Era una mañana extrañamente callada, los recintos del edificio estaban en completo silencio, no se escuchaba ningún posible quejido aún estando los soldados de bajo rango haciendo sus ejercicios varios, ni siquiera los crujidos de la madera de roble de la que se componían las mesas y escritorios.
Mirabas por la ventana pensativa, pensando pensando... ¿En qué estabas pensado? Tal vez en el hecho de que tu capitán general aún no salía del hospital al ya haber pasado meses de su último mensaje al complejo.
Tal vez era el hecho de este trabajo era cada vez aún más estresante. Cada vez había más y más papeleo por rellenar, montones y montones de pilas de documentos que ordenar, etc. Realmente cualquiera estaría cansado en este punto.Se te surgió una idea, no creías que nadie te fuese a molestar por dar un "paseo" matutino para despejar la mente. Al menos no creías que nadie tuviese las agallas de hacerlo excepto tus superiores.
Caminabas por el complejo, ibas atenta por donde pisabas, no querías acabar de nuevo con una escayola por el hecho de que tus superiores no querían renovar el ya destrozado suelo y acabaste torciendote el tobillo por ello. Ya habían cambiado el suelo desde entonces pero ya sabes el dicho "mejor prevenir que curar" y tu lo seguías al pie de letra.
No tardó mucho para toparte con alguno de tus compañeros. No te acordabas ni del nombre en su gran mayoría.
Parecían estar igual de ajetreados que tú, moviendo documentos de aquí para allá, imprimiendo documentos, rompiendo viejos contratos que no servían ya de nada, etc. Esa era la vista y la rutina de todos los lunes.Lunes, lunes...
Un lunes cualquiera se podría decir.—Buenos días compa teniente, ¿qué tal tu lunes?— Saliste de tus pensamientos, era uno de tus "compis" de trabajo. Era uno con los que más hablabas... No eras muy habladora en el trabajo... Aún sigues sin serlo. ¿Cuál era su nombre? Su nombre... Su nombre... Martin... Latin.. No, no, no era así... ¡Patrick! Sí, eso, Patrick.
—Buenos días Patrick, ¿qué tal vas con los informes?— Preguntaste algo sencillo mientras tratabas de acordarte de alguna de tus conversaciones con él para así poder sacar un, admitamoslo, mejor tema de conversación.
—Bueno, mejor que ayer supongo. Hm, ¡oh! ¿Qué tal va tu hermano? Me dijiste que pronto iba a ir a la universidad.— Siempre te has preguntado porque Patrick es tan buena persona contigo, no lo entendías, la mayoría de gente solía evadirte, y de repente llegó Patrick y boom, todo solucionado, más amigos, mejores relaciones, menos soledad... Otra cosa que también te preguntabas muy a menudo era que tipo de champú usa, por motivos propios más que otra cosa.
¿Estaba hablando de tu hermano? Oh, sí, tu hermano. Ese renacuajo se fue a la universidad sin decir nada y luego 2 meses después te escribió una carta.
Lo recuerdas claramente, la carta venía con un paquete también. Se notaba que había mejorado su letra de manera increíble, no solo su letra, también su manera de escribir y su ortografía.
Recordabas que la carta hablaba sobre varios temas, pero la parte que más Recordabas era el final de ésta. El final hablaba de ti, de lo mucho que te echaba de menos, de como quería volverte a ver de vez en cuando y de lo mucho que echaba de menos los tiempos en los que aún estabas en casa.
Y la frase la cual te hizo romper en llanto aquel día... "Te quiero mucho, hermana. No tardaré en visitarte, solo espérame. -Martin."
El paquete contenía una foto familiar, la cual ahora tenías en tu mesilla de noche para poder verla todos los días y no echases de menos a tu familia porque ellos estaban ahí.—Oh, sí.. Mi hermano, se graduó hace un año.— De vez en cuanto él llegaba a mandarte una carta, una postal, algo. La mayoría de veces contenía fotos de él. Le había crecido la barba bastante, no le quedaba mal. Recientemente te enteraste que se había casado. Te alegrabas por él, ni siquiera habías conocido al afortunado pero eso no era razón para no alegrarse por tu hermano. —¿Y qué tal tú y tu... Marido?—
—Oh, ¿Paul? Bien, estamos bien, algo agitados por todo el tema de la adopción y eso, ya sabes mucho papeleo.— Es verdad, Paul te lo comentó hace unos días, estaban adoptando a un niño. Por lo que oías era algo... Maleducado por no decir otra cosa, pero llegaba a ser amigable la mayoría de veces. —Bueno, ¡estos papeles no se van a recoger y firmar solos! Te veo a la hora de comer en donde siempre— Dijo con una sonrisa antes de él seguir trabajando y tú seguir paseando.
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Aquel niño de los ojos tristes - Tord y tú
Diversos/Esta historia está siendo re escrita, el escritor siente las molestias./ •El edit de la portada es totalmente mío. •Esta historia se tratará que sea actualizada todos los sabados