b,nb | 017

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yoongi ya había llegado a la dirección dada por hoseok, no estaba tan lejos de la casa de yoongi, pero tampoco tan cerca. el pelinegro decidió tomar autobús porque estaba muy cansado y eso que había estado durmiendo por bastante tiempo en su escritorio.

cuándo por fin llegó a la casa del amigo del castaño, se fijó en ella. repaso cada detalle de la casa, no era muy pequeña, tenía un pequeño jardín dónde las flores apenas crecían. la casa se veía cómoda desde afuera, pero el de ojos rasgados sentía un sentimiento de amargura en la boca de su estómago. dejó de pensar tanto y caminó hasta la puerta de la casa color beige.

tocó un par de veces, su pie no dejaba de moverse mientras esperaba a que alguien abriera la puerta.

cuando la puerta por fin se abrió, se vio como un muchacho de cabellos rubios sonreía mientras miraba hacía atrás, sus ojos se convirtieron en dos medias lunas y al pelinegro le pareció tierno su gesto. al abrir por completo la puerta, el de cabellos rubios lo miró.

—hola, ¿en que puedo ayudarte?—dijo. su expresión cambió de repente, ya no estaba sonriendo como antes.

—busco a hoseok.

—¿para?—habló el rubio, no se le veía nada feliz.

el pelinegro se quedó callado, meditando las palabras que iba a decir.

—lo necesito ahora.—dijo finalmente.

—¿tú eres el que hace sufrir a hoseokie? —dijo mirándolo con recelo— que te quede claro que si le llega a hacer algo a hoseok, la próxima vez no te lo advertiré hablando.

yoongi, rió sarcásticamente para después abrirse paso en la casa del rubio. se adentró a la casa y buscó a hoseok con la mirada, al verlo reír con unas personas, se derritió. caminó hasta donde estaba el castaño y lo tomó. el mencionado se sobresaltó y se giró para ver quién era, al ver al de ojos rasgados se calmó.

—eh, hyung, ho...—no lo dejó terminar.

—nos vamos de aquí.

el castaño no replicó simplemente dejó que el pelinegro lo guiara, se despidió de jimin rápidamente y pudo ver como el pelinegro y su amigo se miraban como si se quisieran asesinar.

al salir de la casa, yoongi no soltaba a hoseok, no hasta que el castaño se removió entre sus brazos.

—¡yah! ¡suéltame!

el de ojos rasgados paró en seco y lo soltó, sin embargo no miró hacía atrás.

silencio.

—hyung, ¿podrías explicarme lo que está pasando? —dijo mirando la espalda de su acompañante.

yoongi se giró y abrazó a hoseok como si nunca lo quisiera soltar, y precisamente era porque no lo quería soltar.

fue cuándo los dos se dieron cuenta, que lo demás no tenía importancia cuando estaban juntos.

BOGOTA, NO BOGORA; 小城 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora