Capítulo 5.

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Había llegado la hora acordada, así que los perdedores ya se encontraban afuera de la casa de Edds, Ben era el único que sí llevaba un regalo, creyó que todos lo harían así que compró un ramo de flores para Sonia, como disculpa por que Eddie se hubiera enfermado (los chicos casi podían asegurar que estaba enfermo).

-Vamos Bill, ponte al frente, tu habla con la madre de Eddie para que nos deje pasar.- decía Stan mientras le pegaba ligeramente con su codo a Bill en el brazo.

-Sí Bill, casi todo el mundo te tiene en un concepto de chico bueno.- continuaba diciendo Bev para convencer al chico, quien solo los miraba con rostro pensativo.

-B-bien, b-bien, lo haré p-pero no será gratis.- les respondió a los chicos quienes solo asintieron rápidamente y Bill sonrió triunfante, luego se acercó a la puerta y tocó el timbre. Inmediatamente la madre de Eddie abrió la puerta, con una sonrisa en el rostro que al ver a los chicos cambió por una expresión de enojo. -B-buenos días, S-señora Kaspbrak.- dijo Bill usando el tono más formal y alegre que podía. -Venimos a ver a Eddie, estábamos preocupados porque faltó ayer a la escuela y el no suele hacerlo a menos que esté enfermo.- continuó hablando el chico mientras la mujer se mantenía parada frente a ellos con la misma expresión, Ben al notar que su postura no cambiaba, caminó hacia el frente con las flores en la mano y se las extendió a Sonia.

-Le trajimos esto, espero que le gusten...- habló Ben mientras le dedicaba una sonrisa a la señora, quien al ver la amabilidad de los chicos y que realmente estaban interesados en su hijo esbozó una sonrisa y tomó las flores.

-Está bien chicos, pasen, Eddie está en su habitación.- dijo Sonia con un tono neutro en la voz, mientras abría la puerta y se ponía a un lado para dejarlos pasar.
Los chicos asintieron y dieron gracias a la señora uno por uno mientras iban entrando, luego se dirigieron escaleras arriba hacia el cuarto del castaño.

-Demonios Ben, de la que nos salvaste, temía que esa mujer fuera a meternos a unos hornos o algo por es estilo, ¿no Stan?.- dijo Richie en voz un poco baja burlándose de su amigo el judío mientras subían las escaleras y luego alzó la mano para hacer un "hi-5" pero sólo recibió malas miradas de sus amigos y un "no seas tonto, Richie" por parte de Bill.
Finalmente llegaron a la habitación del chico, quien estaba recostado en su cama leyendo historietas, al parecer se sentía tan mal que no se había molestado en fijarse quien tocaba el timbre.

-¡Eddie Spaguetti! te extrañé tanto.- exclamó Richie dramatizando y fingiendo que se limpiaba lágrimas de los ojos, mientras corría a abrazarlo, lo que hizo que Eddie se asustara y se sonrojara a la vez.

-¿Chicos?...¿qué hacen aquí?- dijo emocionado y confundido a la vez ignorando a Richie por completo mientras miraba con asombro a los perdedores que estaban esperando en la puerta.

-Pues, Richie nos contó la tontería que hizo ayer así que supusimos que estabas enfermo...- habló Stan con una sonrisa medio burlona en el rostro.

-Sí, además, creimos que sería bueno venir a visitarte, te extrañamos.- le dijo Bev con una sonrisa.

-Sí, estábamos preocupados, pensamos que estabas muy, muy mal.- comentó Mike.

-Bueno, gracias por venir a verme chicos, pero ¿cómo hicieron para que mi madre los dejara entrar?.- habló de nueva cuanta Eddie confundido.

-Pues... le traje flores.- dijo Ben poniendo una expresión incómoda y todos rieron.

Luego de esa pequeña escena los chicos estuvieron todos platicando en el cuarto de Eddie durante un largo rato, incluso Sonia los invitó a comer y así estuvieron pasando la tarde y no fue hasta que el cielo comenzaba a nublarse que los chicos decididieron irse juntos, a excepción de Richie, con el pretexto de que quería disculparse con Eddie a solas, pues a pesar de que no era nada muy grave el pequeño chico castaño en verdad se sentía muy mal.

Reddie- "Amarillo" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora