La Chica Striper [BTS y tú] +18

03

T/n.

Miré extrañada como no había nadie parado en la entrada, mi vista se dirigió a los lados, aún así nadie apareció en mi campo de visión. Bajé la mirada y me encontré con un misterioso sobre de color negro mate, envuelto por una cinta brillante del mismo color.

Genial, ahora fantasmas se me declaraban por cartas.

Cerré la puerta luego de tomar el sobre, al tenerlo más cerca noté que tenía un honor peculiar, como perfume de hombre. Huele bien.
Sin más preámbulos lo abrí luego de desatar el listón, dentro encontré una nota que decía:

"Espero que estés disfrutando esto tanto como nosotros, te dijimos que te ibas a arrepentir al no aceptar nuestro trato. Y esto apenas comienza.

Att: BTS"

Casi destruí la nota y la tiré a la basura, casi. Así que mis amiguitos si tenían algo que ver con todo lo que estaba pasando, lo suponía. Al parecer van enserio, pensé que solo estaban jugando conmigo. De repente siento miedo.

¿Que tan lejos llegarían?

Noté que dentro del sobre había más contenido, al descubrir de lo que se trataba mis ojos se abrieron como platos. Eran fotografías mías, la mayoría eran de cuando bailaba en el club, pero las restantes eran sacadas desde algún ángulo en el cual me divisaba por la ventana de mi casa. Sin pensarlo dos veces cerré todas las cortinas de la casa, dejé el sobre en la encimera de la cocina cuando decidí servirme un poco de agua para calmarme.
Mis manos tiemblaban, ¿como llegué a este punto?

Estás personas me estaban asustando enserio, esto no era normal. Traté de olvidarme de todo y despejar mi mente, coloqué el sobre con todo dentro de un cajón de la cocina.

Comencé a pensar de forma positiva, aprovecharé que tengo la mañana libre para ir a ver a mi madre. Los médicos me han mantenido informada de su estado, al parecer ella permanece estable, y espero que no decaiga nuevamente como la última vez que lo hizo.

"Estaba arreglando unas flores que le había llevado a mi madre.

—Gracias hija, se ven muy bonitas.- dijo mi madre sonriendo.

—De nada, las flores le dan más vida a todo— le respondí feliz al verla sonreír.
Pero mi madre notó que no todo parecía ir bien por mi lado, la tristeza en mis ojos no podía ocultarla, no había podido encontrar trabajo en esa semana y estaba algo mal por ello.

—Hija ¿que sucede?— preguntó palmeando el lugar a su lado para que me sentara, con cuidado de no aplastarla me senté en el borde de la camilla.

—No sucede nada, todo está bien— dije con una sonrisa forzada. No quería preocuparla.

—T/n, no trates de engañarme, te conozco lo suficientemente bien como para saber que algo te pasa.— habló seria.

—No...—digo desviando la mirada, si la veo a los ojos se me forma un nudo en la garganta.

—Soy tu madre, estoy aquí para ti, ven cuéntame que sucede hija— dijo abriendo sus brazos, sin esperar mucho la abracé.
Mis fuerzas terminaron y algunas lágrimas descendieron por mi rostro.
—Quiero que todo termine— susurré. Mi madre dijo un "lo siento" en voz baja.

—Ma, no tienes por que disculparte— digo secando sus lágrimas.

—Todo es mi culpa, si yo no estuviera enferma, nada de esto te estaría preocupando, estudiarías la carrera que quieras y seríamos felices juntas.— de pronto se quebró en un llanto desgarrador.