Capítulo 8

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Muchas gracias por leer

El aire le faltaba, rasguñaba las paredes de aquel lugar como una bestia intentado huir. De su boca no salía ni el mas suave murmullo.
La desesperación era sólo la vela que la mantenía viva.
Cuando intento gritar, lo único que consiguió fue lastimar su garganta.
Se sentó abrazando sus rodillas, algunas lágrimas caían por todas sus mejillas.

Su mente la engañaba donde sombras sin forma se extendían por todo la habitación oscura, el miedo le jugaba malas bromas.

Mientras en otra parte, su ropa estaba teñida de sangre y en su mano reposaba el ojo de la persona a la cual acababa de matar.

-Eso fue asqueroso Asta- pronunció con mueca de desagrado Stella sentada desde el escritorio

-Tu me dijiste, torturalo y fue lo que hice -

-Solo en estos casos me obedeces,  llevate los ojos son la evidencia - se levanto del escritorio y camino hacia una persona que intentaba huir a la puerta arrastrándose, el hombre tenía sangre por donde sea y sus piernas rotas - Lo siento mucho gusano - ella tomó la cabeza contraria y de un solo jalón sacó la cabeza

-Me dicen a mi el sádico - susurro El chico entre dientes

-Asta ve por Izuku-

El contrario asintió y por la ventana de aquel cuarto brinco. Él se agarro de algunos bloques de la prisión y entró por otra ventana, pero cuando llegó a la celda el objetivo que su líder quería ya no estaba.

-Stell ya no está - recargo su mano sobre su oído esperando la respuesta contraria

-Deja que la traiga, Alfrid ella se encontrará con el objetivo-

-Entendido -

Cuando Asta iba a saltar vio a los dos niños que siempre acompañaban al objetivo, llorando, se acercó a ellos y les sonrió.

-¿Quieren salvarla? -

Ambos asintieron, Asta golpeó la celda de metal y esta se partió, el espacio era suficiente para que un niño pasara.

-Son libres, no me culpen si mueren -

Cuando Asta salió por la ventana, sus labios se curvaron y una sonora carcajada resono.

El quirk de Asta es fuerza y una habilidad que heredero de su madre, una bruja, es poder observar fragmentos del futuro. Cuando los liberó, vio como esos dos agonizaban y se debatían entre la línea de la muerte y la vida.
Pero aun así los liberó, todo por su diversión.
Cuando entro a la habitación vio a Stella comunicar las ordenes de asalto a los soldados escondidos, si todo lo que había visto en el futuro ocurriría significaba que el gobierno japonés les debería un favor muy grande a su gobierno.

-Stell tus siguientes ordenes - mencionó él mirando sus manos como si fueran obras de arte

-Asta crea una masacre-

-Por supuesto - una sonrisa macabra se dibujo en sus labios, sus ojos brillaban y leves carcajadas se oían su boca

Cuando Stell volteo a verlo el ya no estaba.

Dentro de la oscura habitación, un leve olor a sangre impregnaba el lugar. Sus pequeñas manos estaban cortadas y sus piernas ya tenían hematomas morados.

"Ayuda, ayuda" intentaba gritar Izuku pero no había sonido. Cuando dirigió su mirada a la puerta, está empezaba a abrirse, esperando que la ayuda había llegado, una sonrisa se pinto en su rostro, pero en cuanto vio a la persona frente a ella, su rostro se deformo y las lágrimas brotaron.

Continuará....


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