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Los dedos de la morena se movían a una velocidad casi inhumana oprimiendo las teclas de su portátil rompiendo así el silencio en la habitación.
Había destinado ese tiempo en la mañana a contestar mensajes de las miles de personas que la admiraban, sentía que le debía a cada una de ellas un poco se su atención aunque no lograra cumplir con todas.
Así que allí estaba desde las 8am sentada y cubriendo sus piernas con el edredón.

-Si sigues así tendré que decomisar tu laptop.- Dijo Dinah mientras entraba de nuevo a la habitación de su amiga. Era ya casi la hora del almuerzo. No recibió respuesta alguna así que se sentó al borde de la cama.

-¿Cómo está tu mano?.- Se atrevió a preguntar. No estaba segura si el tema era apto o no ya que al día siguiente de lo ocurrido Camila simplemente pidió que cambiaran los muebles y repararan algunas cosas en la casa, luego no mencionó nada más. Su actitud ciertamente había cambiado, la mayoría del tiempo se la pasaba callada, ida, sólo tenía sonrisas y bromas para sus fans y parecía sólo importarle su trabajo.

-Aún duele un poco pero podré tocar en el tour.- Respondió sin dejar de teclear y mirar su pantalla. Dinah negó para sí misma.

-No deberías.- Comenzó la rubia.
-Estoy bien.- Interrumpió Camila dando por finalizado el tema.

Dinah se levantó observando a su amiga que no dirigió la mirada hacia ella en ningún momento. Suspiró. No sabía si la cantante se sentía avergonzada por el caótico episodio de hace una semana atrás, no sabía lo que tenía en mente o si iba a durar más tiempo con esa actitud repentina. Pero estar parada allí sin poder hacer nada más que observar como su mejor amiga se había transformado en una especie de robot sin gracia le hacía sentirse muy mal.

-Entonces, nos vemos mañana en el aeropuerto.- Dijo Dinah a modo de despedida.

-Dile a Anne que me envíe los detalles finales del tour.- Pidió la morena desde su cómoda posición en la cama.

-No ha cambiado nada desde la reunión de ayer.- Anunció Dinah.

-Aún así.- La morena observó a su amiga por un momento y luego volvió a su computadora. Dinah asistió con la cabeza y se dirigió a la puerta. Al menos esa parte obsesiva de querer estar en el último detalle en su trabajo no había cambiado.

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La noche había llegado, todas las luces de la casa estaban apagadas, sólo entraban por las ventanas (cuyos vidrios habían sido reparados recientemente) un poco de luz de los focos de la calle.
Había una brisa fresca anunciando el cambio de estación pero eso no importaba, no cuando en sus manos había una taza de café humeante.
De repente el timbre sonó, así que Lauren muy perezosamente se levantó del sofá y caminó hasta la puerta pero cuando abrió la persona se estaba alejando. Reconocería esa silueta y ese cabello donde fuera.

-¿Amanda?.- La rubia giró sobre sus talones.

-Creí que no había nadie. No vi luces.

-Oh, es que. Bueno, quería estar un poco a oscuras... Extrañaba estar aquí.- Confesó la ojiverde.-¿Quieres pasar?

-Eso estaría bien.- Respondió Amanda dirigiéndose de nuevo a la puerta.

Una vez dentro de la casa, Lauren encendió las luces y observó expectante a la mujer.

-Emm, pensé que tal vez podríamos cenar juntas hoy, Normani me dijo que tal vez querrías un poco de compañía.- Estar bajo la intensa mirada de Lauren la hacía ponerse algo nerviosa.- Ella no podía venir. De hecho intenté llamarte pero me atrapó el buzón de voz.-
Los ojos de Lauren se agrandaron de repente, había recordado algo.

-Lo siento. Olvidé que la batería se había agotado.- Explicó.- Pero me alegra que hayas venido, en verdad.- Dijo para alegría de Amanda.-Ponte cómoda.-

-Entonces. ¿Ordenamos pizza?.- Preguntó la rubia acomodándose en el sofá.

-Pizza estará bien.- Sonrió Lauren tomando el teléfono y empezando a marcar el número.

Pasaron horas mirando televisión hasta que el sueño las atrapó a media noche. Ninguna de las dos prestaba atención a la pantalla, Amanda había apoyado su cabeza sobre el hombro de Lauren a quién no parecía incomodarla.

-Debería irme ya.- Dijo la rubia mientras contemplaba el perfil de aquella mujer que tanto había deseado tener.-Había olvidado que aún pertenezco al sistema.- Lauren sonrió y miró aquellos ojos celestes.

-Eres realmente hermosa y si hacer ningún esfuerzo.- Susurró Amanda. Se escuchó un tímido "gracias" de parte de Lauren.

Las miradas se apartaron y Amanda se levantó den sofá.

-Me encantaría pasar más tiempo contigo.- Confesó Amanda y le regaló una sonrisa sorprendiéndose de obtener una de vuelta.

-De seguro así será.-

Caminaron hasta la puerta y Lauren la despidió con un beso en la mejilla pero para Amanda no era suficiente, así que sin intentar luchar contra sus impulsos decidió darle un beso en los labios.

Estuvieron unos segundos en aquella posición hasta que el debate interno de Lauren terminara.
"¿Será correcto corresponder?" se preguntó. Y aunque en un tiempo atrás había evitado a Amanda, ahora que eran un poco más cercanas y había recibido su apoyo, sentía que había demostrado la persona que era y debía mantenerla junto a ella y ¿quién sabe?, tal vez ella era quien la ayudaría a curarse, tal vez un día podría encontrase amándola.
La besó.

Pájaro CantorWhere stories live. Discover now