Cap.4 La Casa

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Ésta casa estaba en medio del campo, lo que para mí significaba estar en medio de la nada, los vecinos más cercanos estaban a casi tres kilómetros de ahí y el pueblo ni se diga; tal vez a unos trece kilómetros, la casa era victoriana, antigua muy antigua en realidad, era muy grande, o no sé si es que yo era muy pequeña, pero me parecía casi tan grande como un castillo, aquella enorme estructura era de un color azul que ahora se veía casi celeste desteñido por el paso de los años, a su alrededor la maleza era exuberante, su altura me cubría, para mí era casi una jungla, había que hacer muchas reparaciones y remodelar también si no queríamos que la estructura se nos viniera encima en cualquier momento.

En el momento en que entre en aquella casa tuve la extraña sensación de que anteriormente yo había estado ahí, lo cual era algo muy absurdo ya que yo era tan solo una niña y jamás había estado en aquel lugar, al ver la cara de Marisse cuando entramos tuve la impresión de que ella sintió lo mismo que yo pero al tratar de preguntarle me ignoró, pregunté a nuestros papás si alguna vez cuándo mi hermana y yo éramos bebés habíamos visitado esa casa – a lo que ellos respondieron 

– no Mia, jamás hemos estado aquí antes, de hecho fue una suerte encontrar ésta casa en venta, en un lugar tan pacífico y alejado de la civilización. 

Con ésta respuesta todo me pareció aún más extraño, los sentimientos que tuve al entrar en aquel lugar fueron nostalgia, ira, felicidad, amor, envidia, odio y maldad, éstos se quedaron como una presión en mi pecho por la que yo no podía hacer nada al respecto, traté de pensar en que me habría aconsejado el abuelo ante aquella extraña situación, él me habría dicho – cálmate y busca el momento adecuado para hablar con tus papás y tu hermana acerca de lo que te sucede, si ellos no te comprenden sabes que yo siempre estaré aquí para ti – esto me entristeció profundamente porque ya él no estaba aquí para mí.

Muy triste subí las escaleras con mi maleta para dirigirme hacia una gran habitación que sería nuestro refugio mientras se hacían las reparaciones y remodelaciones del resto de la casa, de repente sentí como si alguien me hubiese empujado y caí escaleras abajo, recibí un fuerte golpe en la cabeza en mi caída, mi hermana y dos de los hombres de la mudanza corrieron en mi auxilio, papá y mamá llegaron rápidamente preguntando qué había sucedido, a lo que yo conteste 

Mia – alguien me ha empujado por las escaleras 

Papá - Pero si no hay nadie en esta casa más que nosotros 

Mia – juro que alguien me empujo papá

Mi padre subió con los hombres de la mudanza a revisar todos los pisos de arriba (la casa era de tres pisos más el ático), después de un rato muy largo; bajaron 

Papá – arriba no hay nadie Mia, no entiendo cómo has tenido esa clase de caída 

Mia – alguien me empujo 

Repetí enfadada 

Papá – no mientas más y ten más cuidado al caminar y no se hable más del tema 

Contestó mi papá ya enojado.

Todos siguieron con sus respectivas tareas, Marisse se acercó a mí y me preguntó 

Marisse – ¿Qué fue lo que en realidad sucedió Mia? (después del incidente del abuelo de Christine, Marisse no había vuelto a llamarme Mimi como normalmente lo hacía) 

Mia – realmente no lo sé Sissi, yo sólo iba subiendo las escaleras con mi maleta con la vista pegada al suelo y de repente sentí que alguien me tomo por los hombros y me empujo escaleras abajo, te juro que no vi quién fue y me parece muy extraño que no encontraran a nadie en los pisos de arriba; no puede ser que me cayera yo solita 

El Misterio de la Casa AzulWhere stories live. Discover now