Reddie- "Amarillo"

Capítulo 4.

"Dios mío, se me hará tarde, ¿Qué horas serán...?, ya se ve muy soleado, ¿Acaso mi madre olvidó levantarme?"

Pensaba Eddie recién se despertaba gracias a los rayos de Sol que se colaban por su ventana.
Cuando intentó levantarse de la cama con el motivo de resolver sus dudas, al sentarse, comenzó a sentir un fuerte dolor, así que posó sus manos en su cabeza para sobarse y al sentir su rostro muy caliente comenzó a preocuparse, así que se levantó como pudo y bajó a la cocina, ahí se encontraba ya su madre preparando el desayuno.

-Buenos días, mamá.- habló desganado llamando la atención de su madre, quien lo volteó a ver sorprendida, puesto que no esperaba que se levantara hasta más tarde. -¿Me puedes decir que hora es?, creo que se me ha hecho tarde para la escuela o ¿olvidaste despertarme?... aunque, me siento mal, no habría querido ir de todos modos... ¿fue por eso que no me despertaste?, ¿avisaste a la escuela que faltaría?.- decía Eddie rápidamente mientras sacaba sus propias conclusiones, su madre mientras tanto esperaba a que dejase de hablar para explicarle lo que había pasado y cuestionarlo porque "no se enfermó de la nada".

-Eddie, cariño, escúchame, cuando iba a despertarte hoy en la mañana sentí tu rostro muy caliente y decidí que mejor deberías quedarte en casa hoy, obviamente estás enfermo y ya llamé a la escuela para avisar, así que no te preocupes, apresurate a desayunar y luego vístete que te llevaré al doctor.- dijo Sonia como orden hacia su hijo, quien no tuvo más opción que obedecer, así que se sentó en la mesa a esperar a que su madre le sirviera el desayuno. -Eddie, ¿Qué estuviste haciendo ayer, por qué te enfermaste?, ¿fueron tus amigos, cierto?.

La siguiente hora que pasó, mientras Eddie desayunaba, tuvo que mantenerse escuchando a su madre sermonearlo por juntarse con esos chicos que "son malas influencias" y lo "inducen" a hacer travesuras, según su madre, recibiendo también una que otra amenaza sobre que si volvía a pasarle algo por culpa de los chicos ya no lo dejaría salir y demás, esto acompañado de repetitivos "eres un niño muy delicado, debes cuidarte más que otros chicos"; todo mientras Eddie intentaba defender a sus amigos y convencer a su madre de que no había sido culpa de ellos, aunque en parte lo era.

Luego de esa aburrida y larga charla, Eddie hizo lo que su madre le había indicado anteriormente y una vez que estuvo cambiado y limpio se dirigieron al consultorio del doctor quien al finalizar el chequeo le indicó en una receta que debía mantener 2 días de reposo acompañados de tomar sus medicamentos si quería mejorarse.

De vuelta a su casa, Eddie estaba muy aburrido, su madre se había tomado muy al extremo la parte que decía "reposo" y solo lo dejaba estar metido en su cuarto. El pobre Eddie ya no soportaba más el aburrimiento, por tanto, solo se recostó en su cama dispuesto a dormir un rato, así tal vez se le pasarían más rápido las horas; al cerrar su ojos comenzó a pensar de nuevo en Richie, recordó lo que estuvo a punto de pasar el día anterior en el lago y comenzó a pensar en lo genial que hubiera sido besarlo; con eso bastó para que se mantuviera pensando durante un buen rato en un sin fin de situaciones que podría pasar junto a Richie y pensó en una que era especial y extraordinariamente imposible en la realidad, según el, pero que sin embargo era capaz de imaginar a la perfección "¿Cómo podría declararme?... sería bueno entregarle tal vez una carta...", pensó. La idea comenzaba a gustarle, pero al creer que realmente nunca se atrevería a hacer algo así se le ocurrió que sería mejor idea solo escribirla, no era necesario que se la entregara, con escribirla era suficiente.

Se levantó de su cama y fue a sentarse en su escritorio en busca de la libreta, (aquella que había servido anteriormente para aclarar sus ideas respecto a su amigo) y la halló de inmediato, pues aún recordaba donde la tenía escondida, una vez que la tuvo en sus manos, tomó un bolígrafo y escribió con su mejor letra: