Capitulo 2. Llegan mis Demonios

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De repente, sin previo aviso, mi mundo se descompone, y por unos instantes los nervios se apoderaron de mi, las nauseas de pronto emergieron en mi estomago, me di cuenta que el pánico se estaba haciendo conmigo, entré en un bucle sin salida, un cumulo de sensaciones no me permitían hacerme con el control de mis pensamientos, en ese momento mi cabeza estaba liderando una batalla crucial, y realmente no estaba preparada para esto.

Salí corriendo en dirección al río, mi lugar favorito, allí donde numerosas veces fuí en busca de paz y tranquilidad, tenia la esperanza de poder aclarar mis ideas, y normalizar mi ritmo cardíaco, puse todo mi esfuerzo para ahuyentar a mis demonios-

Por fin llegué a aquel lugar y de repente empecé a sentir calambres en mis piernas que subían lentamente por mi espalda, llevé mi mano a la cabeza y es aquí donde me dí cuenta que todo me daba vueltas, sujeté fuerte mi cien, y me obligué a respirar lentamente, mientras me tumbé encima de las piedras colocando los pies patosamente en lo alto de una roca, seguido intenté poner mi mente en calma, necesitaba unos segundos de pausa, empecé a recuperar la nitidez de mi vista, y cuando creí haber conseguido recuperar la calma, de vuelta estalla la batalla- ¿pero que he hecho? me sentía muy insegura de mi misma, por un momento vi todo claro, no debí precipitarme, pero ellos no pueden tratarme como si mi vida fuera un juego, donde las reglas fueran hacer plagio a sus vidas, cada persona debe ser feliz a su manera, a su modo, ¿ Qué tiene de malo?.

Empecé a escuchar unos pasos que se aproximaban y unas ramitas crujir al posar la suela de sus zapatos sobre ellas, estaba segura de quien era, pensé que me vendría bien verle y hablar con él, pero seguido me contradigo, y prefería estar sola. -!Oh No! ¿Que me estaba pasando? realmente no sabia ni lo que quería en estos momentos.

Llegó y al verme tirada ahí en el suelo, en esa embarazosa postura, se asustó y se precipitó corriendo hacia mi, sujetó delicadamente mi cabeza, y posó su mirada en la mía, no demoró en darse cuenta en la palidez en mi rostro.

-¿Que te ha pasado? ¿te has caído ? ¿ te has hecho daño? ¿estas bien?- Me interrogaba, mientras hacia inventario a todo mi cuerpo, parecía haberse contagiado por mi estado de descontrol.

Demoré unos segundos en contestarle alargando su angustia, pero no pude evitar disfrutar de este momento y ver en su rostro su preocupación hacia a mi, me resulta un tanto irresistible. Pero no tarda apenas un par de segundos más en volver a preguntar-

¿Estas bien? ¡dime algo, por favor!- Su expresión en este momento lo decía todo, tenia el rostro descompuesto.

-Estoy bien, no me ha pasado nada, es un simple mareo tonto- Mientras intento incorporarme lentamente, hasta que noto como me lo impide, tuerzo la mirada hacia sus brazos.

-¿Qué haces? ¿No ves acaso que intento ponerme en pie?- Le dije mientras suspiraba altiva.

Posó su mano sobre mi hombro, y estaba decidido a no dejar que me levantara por mi misma- No me gusta que decidan por mi, pero en ese momento debatía un conflicto de sensaciones. Es aquí donde colocó sus brazos bajo mis rodillas, depositó mi antemano suavemente tras su cuello, en un intento absurdo de que me agarrara en el y me cogió en brazos. No entiendo nada ¿Que cree que esta haciendo? ¡Ha leído muchas novelas! ¡Es cierto! lo olvidaba, acabo de acordarme que es así como lo conocí. Definitivamente me parece que se ha metido en el papel de alguna Novela de esas viejas que él lee... pienso mal humorada.- Volvieron de nuevo mis demonios, no soy yo, sino ellos-.

-¿Me explicas que haces?- Le digo cabreada. Pero en cuestión de segundos, una colonia de hormigas comienzan a jugar en mi estomago, haciendo que mi enfado me resulte un tanto tentador !Oh, NO! ¡No puedo dejar que me descubra! No puedo permitir que se de cuenta de que empiezo a sentir sensaciones! Pero no consigo concentrarme.

-¿Te sientes mejor?- Me dice mientras camina conmigo en brazos.

-Me sentía bien antes de que me tomaras en brazos- Le digo en un falso intento de disimular el dichoso hormigueo.

-Te dejé en la nota escrito, "Mientes de pena" ¿ Recuerdas? Te veías pálida, te aseguro que no estabas bien.

Me quedé sin palabras, mientras seguía aún en sus brazos y notaba que no paraba de mirarme, pero cada vez que le pillaba, el intentaba disimular avergonzado. Era la primera vez que estábamos tan cerca, ni siquiera había sentido todavía el calor de sus labios. Mi idea era estar por años conociéndonos, que viniera a verme a mi casa de vez en cuando, y compartir miles de momentos juntos, pero desde luego no era marcharme con un hombre al que apenas conocía.

De pronto se da cuenta que le observo mientras pienso en que apenas le conozco.

-¿Quieres compartir conmigo aquello que te tiene así?-Me dijo mientras me miraba con tristeza y me bajaba de sus brazos lentamente, hasta asegurarse de que pudiera mantener mi equilibrio.

-Estas viviendo estos momentos conmigo, sabes mejor que nadie lo que me esta pasando, tengo un conflicto interno que esta acabando con mi ser, un cumulo de sentimientos completamente opuestos, y no se como encajar nada de lo que me esta sucediendo. Tan sólo hace un rato tenía una familia, eran diferentes a mi, no lo niego, no compartía sus intereses, ni sus pasiones, pero los quería... me querían.

Y ahora les perdí aunque intento auto-convencerme de que cuando recapaciten volverán a buscarme.

-Desde luego no puedo reemplazar su lugar, ni tampoco puedo llenar el vacío que dejaron, si tan sólo pudiera aliviar tu dolor... .Entiendo como te sientes y si me lo permitieras pasaría horas seguidas dándote razones por las cuales debes alejarte de mi, y volver con ellos. Al fin al cabo pudiste vivir sin mi toda una vida y en cambio cuando no estuve, ellos ya estaban allí. ¿Pero de que serviría?
Jamás me escucharías, ¡lo sé!
"Me dijo con Ironía"
¿Es que alguna vez te dejaste convencer por alguien?

-Debo escoger con el corazón, seguir mi camino, aunque me cueste equivocarme, aunque cueste mi ruina, nunca lo sabré si no lo averiguó por mi misma. A pesar de que me este destrozando ahora mismo.-Dije mientras mi corazón volvía acelerarse, y de vuelta volvieron todas aquellas sensaciones que me perturbaban.

-¿Crees que podría dañarte? Me dijo mientras me mira con firmeza.

-No lo sé, somos perfectos desconocidos. Pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr, y si no, nunca lo sabré.

-Escúchame señorita, no temas por mi, jamás te dañaría, nadaría en un mar en la noche más densa y oscura si te hallaras al otro lado, pasaría cien noches en vela si me necesitaras, en cada golpe, en cada caída yo estaré ahí, y si tuviera mil vidas te volvería a escoger en cada una de ellas.

Me dijo mientras sus palabras penetraban en lo mas hondo de mi alma, tenía un don para conectar conmigo, y él lo sabía muy bien, aunque yo trataba de disimularlo.
Levanté lentamente la cabeza, hasta que nuestras miradas se cruzaron y colisionaron quedando atrapadas sin salida , el sabía que me estaba cautivando sentía por el una conexión especial, pero también sabía que no iba a demostrárselo fácilmente.
Se acercó hacia mi lentamente, y me atrapó con sus robustos brazos y me hizo saborear la tranquilidad por un instante.

Por fin se marcharon mis demonios.

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¿Qué os ha parecido que Araya sea tan borde y terca con Raymer?

¿Os gusta su carácter?

¿Qué van hacer Ahora?

Como ya sabeis son dos perfectos desconocidos.

Pronto estará el capítulo 3

Hasta pronto familia de lectores.


Dulce EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora