Like Heaven~ James Y Rose

13__Eran amantes

Los rayos de luz iluminaron su habitación y Rose abrió lentamente los ojos, estaba en su habitación, aquella que compartía con Lily, se había quedado en la habitación de James hasta las 2:00, besándose, abrazándose, hablando el uno con el otro... No se podía creer los eventos de la noche anterior, lo que antes hubiera considerado imposible ahora se había hecho realidad.
Nunca pensó que James iba a corresponderla. Durante todo el tiempo se había imaginado situaciones en las que el descubría sus sentimientos y luego no la volvía a hablar en la vida, o la miraba con asco y pena mezclados.
Pero no.
James había estado sufriendo tanto como ella.
Y se rió.
La de veces que se habrán deseado el uno al otro pero por miedo no podían hacer mayor cosa que abrazarse.
Hasta la noche anterior.
Rose sonrió cuando recordó como James se había declarado, como había unido sus labios, la ternura con la que la trato, el deseo que ella sintió que casi se dejo llevar. El la había parado, y aunque le hubiera dado mucha vergüenza ella sabía que él no quería ir tan rápido, por los dos.
Y agradecía que le hubiese detenido en el momento, no estaba preparada para... eso.
Se conocían mejor que a ellos mismos, y Rose deseaba todo de él, todo. Nunca había sentido eso por un chico, sí, se había besado antes, pero nada comparado con la noche anterior.
James era increíble, perfecto, que de solo pensar en verle con otra chica sentía que se quemaba en la hoguera.
Miró la hora, y eran las 8:30. Quería solo levantarse para volver a verlo, ya no tenía que ocultarle nada, y eso le encantaba, James era su droga.
Se imaginó un futuro con él, con niños al rededor o una boda, con toda la...
Familia.
Y Rose sintió que iba a llorar, quería desesperadamente estar con él, pero no podían, era incorrecto, era incesto. Y su familia nunca lo permitiría.
Parecía Julieta lamentándose por su Romeo.
¿Por qué tenía que ser su primo?
De todas las personas en el mundo tenía que ser él.
No quería pensar en que estaba mal de todo eso.
No quería pensar que si alguien se enterase y los separasen se sentiría como a un pájaro al que le habían cortado las alas.
Porque James la hacía volar.
A otro mundo dónde no importaba quienes fueran, dónde no importaba la sangre sino quien sujetaba tu corazón. Y James era el guardián de este ahora.
Cómo habían cambiado las cosas en un solo día.
En una sola noche.
Su vida había dado un giro brutal.
Rodó en la cama para estar más cómoda.

James... hasta su nombre le encantaba, siempre se había fascinado por las historias de los merodeadores, y James era digno de llevar ese nombre.
Rose miró a su lado, dónde estaba Lily, quien estaba completamente dormida, como deseaba contárselo, pero nunca entendería, nadie entendería. Se levanto y cogió su ropa, decidió ponerse una camiseta de tonos rosados, y unas pantalones cortos, junto con unas zapatillas que tenía. Se fue al baño y se arregló, peinándose el pelo en una coleta desecha y por último, se puso su perfume, que era uno que le había regalado su prima Lily. Sigilosamente salió de la habitación y bajó las escaleras hasta la cocina, dónde se encontraban mayor parte de sus tíos.
- ¡Buenos días!- dijo alegremente.
George la miró sorprendido.

- Alguien se ha levantado de buen humor...- dijo él.

- ¿Qué pasó ayer?- le preguntó su madre.

-¿Es que no puedo estar contenta así sin más?- dijo Rose.

- Claro que puedes cielo, solo que no es muy normal- le respondió su madre.

Fue hacia uno de los armarios para coger sus cereales favoritos y se sentó. Albus le paso la leche. La abuela Molly la miraba con cierto enfado, aún se acordaba del comportamiento que tuvo Rose la noche anterior.
Se sentó junto a Lucy y Molly, quienes estaban peleando sobre quien se comería la última tostada.

- Bueno... ¿Y que tal os fue ayer?- preguntó Ginny, sentada al lado de Angelina.
Molly fue la primera en contestar.

- Fue alucinante, el agua un poco fría... Pero nos lo pasamos genial.