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Narra Camila:

No sé si hubiera sido peor quedarme en casa viendo películas románticas y maldiciendo mi suerte.

-Saltó la valla de contención y corría más rápido que los de seguridad, en segundos estaba sobre mi, literalmente.- Ah, no. Nada hubiera sido peor que escuchar hablar a Tedd Amsield sobre como sus fans lo persiguen y de lo fabuloso que es.

-Me tiró al suelo y yo estaba como "whaaaaat??" y ella estaba como "ahhhhhhhhhhh!".- Sonreí. Tal vez no es tan malo después de todo.

-Pedí que no se la llevaran, me cayó bien y estaba muy buena.- Retiro lo dicho. Dios, ayúdame, de que no soy tu mejor hija pero por favor.

-Camila, ¿te sientes bien?.- Dijo sorprendiendome, vaya ha notado que no lo escucho o es por mi cara de fastidio.

-Oh, no te preocupes Tedd. Este lugar es algo sofocante, necesito ir al tocador.- Le sonreí, el asintió imitando mi gesto.
Salí disparada hacia los baños, pero conseguí desviarme y encontrar una puerta de servicio trasera que resultó dar a un callejón maloliente con contenedores de basura desbordados. Genial.

Saqué mi teléfono y marque de inmediato a la causante de esta desastrosa "cita"... Dinah.
A la tercer llamada mi paciencia no existía.

-Si no contestas el maldito teléfono te despediré y enviaré a toda tu familia a una aldea en.- Susurré, sin darme cuenta de que los tonos habían cesado.

-Eso te saldrá más caro que soportarme.- Río. Pero a mí no me hacía gracia que tuviera razón.

-Dinah Jane Hansen.- Dije tratando de no subir demasiado el volumen de mi voz.- ¿Tú sabías de esto verdad?.

-No se lo que hablas.-

-Tedd se la ha pasado hablando únicamente de él y sus aventuras.-

-¿Y eso es lo que te hizo mutar, mini Hulk?.- Se burló.

-Se supone que nos conoceríamos pero cada vez que trato de hacerlo me sale con "la rubia de la disco se sorprendió tanto al verme que se desmayó".- Dije imitando la voz del susodicho. Dinah por supuesto continuó riendo.

-Ya Camila, cálmate, solo trata de impresionante.-

-Lo que me impresiona es como entró aquí tapándose el rostro para que no lo reconocieran cuando nadie aquí parece saber quién es. Incluso estuvo unos 10 minutos explicándole al mozo que el es un "talentoso artista".-

- Ok. Tal vez no quiere impresionarte. Pero ten calma, es un buen muchacho, debe estar emocionado porque al fin su carrera está despegando.- Uff, tal vez tenía razón.

-Esta bien, volveré con él, y si no da una sola señal de humildad me iré.- Corté la llamada.

Una pequeña corriente de aire fresco hizo que me cubriera los brazos automáticamente como en un abrazo. Y segundos después me encontraba mirando hacia el cielo, habían pocas estrellas esa noche, pero no importaba cuantas fueran a mí me encantaba mirarlas acompañar la luna.

-Señorita Cabello.- Escuché a mis espaldas y voltee, era un chica del servicio del restaurante.- no puede estar aquí.- Dijo. Parecía algo intimidada así que le sonreí.

-Claro, lo siento...Caterine.- Leí en su uniforme de limpieza, ella sonrió tímidamente. Me encaminé de nuevo a la puerta pero noté que llevaba una bolsa negra enorme de basura. Ella la levantó con torpeza y de inmediato decidí ayudarla.
Así que sin decir nada cargue parte del peso y ambas impulsamos la bolsa hacia el contenedor.

-Gracias.- Dijo. Yo asentí, no debía agradecerme.

Volví a la mesa con Tedd que me observó detenidamente.

Pájaro CantorWhere stories live. Discover now