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-Amén.

Rezaron todas las voces de la iglesia al mismo tiempo, unos minutos más tarde ya estabamos todos fuera de esta, una chica rubia me había llamado la atención desde que la misa había empezado, me acerqué a ella con cierta rapidez y choque mi hombro con el de ella, lo cual provocó que su biblia cayera al piso, si alguien me lo preguntará yo podría aceptar que en realidad no creo en Dios, ni en la Iglesia, ni en ninguna de esas patrañas, rayos, me iré al infierno por eso, aunque sea el tan buen poblarino que soy, ja.

-¡oh que descuido por mi parte, lo siento mucho-me agache por el libro "santo" y me puse de pie de nueva cuenta con este en la mano, se lo extendí con mi sonrisa más ensayada, aunque por lo tanto no se dejaba de ver normal.

-no te preocupes, el descuido fue mió-《ajá, si, claro》pensé con algo de sarcasmo mientras le extendía la mano-soy Samantha.

-y yo William, pero me gusta más que me digan Will-respondí intentando hacerla sonreír, en eso estaba el detalle más importante de las chicas que escogía.

-oh, es muy lindo nombre, Will, lo siento, pero debo ir a comer con la familia-《carajo, la familia》, solté su mano y hice una mueca con los labios.

En ese momento Samantha dio media vuelta dispuesta a irse, pero, ¿acaso creían que iba a dejar ir la oportunidad de hacerla mía?

-ahora que recuerdo te quería hablar, te alcancé a escuchar en la misa y déjame decirte que tienes una preciosa voz-un monólogo improvisado la convencería y justamente volvió a voltear en dirección a mí, fantástico, funciona.
-oh, gracias, de hecho me quiero unir a el coro de la iglesia-me sonrió y justo ahí, a un lado de sus labios estaba una cosa primordial, un hoyuelo, todas las chicas que tomaba prestadas de forma permanente lo tenían, si no terminaban resumidas en el pote de la mañana, el cual por cierto aún no había tirado por la coladera.

-mira, que casualidad, de eso justo te vengo a hablar, dirijo el coro de esta preciosa Iglesia-claro que era una mentira, pero no lo era si ella no sabía lo que era, era como la señora Vawers, ella presumía como pavoreal a sus plumas, solía parlotear sobre que su familia era perfecta, una perfecta mentira. Por ejemplo, ella decía que su hijo era un pilar para la comunidad (drogadicto), que su hija era toda una dama que tendría una familia con el chico que sus padres escogiesen (prostituta), lamentablemente yo me encuentro en esa lista de posibles parejas para el pequeño engendro sin hoyuelos, ah su esposo, según ella era un perfecto y fiel marido (se acuesta con la hermana de su esposa) y como olvidarla?, la mismísima señora Vawers, ella era una refinada ama de casa (se ahogaba entre alcohol y lágrimas para olvidar las infidelidades de su esposo), todos vivían encerrados, sumergidos en sus propias falsedades, ¿y yo por qué no puedo ser un buen ciudadano?, uno como ellos, después de todo si nadie sabía que era mentira entonces no importaba.

-¡oh!, ¿enserio?, sería fantástico poder unirme-exclamó sonriente y emocionada.

-¡claro!, mira hoy te invitó a mi casa, comemos algunas galletas-《te violó hasta que sangres》-y luego vemos tu voz, así te podrás unir al coro...

(Cuarto horas más tarde)

Ding, dong

Rezaba el timbre, por mi parte me quité los guantes de cocina y corrí hacía la puerta, la abrí para encontrarme a mi esperada visita, la linda rubia, sumida entre unos cuantos vestidos color pastel y moños sorprendentemente estúpidos.

-hola, pasa cariño-me hice a un lado dejándola entrar y justo antes de cerrar la puerta me asomé para ver si enrealidad había venido sola, lo cual era correcto, no había ningún carro ni persona fuera de lo común.

-ese vestido es muy lindo, ¿de quién es?.

Volteé de forma instantánea para encontrarme con el vestido de Melody perfectamente acomodado en un sillón, había olvidado quitarlo, pero después de todo tarde o temprano tendría que hacerlo, cerré la puerta con llave y me volteé de nueva cuenta, con una especie de sonrisa torcida.

-¿sabes?, es tan triste que una chica tan linda tenga que terminar así, claro para ti, para mi es fantástico, pero bueno-me encojo de hombros.

Samantha comienza a caminar lentamente hacía detrás al mismo tiempo que yo me acercaba a ella.

-yo quiero ser amable con ustedes, pero siempre hacen lo mismo, corren, gritan, son muy dramáticas, si se portan bien entonces mo tengo por que hacerles daño, ¿por que no solo lo entienden?

Samantha dio media vuelta y comenzó a correr, aunque eso ya estaba preparado, antes de que ella corriera escaleras arriba, como todas solían hacer, yo me detuve en el pie de estás.

-detente.

Siguió

-detente.

Dio la vuelta en las escaleras ya casi llegando al segundo piso y saliendo de mi campo de visión.

-deten...-me silenció un fuerte golpe, ya había caído en la trampa.

Una trampa de oso estaba cuidadosamente colocada por dónde siempre intentaban escapar, el baño, alguien debería decirles que tengan más imaginación para huir, o para no confiar tanto, pero bah.

-yo te dije que te detuvieras-dije con indiferencia mientras subía las escaleras y me encontraba con el cuerpo de Samantha, se había desmayado, eso si era nuevo.

Samantha's pov;

Abrí mis ojos de forma lenta, me pesaban y un fuerte dolor era punzante en mi pierna, al despertar estaba en un sótano, encadenada y con la pierna vendada, había alrededor de siete chicas distribuidas en el sótano, todas amarradas y William estaba frente nuestro.

-nuestra nueva inquilina a despertado, tienes agua a un lado...

Callé a Will tomando de forma rápida el vaso con agua y lanzándolo en su cara, el solo río y negó con la cabeza.

-acabas de gastar el vaso con agua del mes, Felicidades.

Dio media vuelta y comenzó a subir por las escaleras que daban al piso de arriba, antes de salir y cerrar la puerta nos volteó a ver y con cierto sarcasmo dijo;

-las dejaré solas para que se conozcan.

Luego cerró la puerta, dejando todo obscuro.

Tarde, pero aquí esta, le quiero agradecer a todos los que comentaron la parte pasada, quizá mande saludos, quizá no, chao

Los extraños fetiches de William Page (+18)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora