¿Dormirías conmigo esta noche?

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Después de aquella conversación, algo dentro de mí comenzó a sentirse culpable. Fingí recién haber llegado a la casa, por lo que ninguno sospechó que había estado oyendo a escondidas su conversación. Naruto me miró de forma triste y comprensiva, pero no lo demostraba delante de Sakura.

Ambos conversaron, rieron e hicieron sus tonterías habituales. Sin embargo, no podía poner atención a ninguno de sus movimientos o palabras. Estaba mal, demasiado mal y sentía como mi pecho en cualquier momento llegaría a descontrolarse. La miraba insistentemente, esperando ver algo de reproche, decepción o algún sentimiento malo hacia mí, pero ella solo se limitaba a sonreírme y mirarme con cariño.

¿Por qué sonreía de esa forma si yo la estaba lastimando?

¿Por qué sus ojos, llenos de amor, me llegaban como armas filosas y me hacían daño? ¿Por qué ella solo me daba cariño y amor cuando yo solo le estaba ofreciendo tristeza, llanto y dolor?

¿Por qué era difícil tener que verla y no dejar de sentir un sentimiento de culpa, de angustia?

Las divagaciones siguieron instaladas en mi cabeza hasta que llegó la hora de despedirnos de Naruto. Él tenía demasiados asuntos pendientes. Las labores que le imponía Iruka para que pudiera ser un buen candidato a hokage, los trabajos sociales, las reuniones, etc. Todo aquello parecía mantener ocupado al rubio.

— Tal vez vuelva a visitarlos nuevamente — dijo cuándo se hallaba en la entrada de la casa.

— Sería bueno que lo hicieras Naruto — ella se acercó a mi mejor amigo y lo abrazó para despedirse — sabes que siempre estaremos felices si vienes a visitarnos.

— Trataré de verlos más seguido, chicos — prometió con una sonrisa.

Sakura asintió levemente y le dedicó una sonrisa antes de entrar en la casa y perderse por el pasillo que daba a las habitaciones. Sinceramente, no me apetecía estar a solas con Naruto, no después de lo que había escuchado, pero estar a solas con él, era algo que necesitaba. Una pequeña charla con mi mejor amigo.

— Escuchaste, ¿no es cierto? — habló sin rodeos. Yo suspiré y miré a otro lado.

— No quise hacerlo.

— Sabes lo que ella está sintiendo ahora — sus ojos me miraban esperando alguna palabra de parte mía, pero al saber que yo no hablaría, él decidió hacerlo — nunca te reproché nada, Sasuke... ni siquiera te dije algo cuando decidiste dejarla sola en el hospital aquella vez.

Mi vista seguía perdida, observaba un punto fijo sin tomarle importancia a mi alrededor.

— Sakura-chan está sufriendo — murmuró —e inconscientemente sus ganas de vivir se están apagando, creo que deberías hacer algo para que ella...

— No quiere que haga algo por ella —murmuré — solo quiero que sea feliz, que no tenga ninguna preocupación, ninguna tristeza... pero estoy logrando todo lo contrario.

Cerré los ojos por un momento y suspiré. Aun no estaba cumpliendo con lo acordado, no estaba dándole la paz necesaria y la felicidad que tanto buscaba. La estaba hiriendo de forma inconsciente.

De nuevo.

— Aún es temprano para rendirse, Sasuke — dijo con una pequeña sonrisa — ella solo necesita de ti.

— No quiero que siga sufriendo por culpa mía. Solo busco que sonría, que muestre esa sonrisa verdadera que siempre mantenía en el rostro antes de todo esto.

Su sonrisa. Solo esperaba ver su sonrisa.

— Eres todo para ella. Solamente debes acercarte un poco más.

— ¿Qué tengo que hacer entonces?

- Quedarte a su lado, aun cuando haya respirado por última vez.




***

La noche había caído y el cielo comenzaba a dar su espectáculo diario. Las estrellas, la luna, la fría brisa y su cabello esparcido en la cama, su respiración acompasada y sus parpados cerrados, concentrados en el profundo mundo de los sueños donde estaba ahora mismo.

Verla dormir era sinónimo de paz, sinónimo de una vida llena de alegrías, esfuerzos y amor.

— ¿Qué tengo que hacer para que seas feliz? — susurré, mientras retiraba uno de sus mechones.

Ella aún seguía durmiendo tranquilamente, mientras que yo seguía sentado a un lado de ella. Mentiría si dijera que esto no se había vuelto una rutina. Ya era algo habitual escabullirme en su habitación para poder darle la tranquilidad que las pesadillas le arrebataban.

De un momento a otro, ella empezó a tomar mi mano con más fuerza, a removerse entre las sabanas y cerrar los parpados fuertemente. Me acerqué más a ella e intenté tranquilizarla, pero no lo conseguía.

— Sakura, cálmate — susurré — es solo una pesadilla.

Sus ojos se abrieron abruptamente y se fijaron en mí. En ellos solo había miedo y tristeza. Ya no estaba el brillo de siempre, ahora solo me transmitían su terror.

— Sasuke-kun...

La ayudé a sentarse en la cama, mientras trataba de regular su respiración. Nunca antes había pasado algo como aquello, siempre se tranquilizaba cuando tocaba mi mano, pero ahora eso no había funcionado. Las pesadillas lograron vencer la tranquilidad de mi tacto.

— ¿Qué soñaste, Sakura? — pregunté, cuando la vi más calmada.

— Contigo — respondió en un susurro — con nuestro pasado.

Un nudo se formó en mi garganta al escucharla. Bajé mi vista inconscientemente, tratando de ocultar mi rostro, tratando de evitar su mirada.

— ¿Aún te lastima lo que hice?

— No, Sasuke-kun — sonrió levemente — me lastima que te culpes por todo.

— Yo soy el culpable de tu sufrimiento, ¿no es así?

— Tú eres culpable de una sola cosa, Sasuke-kun...

Nuestras miradas conectaron y me quedé atrapado en sus sentimientos transmitidos.

— ¿De que soy culpable?

— De haber llegado a mi corazón... de lograr que esta indefensa flor haya brotado por alcanzar el amor de un niño solitario.

Acarició mi mejilla y me sonrió. Aquella sonrisa solo era el significado de amor. Ella no se arrepentía de amarme y yo no me arrepentía de haber aceptado estar junto a ella.

¿Dormirías conmigo, esta noche?

Sus mejillas se tiñeron de rojo y su mirada se apartó avergonzada. Aun cuando la frase podría interpretarse de mala forma, ella lo decía con inocencia. Pedía que me quedara con ella, para que pudiera sentir mi calidez por completo, para acallar sus pesadillas, para tener un poco más de alivio.

Por lo que no pude negarme.

Porque no solo ella me lo pedía, mi cuerpo lo hacía. Mi corazón decía que debía quedarme con ella, que debí hacerlo desde un principio.

Porque en los brazos del otro, ambos, podían encontrar amor.

Entonces no tardé un segundo más y me recosté junto a ella, atrayendo su cabeza hasta mi pecho y sintiendo como Sakura se estremecía levemente por mi tacto. Desde ahora no la dejaría sola. Ya no sería igual que antes.

Se acurrucó en mi pecho y entonces le susurré algo que me estaba guardando desde la primera vez que cuidé sus sueños.

- Me quedaré contigo todas las noches que te quedan a mi lado. Hasta que dejes de respirar. 

Someone to stay (Alguien para quedarse)Where stories live. Discover now