La espera

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Un mes sin verla

un mes donde solo el tener sexo seguía siendo parte de su trabajo habitual sin placer alguno

un mes donde hombres ebrios con ganas de tener un rato de liberación era lo que le llegaba

quizás unos cinco hombre por noche

tal vez unos cuatro en bailes privado sin echo sexual

 un cuerpo sudado con ganas de sexo placentero

una vagina exhausta

un ser humano esperando a la única persona que en toda su vida trabajando como meretriz la había echo feliz sexualmente

unas nalgas que deseaban ser morbosamente tocadas por esa persona en especial 

un alma perdida en un mundo de prostitución que al parecer se enamoro

se enamoro de un cliente.

Un cigarro para DevoraWhere stories live. Discover now