Eran las seis de la tarde, hoy habías salido más temprano del trabajo por lo que decidiste avisarle a Tom, tu novio, quien dijo que pasaría por ti.
Al salir del edificio lo viste frente a la puerta principal con un ramo de rosas lo que causó que sonrías y te sonrojes.
—Hola-dijo Tom sonriendo—. Te traje un regalo.
— ¿Ah sí? ¿Cuál? —preguntaste bromeando mientras él te entregaba el ramo-. Me encantan, gracias-susurraste sobre sus labios antes de besarlo.
—De nada, mi amor—dijo tomando tu rostro entre sus manos—. Hoy estás más linda que ayer.
Reíste mientras negabas.
—Cállate—tomaste su mano para empezar a caminar hacia en el estacionamiento.
— ¿Cómo estuvo el trabajo? —preguntó.
—Bien. ¿El tuyo? ¿Qué tal las grabaciones? —te encantaba escucharlo hablar de su trabajo, amabas la pasión con la que te explicaba lo que hacía en el set durante el día.
—Genial. Hoy terminamos de filmar y eso me pone muy contento—te dio una sonrisa de esas que tanto amabas ver en él.
—Me alegro mucho, no puedo esperar para ver la película...—ibas a continuar hablando pero te interrumpió con un beso en los labios.
El beso duró más de lo que pensaste, se separaron por falta de aire y Tom dijo:—No hablemos de mí, quiero que me cuentes como estuvo tu día, que hiciste en el trabajo, si almorzaste bien—dijo señalándote— porque usted, señorita, dice que no tiene tiempo y no come, así que ahora mismo iremos a cenar y luego a casa para relajarnos en la bañera—dijo mientras abría la puerta del copiloto.
Tom caminó hacia el otro lado, subió el auto y se colocó el cinturón. No dejaste de mirarlo ni un segundo, en ese momento pensabas en lo afortunada que eras al tenerlo como novio.
Tom notó tu mirada y volteó a mirarte, estuvieron observándose durante un rato sin decir nada, solo sonreían, era como si sus ojos hablaran por ustedes.
—Qué hermosa eres, Dios mío—susurró haciendo que te sonrojes y agaches la mirada—. Un año ha pasado ya y sigues sonrojándote cuando te digo algo—sonrió.
—No puedo evitarlo—alzaste los hombros.
—Está bien, chica hermosa, vamos a cenar—dijo antes de besar tu mano y encender el auto.
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