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—Mi cliente confiesa que es el único que se ha hecho cargo del pequeño Sehun, básicamente desde que estaba en su vientre. Los gastos del niño fueron cubiertos por él, sin ayuda de su esposo.— El abogado del chico rubio habló dando puntos a favor de su cliente, el caso seguía sin avanzar, no se decidía aún quien de los dos se quedaría con el pequeño.

—Eso es mentira, Jimin, sabes que es mentira. Te ayudé con los gastos y cuidé a Sehun cuando aprendió a caminar.—Jeon se levantó de su asiento molesto.- ¿Olvidas que lo cuidé mientras te ibas de puta?

—No voy a dejar que me insultes de esa manera,además. ¿No recuerdas que no trabajabas? ¿Ya olvidaste que metías a todas tus putas a la casa mientras mi hijo estaba ahí? Esas son mierdas Jungkook.— Por primera vez, después de 6 años, Jimin lo encaró.- Trabajaste pero no me diste nada para cubrir gasto, yo me tuve que partir el lomo para poder pagar la escuela de mi hijo.

—Orden en la sala.—La voz irritada del juez hizo que ambos chicos retomaran su asiento.—Habrá un descanso de 20 minutos, no puedo continuar el caso si ambos casi se están matando en la sala. Ahora, fuera de aquí.

Todos los testigos del caso se pusieron de pie y salieron del lugar, a excepción de los dos jóvenes que peleaban por su hijo. El débil y frágil Jimin lloraba en el hombro de su mejor amigo, lamentándose por todo, por haber juntado con la persona equivocada y así darle una mala vida a su nene.

Por otro lado Jungkook, dejaba salir su lado sensible, aquel chico "rudo" demostraba que tenía sentimientos. Estaba arrepentido, arrepentido por haber arruinado la vida de su pequeño y único hijo. Frustración, desesperación y miedo eran reflejados a través de sus ojos.

—Te odio tanto Jungkook.—La voz quebrada de Jimin se hizo presente ante los oídos de su pareja.—Mi hijo no merece estar contigo. 

(...)

—Bien pequeño, sigamos.— El psicólogo mostró una de aquellas tarjetas, con una manzana en medio.—¿De qué color es la fruta Sehun?

—R-roja, a-a mii m-e gu-ust-tan l-as manzanas.—El pequeño sonreía ante su logro, era divertido aprender cosas nuevas.

El psicólogo seguía mostrando unas cuantas tarjetas más, hasta que la puerta del consultorio fue abierta. Un joven de tez morena se encontraba recargado en el margen de la puerta, apreciando aquella escena. 

—¿Qué tal vas con el niño amor?—El joven se acercó a su novio dejando un casto beso en sus labios.—El juez necesita la información en esta semana. ¿Has descubierto algo?

El chico rubio sólo sonrío apenado, por dedicarse a enseñarle algunas cosas al pequeño Sehun, había olvidado por completo el caso. 

—Sólo he podido saber dos cosas como máximo, me dediqué a enseñarle los números y a sumar...— Jin comentaba apenado mientras miraba a su novio, el cual, negó levemente con la cabeza.—¿Cómo va el caso?

—Hasta ahora, no hay nada nuevo, los dos siempre se lanzan mierdas. Lo que Jimin me ha dicho, no es de mucha ayuda, pero por lo menos es algo. Jeon no tiene puntos a su favor.— El moreno lanzó un pesado suspiro—La gente cree que nadie merece la custodia.

—¿C-cus-tod-iia?—Sehun curioseaba un poco, el quería saber que estaba pasando con sus padres, quería verlos y que ellos lo llenaran de muchos besos y abrazos.—¿M-mis p-apitos e-est-an b-ien?

—Nam, no era el lugar correcto de habar sobre el  caso.—Jin lo regañó, ahora debía buscar palabras para explicarle las cosas al pequeño, no quería verlo mal.—Verás Sehun, tus papis pelean mucho y ya no se quieren tanto como antes. Lo mejor es que ambos vivan en casitas separadas, y bueno, tú deberás irte con uno de ellos, el que te cuide mucho mas. Una persona uy buena, está decidiendo quien es mejor para ti, por lo que necesitamos de tú ayuda para que el caso acabe pronto.

—Y-yo n-o q-uie-ero q-ue mi-mis papit-tos v-van s-sep-parad-dos.— Lágrimas amenazaban por  salir de los redondos ojitos del menor, el quería que sus padres vivieran juntos y siempre estuvieran para darle mucho amor siempre cuando el lo necesitara.

—Lo siento Sehun, pero, ellos serán más felices separados y creemos tú igual.-La dulce voz del rubio trataba de alentar al menor, pero este ya había comenzado a llorar, era la noticia más dolorosa que había recibido.

La pareja miraba al pequeño frente a ellos con algo de nostalgia y lastima, Sehun era un muy buen niño y merecía todo el amor del mundo, no solo eso, también merecía una gran familia, una donde siempre estuviera presente la armonía y el cariño familiar.

✾~ C U S T O D I A. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora