho en escuchar cómo Harry acompasaba su respiración y daba leves ronquidos advirtiéndola que estaba dormido.

Monster #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora