Rotten Boy, Grotesque Romance.

Inexistente, invisible. No ocurrió.

No consideraba llegaría a esos límites, si, incluso él, al que cualquiera hubiera acusado de estar loco al mencionar tan sólo las cosas que pensaba... Pero allí estaba, forzando la cerradura de la casa de Tanaka, al tanto de que la madre de su amado no estaría en ese momento y podría vagabundear un rato en el lugar... Descubrir todas esas cosas que su dulce dulce amor tenía escondiéndole.

Con sus habilidades y la desgastada cerradura no fue nada difícil el entrar, alegre de no haber llamado la atención de nadie y junto a esto todavía mucho más alegre de poder por fin cruzar aquella línea... Dar ese paso dentro de la casa antes de cerrar la puerta detrás de sí... ¿Habría marcha atrás después de eso? ¿Qué tan lejos había llegado?

... No le importaba ni siquiera un poco...

Anduvo por el apartamento apenas un poco, sus pasos se escuchaban tan pesados en el silencioso lugar. Observaba cuanto podía sin tocar nada en la sala o la cocina, mucho menos del comedor... Sólo observaba, pensando en qué era lo que hacía Tanaka mientras estaba en este lugar, imaginándole allí, todo eso mientras continuaba buscando su habitación... Sin tardar nada en encontrarla en aquel pequeño lugar de apenas dos habitaciones, la que había pasado de largo, la cual seguramente era la de la madre de Gundham y por fin llegando a la del muchacho de cabello bicolor.

Entró aquí, observando todo lo que podía, admirando que el muchacho además de vestir de una extravagante manera también poseía unos objetos por demás curiosos. La habitación, oscura y a simple vista perteneciente a la de un chico gótico contaba con una gran cantidad de libros además de algunos muebles de madera desgastada, la cama, a la orilla y pegada a la pared estaba cubierta por un par de sabanas y obviamente un par de almohadas, siendo lo único que no llamaba la atención de ese lugar, a su lado unas puertas de madera que probablemente daban a un armario, lo que era poco posible de esperar en un lugar como era ese, pero, que allí estaba, en la esquina un montón de objetos que Souda desconocía y prefería no conocer, pues no parecían nada en lo que él pudiera confiar. Un par de cosas más había en el lugar, todas cosas que llamaban la atención del mecánico, quien finalmente fue seducido por este montón de cosas desconocidas que veía en aquella esquina, deseando acercarse para tocar, aunque fuera sólo una... Y deteniéndose al escuchar abrían la puerta principal.

Sintió el sudor frio recorrer su espalda al escuchar introducían la llave, el tintineo que con el eco se escuchaba todavía más profundo... Necesitaba salir, debía salir... Y la ventana estaba tan cerca... Pero mucho más cerca estaba ese armario.

La puerta principal se abrió y con esto un par de pisadas se empezaron a escuchar hacia dentro de la casa... Y Souda, Souda no tardó nada en decidir cuál era el lugar en el cual quería esconderse, si, esconderse... Pues fue directo dentro del armario.

Dentro del lugar era mucho más pequeño de lo que por fuera parecía, y, con la ropa pesada que el muchacho solía usar (entre gabardinas y otras cosas de ese estilo) parecía que era mucho más oscuro y pequeño... Pero a Kazuichi no le importaba, ansioso por descubrir si era la madre o el mismo Tanaka quién había entrado, pensando en que sólo era una oportunidad para poder descubrir un poco más de él, que no fuera capaz de ocultarle nada.

Con una diminuta parte de la puerta corrediza de aquel armario abierta el chico de cabello rosa podía observar parte de la habitación de Gundham... Y eso le bastaba, pues podía ver la puerta de ese lugar, así podría ver quién sería el que entrara, si su madre o el criador.

... Sin esperar que sería primero una chica de largo cabello rubio.

Tragó saliva, abriendo sus ojos y cuidando el no hacer ningún sonido de sorpresa, ya desde antes había escuchado un par de risas, pero, quería convencerse a sí mismo de que eran del apartamento de al lado... Ese no podía ser su amado... No... Claro que no podía... Pero para mala suerte de Kazuichi... Claro que sí lo era.

-Lamento el haberte pedido que me buscaras de emergencia, Tanaka-kun...- con una voz suave ella pronunció mientras de pie en la puerta al parecer esperaba, al contrario, lo cual, también beneficiaba bastante a aquel que estaba escondido en el armario, ni siquiera había pasado tanto, ¿Cómo era posible que estos dos hubieran llegado ya si él apenas llevaba un rato? ...O bien... Lo que le parecía sólo un rato... Fuera como fuera e intentando ignorar este pensamiento Souda continuó mirándola... Ella era, de hecho, muy linda, tenía el cabello rubio realmente largo y según parecía sus ojos eran azules, además de eso lucía una bonita sonrisa mientras esperaba al contrario, vistiendo con el uniforme café de la Kibougamine llevaba un accesorio en el cabello y... A decir verdad, era una chica que completamente hubiera sido el tipo de Souda... Si él no hubiera estado tan jodidamente enamorado de Gundham, si sus sentimientos no quisiera sólo entregarlos a él.

... A él... A él... ¡A él y a nadie más!

-No ocupe su pensar en cosas que sólo sufren de banales...- escuchó la voz fuerte de Tanaka "el prohibido" -a mis oídos ha sido toda una bendición el poder recibir su inusual llamado, dama oscura...-

¿Había escuchado bien? ¿Acaso él la había llamado "dama oscura"? Respiró profusamente intentando detener cualquier sentimiento que le estuviera diciendo hiciera daño en ese mismo momento... Se decidió a seguir escuchando.

Cuando ambos salieron de su campo de visión y escuchó el rechinar del colchón supo que alguno de los de se había sentado, entonces volvió a escuchar la voz de aquel al que amaba con cada parte de su ser.

-Ni el mismo Azrael hubiera acredita sus principios, dama os...- calló de pronto... Y con eso el chasquido de unos labios comenzó a escucharse junto al gemido de protesta que había sido parte de Gundham... Al parecer aquella que respondía bajo el apodo de "dama oscura" estaba bastante segura de lo que quería al ir a ese lugar, directa al punto...

-...Cierra los ojos...- tras apartarse de los labios del criador Sonia pidió, palabras que obviamente eran para Tanaka... Pero que Souda prefirió seguir, y, así como cerró sus ojos retrocediendo cuanto podía dentro del armario deseó poder "cerrar" sus oídos por igual, no escuchar nada... Pues sus manos no eran suficientes por mucho que bajara su gorro negro debajo de su cabeza y hasta sus oídos... Se filtrabas sonidos... Sonidos que mil veces hubiera preferido no escuchar.

. . .

Sin saber cuánto tiempo llevaba allí esperó, esperó hasta que aquello terminara y luego deseo el no ser descubierto, seguro de que su respiración no sería escuchada, completamente seguro de esto, pues ellos parecía estaban demasiado ocupados con lo que fuera que estaban haciendo, que sin querer Kazuichi ya estaba imaginando lo peor.

... Y terminó, el tiempo que a él le pareció finalmente terminó...

... Y sintió yo no había razón para esconderse.