Capítulo 7

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Los chicos continuaban normales a excepción de Richie y Eddie, se habían distanciado un poco desde la última vez que hablaron, que fue el día que Richie acompañó a Eddie a su casa. Todos los perdedores se habían dado cuenta e intentaban hacerlos hablar, pero ninguno quería afrontar el tema; Eddie porque tenía miedo, simplemente tenía miedo y Richie porque tenía un plan para confesarse pero la actitud del menor le impedía seguirlo y se ponía nervioso cada que intentaba hablarlo, incluso llegó a pensar que la carta era una broma o algo por el estilo.

Hoy por suerte Bev, Richie y Eddie habían tenido una hora libre porque uno de sus profesores estaba muy enfermo, iban camino a la cafetería tranquilamente a comprar comida pero Beverly pensó que sería buena idea dejar a los chicos solos por un rato, entonces cuando pasaron afuera de los baños la pelirroja les dijo que necesitaba entrar y se fue, dejándolos solos en el pasillo.

-Aghh, ahora tenemos que esperarla, ya tenía hambre y no podemos ir sin ella.- habló Eddie con fastidio mientras hacia su cabeza hacia atrás.

-No podemos ir sin ella.- dijo Richie con voz chillona imitando a Eddie. -Tonterías, solo no quieres estar a solas conmigo.- le dijo cruzándose de brazos molesto mientras rodaba los ojos.

-Hey... yo no hablo así.- frunció el ceño mientras hacía un leve puchero, no tenía ganas de pelear con el mayor así que no hizo más.

-No, no, de hecho tu voz suena más chillona.- habló burlón mientras le miraba fijo. -Y, no vuelvas a hacer eso de nuevo.- murmuró refiriéndose al puchero, pues le parecía bastante tierna esa expresión en su pequeño Edds.

-¿Qué?, ¿esto?.- cuestionó burlón y volvió a hacer ese gesto mientras se acercaba más al mayor.

-Sí Eddie, eso.- murmuró entre dientes intentando desviar la mirada.

-Jajaja no seas tonto.- se burló. -¿qué tiene eso de malo?.

-...No soy tonto, o bueno, tal vez un poco, sí.- se cruzó de brazos. -Eddie...

-Finalmente lo admites.- dijo entre risas. -¿si...?.- interrogó dudoso al escuchar al pelinegro pronunciar su nombre.

-Sí, que gran logro.- dijo sarcástico. -Nah, nada, olvídalo.- se encogió de hombros restándole importancia a lo que decía.

-Demonios Richie, solo suéltalo, te la has pasado con rodeos estos días.- se cruzó de brazos molesto.

-¿Cómo?, ¿rodeos yo?, no soy el único que se ha comportando raro, Eddie.- acusó el pelinegro. -Oh, vamos, no seas así.- se quejó desviando la mirada.

-¿A qué te refieres con que no eres el único?.- preguntó retador alzando una ceja.

-Tu...- quería mencionar la carta pero sabía que no era el momento adecuado.- tus mejillas, siempre se ponen rojas.- acusó casi como reclamo frunciendo el ceño.

-Eso... ¡n-no es cierto!.- alzó la voz con nerviosismo y desvió la mirada.

-¿No?.- rió por lo bajo, pues había dado en el clavo. -Mira, me dices lo que te pasa y yo te digo lo que me pasa.- sugirió repentinamente, estaba seguro ahora de lo que hacía.

-N-no...- dijo mirando el suelo.- Bien, pero tu dilo primero.- volvió a hablar, posando su mirada en el rostro del mayor.

-...¿Yo?, pero...- intentó excusarse pero no encontró nada que decir, luego soltó un suspiro y tomó la mano del castaño. -Bien, te diré pero no aquí.- Eddie simplemente asintió y siguió al mayor sin cuestionar, este lo llevó a la biblioteca, pues allí nunca había nadie a esa hora, entraron y se sentaron en la mesa que se encontraba más alejada de la bibliotecaria, uno frente a otro y luego se quedaron en silencio unos minutos, pues ninguno sabía como comenzar a hablar.

-Bien, ya puedes hablar, ¿no?.- murmuró Eddie para romper el silencio mirando el centro de la mesa.

-Bien... a lo que se debe mi forma tan rara de comportamiento es que... me gusta una chica y no se como decírselo.- habló intentando sonar serio mientras se aguantaba la risa.

-¿Y eso qué mierda tiene que ver conmigo?.- interrogó frunciendo el ceño con fastidio.

Comenzó a carcajearse tapando su boca mientras negaba con la cabeza, en verdad se lo había creído. -Que esa chica eres tu... chico, perdón.- intentó retomar su postura seria de nuevo.

-¿Es en serio?.- interrogó fastidiado. -Bromeas sobre esto por la carta, ¿no?, ya se que tu la tienes.- dijo molesto con un atisbo de tristeza en su mirada.

-Hey Edds, mírame.- dijo mientras tomaba el rostro del castaño con ambas manos y lo giraba para quedar frente a frente. -No bromeo, de hecho, creo que nunca había dicho algo tan serio en mi vida.

-Está bien Rich, te creo.- murmuró al notar la seriedad en la mirada de Richie, estaba  sonrojado y tenía una leve sonrisa en el rostro. -Y amm, bueno, si leíste la carta... ya no es necesario preguntar lo que me pasa, ¿cierto?.- interrogó avergonzado.

-No Edds, no es necesario, de hecho, si no fuera por la carta probablemente nunca te lo habría dicho.- sonrió tierno y luego desordenó el cabello del más bajo. -Por cierto... amé la parte de las aguas grises.- comentó riendo pero no en forma burlona, Eddie hizo un puchero de nuevo mientras fruncía el ceño y se disponía a hablar pero Richie habló primero. -¿Por qué tienes que ser tan... jodidamente tierno?.- cuestionó perdiéndose en la mirada del castaño mientras acaribiaba sus mejillas y luego se acercó lentamente y depositó un beso en su nariz. Eddie se mantuvo en silencio mientras su rostro lentamente se teñía de rojo. Richie se separó y juntó su frente con la del castaño, emitió una pequeña risa mientras lo miraba indeciso por lo que estaba a punto de hacer, luego soltó un suspiro y volvió a acercarse y ambos cerraron sus ojos para finalmente juntar sus labios con los del otro en un tierno beso; Eddie acercó sus manos temblorosas y acarició suevemente el cabello de Richie, dejándose llevar por el momento. Por ese beso fugaz.
Después de unos segundos ambos se separaron y lentamente fueron abriendo los ojos, Richie mantenía una enorme sonrisa de idiota en su rostro mientras que Eddie se sentía tan avergonzado que inmediatamente de que se separaron acomodó sus brazos frente a el y recostó su cara entre estos, intentando esconder su enorme sonrojo que llegaba hasta sus orejas.

-Te quiero, Kaspbrak.- murmuró casi inaudible en el oído del menor.

-Y yo a ti, Tozier.- murmuró igualmente de forma casi inaudible.
             
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⏰ Última actualización: Dec 16, 2017 ⏰

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