Diarios Para Erick | Joerick |

📖 CAPÍTULO 32 - L01

🔊 Narra Erick Colón

Escuché como la puerta de mi habitación era cerrada desde afuera con llave, aún no estaba listo para procesar todo lo que estaba pasando ¿Qué había pasado con Johann y Zabdiel? Pero lo que si tenía más que claro era quien me había traicionado, Joel Pimentel.

Entre mi llanto y mi arrepentimiento, trataba de asimilarlo, Joel me había delatado, ¿Por qué las personas son capaces de hacer estupideces por mal entendidos tan tontos? Sabía que si seguía lamentándome de esa manera jamás lograría salir de esta habitación.

🔊 Narrador Omnisciente

— Salgan, pueden irse — ordenó un oficial entrando a la habitación de interrogatorios, donde se encontraba Johann y Zabdiel.

— ¿Qué? Creí que estábamos detenidos. — dijo Zabdiel con sorpresa sin levantarse.

— Cállate Zabdiel, dijo que nos podíamos ir. — contestó Johann poniéndose de pie.

— El señor Ramsey Pimentel pagó la fianza, aclaró todo este mal entendido del secuestro del menor Erick Colón. — respondió el oficial haciéndose a un lado para que pudieran salir.

— ¿Ramsey Pimentel? — preguntó Zabdiel. — el padre de Joel. — rodó los ojos.

Ambos chicos salieron encontrándose con un hombre mayor y Joel a su costado.

— Chicos, me alegro de que estén bien. — dijo Joel caminando hasta ellos para abrazarlos.

Zabdiel tan solo se hizo a un lado para evitar el contacto con el mexicano.

— Zabdiel, no sé qué es lo que creas, pero yo jamás delataría a Erick, estaba enojado, pero no lo haría, jamás haría algo para perjudicarlos — explicó Pimentel.

— ¿Entonces cómo es que la policía nos encontró? ¿Por qué la madre de Erick te agradeció? — cuestionó cruzándose de brazos.

—¿No es obvio? Ella solo quería que pensaran eso, ella me odia por amar a su hijo. — contestó cabizbajo.

— Sea como sea chicos. — interrumpió Ramsey — no pueden ir a su casa esta noche, encontraron marihuana en el departamento y los oficiales están inspeccionando el lugar.

Cuando el padre de Joel explicó el motivo, Zabdiel giro su cabeza rápidamente hasta Johann, fulminándolo con la mirada.

— Recuerdo que dijiste que ya no fumarias más. — reclamó Zabdiel a regañadientes.

— Necesitaba relajarme. — argumentó Vera.

— ¡Ya chicos! Se quedarán en mi casa esta noche por lo menos — interrumpió Joel aquellos reclamos.

— Prefiero dormir en la calle — contestó Zabdiel con indiferencia.