📖 CAPÍTULO 30 - L01

3K 352 139
                                    

🔊 Narra Joel Pimentel

— Creo que quedó listo, ¿No? — preguntó Yoandri checando el trabajo que habíamos hecho.

— Si, ya si llega a faltar algo yo se lo puedo agregar — le sonreí.

— Está bien — dijo cerrando su laptop — oye Joel... — me preguntó con duda en su voz.

— Dime Yoyo. — al escuchar el apodo el solo sonrió.

— Quiero disculparme por como acabaron las cosas entre tú y yo. — contestó cabizbajo.

— No de hecho... — posé mi mano sobre su espalda. — yo quiero disculparme, no estuvo bien que te dijera todo eso, me porté grosero, discúlpame.

— No importa Joel, lo bueno es que me sigues hablando y yo a ti, no me gustaría perder nunca nuestra amistad — contestó abrazándome, respondí el abrazo y me recargué sobre su hombro.

— Siempre serás mi mejor amigo Yoandri.

— Ahora que sé que seguimos siendo mejores amigos, ¿Cómo te va con Erick? ¿Lo estás viendo?

No me sentía seguro contestándole esa pregunta, debía proteger a Erick de todo, y no es que no confiara en Yoandri, si no que no sería nada seguro dejarlo a la suerte.

— He hablado muy poco con él, por teléfono y esas cosas, pero ya no lo he visto desde aquella vez de Halloween. — bajé la mirada, odiaba mentirle a Yoandri.

— Hablando de Halloween, me pasó algo horrible esa noche. — dijo entre riendo y una mueca.

— ¿Qué sucedió? — sonreí.

— Unos tipos se metieron a mi casa y me asustaron, después otros dos chicos más se metieron y nos asustaron a los tres, fue horrible, creo que nos volvimos amigos.

— Espera, ¿qué? — contuve la risa. — ¿asustaron a tus asustadores? eso sí que es buen material para película. — no pude más y me eché a reír.

— No te burles, fue horrible sentir que corría por mi vida, iba a llamarte, pero me quedé sin crédito.

— Me gustaría haber estado ahí y ver tu cara. — no podía dejar de reírme.

— Ya, Joel. — dijo golpeando levemente mi brazo. — uno de esos chicos se me hizo lindo, y tenía nombre lindo.

— Oh vaya, ¿Y quién es tu príncipe verde? — levanté las cejas provocador.

— Johann Vera, es muy lindo. — borré mi sonrisa y puse una cara de "mierda"

— ¿Johann? — pregunté.

— Si... — dijo mirándome. — ¿Lo conoces? Tienes la cara de que lo conoces.

— No, solo se me hizo conocido el nombre, pero el apellido ya no. —comencé a levantar mis cosas con rapidez. — ¿Nos vemos luego? Me tengo que ir.

— ¿Está bien? — dijo sin entender mi comportamiento repentino.

— Me envías el trabajo por favor — salí del salón y comencé a caminar por el pasillo.

Caminé rápidamente hasta la salida del instituto, tomé mi celular y comencé a marcar el número de Erick.

📱 Llamando a Er

Er ♥: Hola amor. — contestó con voz dormilona.

Yo: ¿Te desperté?

Er ♥ : Un poco, estaba por levantarme para salir por el desayuno. — un bostezo se pudo escuchar del otro lado.

Yo: Te estas volviendo un flojo, Erick. — reí. — oye dime que tu no mandaste a Johann a asustar a Yoandri.

Er ♥ : Claro que no, Joel. — se escuchó un largo silencio. — de hecho, envié a Zabdiel y Johann se ofreció solo.

Yo: Dime que no es cierto Erick. — me detuve de caminar y me recargué sobre la pared. — pudo denunciarlos.

Er ♥ : Pero no lo hizo, Joe, tranquilízate, solo era para mantenerlo ocupado y tenerte para mí, ¿Qué tiene eso de malo?

Yo: ¿Todo eso lo planeaste tu solo? — pregunté sorprendido.

Er ♥ : Tengo una mente traviesa de niño de 8 años, ¿recuerdas?

Yo: Cuando te conviene, a veces te conviertes en un joven adulto de dieciocho al estilo Christian Gray — reí.

Er ♥ : Y ¿Qué esperabas? Soy así por tu culpa o ¿te recuerdo quien me quitó la virginidad?

Yo: Basta — reí. — ¿quieres que vaya a tu casa y lleve café?

Er ♥ : Me parece perfecto, Joe, te espero entonces.

Yo: Pero ya levántate, no seas flojo.

Er ♥ : Está bien, te veo aquí, te amo y adiós.

Erick colgó y no pude evitar sonreír por las locuras que hacía, guardé el celular y caminé hasta la cafetería más cercana.

🔊 Narrador Omnisciente

Joel se encaminó hasta la cafetería, sus mejillas se ruborizaron al escuchar unas cuantas chicas diciéndoles un par de piropos, era una mesa dentro de la cafetería y para su tortura, la fila iniciaba muy cerca de ellas.

Esperó su turno para ordenar, sacó su celular para tratar de ignorar sus piropos, pero no podía concentrarse en su celular, lo murmullos llegaban y le molestaban, decidió colocar sus audífonos y solo así pudo estar tranquilo, hasta que la chica detrás de la caja le atendió.

"Ese chico es muy lindo" murmuró una de las chicas.

Lo que Joel no sabía era que su peor pesadilla se acercaba sin que él lo notara.

"¿Crees que tenga novia? No se ve tan mal" volvió a murmurar otra chica.

"O ¿tú qué opinas Robin?" preguntó una de ellas a la chica Robinson, Janeth Robinson.

"Es gay" susurró Janeth en un tono amargo y mueca en su rostro.

"No me la creo" contestó una chica sorprendida.

Joel terminó su pedido y le entregaron los vasos de café casi de inmediato, para después salir de la cafetería.

"Chicas, me tengo que ir, nos vemos mañana" avisó la chica saliendo cautelosamente detrás de Pimentel.

El moreno se encontraba tan centrado que no se daba cuenta que lo seguían, llegó hasta casa de Zabdiel y Janeth se escondió tras los arbustos del lugar.

"Llegaste, por dios no podía vivir sin ti" festejó Erick abriendo la puerta, tomó el café entre sus manos y volvió a hablar "Ah, tú también eres bienvenido, Joel"

Una carcajada se pudo escuchar desde el interior mientras Pimentel solo giraba sus ojos, tratando de ahogar una risa, entonces entró.

La chica no podía creer lo que había descubierto, Erick, estaba ahí, después de algunos días de su desaparición y gracias a su increíble intuición, sabía que Pimentel la llevaría hasta él, sacó su celular anotó la dirección del lugar, sacó una foto y fue camino a casa de los Colón.


Diarios Para Erick | Joerick |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora