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un mes, un mes para ser exactos de seguir haciendo lo mismo, en las mañanas con Samantha y en las tardes con Dahsia, aunque sin cuidado, si alguna de las dos terminará embarazada, no habría nada que un arma silenciosa como lo es mi cuchillo preferido no arreglase.

10:30 a.m;

me deje caer a un lado de Sam en la cama, nuestras respiraciones estaban alteradas por la hora anterior, y ambos estábamos llenos de sudor, aunque Sam no solo de eso, también tenía líquidos blanquecinos por todo el abdomen y aun algunos rastros en la cara.

-Will, ¿me amas?

me puse de pie, tome ropa y me encamine a la ducha, antes de cerrar la puerta la volteo a ver y digo con voz ronca;

-me importas.

salgo del cuarto sin mediar más palabra y al llegar al cuarto de baño veo al señor E olisqueando la puerta de un lado, frunzo el ceño y lo ignoro, entro a la ducha y abro la llave caliente a tope, me quedo lo que es quizás media hora inerte bajo el agua, de vez en cuando hago leves movimientos para estirarme, pero nada fuera de lo normal.


12:45 p.m;

salgo a la calle rumbo a el trabajo, desde la llegada de Sam no me habia llevado a ninguna chica, es mas, ni siquiera me habia fijado en las nuevas pueblerinas..si no contamos a Dahsia claro, el clima era prácticamente perfecto, no había señales de ninguna nube en el cielo, ni calor, ni frío, solo un poco de viento quizás, los niños pasaban corriendo a mi alrededor, casi no me habia percatado de que ya eran vacaciones de verano, hoy por lo menos entrarían y saldrían niños de la tienda para comprar diferentes tipos de golosinas y de paso algunos refrescos, esta era la mejor temporada para la tienda, por lo que mi sueldo llegaba a subir un poco en estas temporadas.


1:00 p.m;

sin señales de Dahsia.

la tienda llena.


2:00 p.m;

sin señales de Dahsia.

tienda casi llena


4:30 p.m;
Me comienzo a desesperar, Dahsia no ah aparecido en todo el día.
Cerré la tienda unos minutos para comer.

8:00 p.m;
Cerré la tienda y durante todo el día no tuve la mínima noticia de Dahsia, voy de regreso a la casa esperando poder desquitarme del día con Sam.

Estaba a dos calles, a dos calles para llegar a mi casa y follarme a Sam hasta que esta sangre, aunque ya lo eh hecho antes, cuando una chillona y desesperante voz me saca de mis pensamientos.

-Will, cariño-sigo mi camino y el engendro sin hoyuelos se aparece a mi lado, no freno el paso y ella camina medio trotando a mi lado para quedarse a mi misma altura-William, vamos a tu casa.

Eso me confunde por completo, el engendro me había hecho muchas insinuaciones sexuales en ocasiones anteriores, pero nada fuera de este mundo, nada grande, nada directo, me quedo pensando unos segundos y, tiene mucho rato que ya no tengo chicas, ¿por que no?, me pregunto a mi mismo y acepto, le digo que vayamos a tomar un café en mi casa, nadie sabía sobre Sam, pero supuse que en cualquier momento se me ocurriría algo, y justo a tiempo, cuando llegamos a mi casa le miento diciendo que se me olvidaron mis llaves y que tendríamos que entrar por detrás, ella confía ciegamente en su querido William, de camino al patio trasero se me ocurre preguntarle algo.

-¿Cuántos años tienes?-pregunto sin voltearla a ver.

-tengo quince años-responde a mis espaldas y entonces le vuelvo a mentir diciendo que tenía unas llaves de repuesto en mi cochera de la puerta de la entrada trasera, ella espera viendo la parte trasera de la casa y yo entro a la desvencijada cochera de madera, al llegar tomo en un pañuelo que tenía en el pantalón, con el que amordazaba a Dahsia cuando alguien llegaba a la tienda, lo doblo en un pequeño cuadro y tomo un mata ratas, le pongo gotas, solo quería que se desmayara, no la quería matar, llego por detrás de ella y cubro su boca y nariz con el pañuelo, intenta forcejear unos segundos antes de caer desmayada en mis brazos, ella quería sentirme dentro de ella, ¿no?, pues ahora no saldría de ella por lo menos las siguientes horas, levanto la trampilla oculta del patio trasero que da directamente a el sótano y entro a este con ella en brazos, para cuando se despierta, cosa en la cual no tarda lo que esperaba, según yo estaría unas horas, aunque solo tardó algunos minutos, para entonces ya me había encargado de desnudarla por completo, era una tabla, no como Sam ni Dahsia, a el engendro si la ponías en cuatro, como yo la tenía amarrada a un poste que sostiene la casa, parecía una mesa de decoración, entre mi morbo pensé riendo en ponerle una flor en la espalda para que fuera una linda mesa de decoración.

-déjame ir-dice y de pronto se pone a llorar, suelto una fuerte nalgada en su trasero, dejando marcada mi mano, para que se callé, cosa la cual obviamente solo la hace llorar más, vuelvo a sacar el pañuelo y pienso en amordazarle con este, pero recuerdo el veneno de ratas y me niego a la idea, en lugar de eso tomo sus bragas, tenía rato que no se las había cambiado, pues tenía un leve olor a orina, la hago bola y la meto en su boca, dejando la parte sucia casi rozando su garganta, me bajo los pantalones y junto a estos los boxers, entro en ella de golpe, aunque no precisamente por frente, entro hasta el fondo en su trasero mientras ella aún llora, no me importa, sangra su ano cuando me comienzo a mover bruscamente, no me importa.

Dos horas después salgo de el sótano y subo a dormir con Sam, no le doy explicaciones de por qué llegue tarde, ni de por que no la quiero follar.

-conocí a Thea.
-¿la mataste?
-no, de hecho ahora somos amigas.
-bien.

Termina el día y no sé nada de Dahsia, pero no me preocupa tanto.


El siguiente día pasa casi corriendo, y sin nada importante, ese día llego temprano a casa y cuando meto la llave en la cerradura tengo todas las intenciones de entrar directamente a el sótano donde la sin hoyuelos me seguía esperando en la misma posición, aún desnuda y con las bragas en la boca, cuando abro la puerta escucho un llanto, levanto la cara confundido y me encuentro a Sam sosteniendo a Dahsia por el cuello, en la mano contraria tenía mi cuchillo y a su lado estaba Thea con aspecto confundido, a un lado de todas estaba el cadaver desnudo de el engendro, bañado en su propia sangre, Sam alza el cuchillo a la altura del cuello de Dahsia y me ve esperando a que le dé paso, Dahsia me ve directamente a los ojos, esperando que la salve y Thea me ve, esperando una explicación y en lugar de hacer cualquier cosa que sé que ellas esperan, me quedo quieto unos segundos y luego me siento en el sillón y lo único que sale de mis labios es un;

-Sorpréndanme.

Acto seguido Sam corta el cuello de Dahsia y mientras el cuerpo se desangra y cae al piso, volteó a ver a Thea y veo que trae un pequeño pero filoso cuchillo en la mano, me pongo de pie y veo a Sam;

-¿matarás a Thea?

Ella niega con la cabeza y dice un;

-no mataré a tu hermana.

Me cuesta asimilarlo y volteo a ver a Thea, en un intento desesperado por quitarme a una de encima le preguntó a Thea;

-¿matarás a Sam?

Ella niega con la cabeza y suelta un;

-no mataré a la futura madre de tu hijo.

Listo. Ahora no sé que me cuesta asimilar más, si los cuerpos sin vida en el piso de ambas chicas, o que soy hermano de Thea, o aún peor, que seré padre.

Los extraños fetiches de William Page (+18)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora