La hora final de tu paseo se hacía cada vez más y más cercana. Era solo mirar el reloj para darte cuenta de lo mucho que habías estado paseando por el complejo en vez de hacer tu trabajo.
No esperastes más y te dirijiste de nuevo a tu despacho. Este era tan gran como lo recordabas la vez que te ascendieron de rango y te lo enseñaron. Obviamente había cambiado alguna que otra cosa, tenías fotos de tú y tu hermano en el escritorio, algunas plantas de más, algún que otro libro que habías cogido de casa, etc. Pero aún seguía teniendo ese característico olor a antiguo.
Por mucho que se limpiase siempre seguiría teniendo ese olor para ti.
Tampoco es que te importase. Miraste el reloj de nuevo, 11:30 AM, aún era pronto y no querías volver aún al trabajo por lo que decidiste que era buena idea regar las plantas, seguro que éstas te lo agradecerían.• • •
Eran ya las doce, aún quedando 2 horas para la hora de comer.
Minutos antes ya habías empezado a trabajar como cualquier otro día.
Rellenar documentos y archivarlos no era tu pasión pero era por lo que te pagaban en un principio, no por estar allí te iban a pagar todo lo que te pagaban al mes.
Pensaste en lo que quedaba por hacer hoy. Una reunión a las cuatro, otra reunión a las siete y luego más papeleo hasta las nueve cuando era hora de marcharse a casa.
Como deseabas que fuesen ya las nueve, esas sobrar del día anterior te esperaban con ansia.Seguiste trabajando hasta que notaste algo debajo de todo esa pila, una carta, sabías perfectamente que no era de tu hermano ya que éste no enviaba cartas a tu trabajo y menos aún te las dejaba en el escritorio.
La carta que tenias ahora en tus manos estaba sellada por cera y seca y aplastada que formaba unas insignias, y créeme que conocías muy bien esas insigneas porque eran las de tu general de división.¿Qué necesitaría tan urgentemente?
No era alguien que mandase cartas a los de inferior rango que él. Solía enviar a algún soldado a dar el mensaje si eso, ¿pero algo escrito por su propio puño y letra? Oh no, señor, eso sí que no.
Abriste la letra con cuidado, siempre tenías una navaja pequeña cerca, quien sabe cuando vas a necesitarla. Y dentro había lo que más te esperabas, una letra.
En ella ponía que te esperaba en su despacho en unos minutos.
Que sumamente extraño...• • •
Te encontrabas en frente de la puerta del despacho, estabas algo nerviosa sin duda, pero tragaste saliva y llamaste a la puerta.
Oíste a alguien al otra lado decir que pasases y eso hiciste.
Allí te esperaba tu general de división, tenía el pelo más blanco de lo que recordabas y poco le quedaba ya de su color de pelo natural.—...— No dijiste nada. Solo esperaste.
—Siéntese Allen— Dijo tú apellido, no de manera despectiva pero tratando de sonar simpático, lo que era muy extraño de él... Algo muy malo debe haber pasado. Señaló a la silla en frente suya y allí te sentase como ordenó. —Bien, como ya sabe nuestro capitán general se ha encontrado en una etapa bastante dura y ha estado en el hospital durante varias semanas incluso puedo decir que meses. He de decirla la mala noticia que ha muerto desgraciadamente.
No querías decir que te lo esperabas pero lo sabías muy bien, el capitán había sido herido de bala varias veces en el abdomen y habían sido heridos los pulmones en algunas partes en el proceso. No mucha gente solía salir de ese tipo de situación.
—Y como ya sabe necesita ser sustituido, ya se ha elegido quien deberá hacerlo y esperamos que esa personas haga un gran beneficio a nuestra armada y al país. Y por ello van a ascenderla, usted será vamos a llamarlo como la guardaespaldas de nuestro nuevo capitán, no queremos que se vuelva a producir los mismo acontecimientos de nuevo. Enhorabuena.
Mañana venga 1 hora más pronto que de costumbre se la dará su nuevo horario y se la presentará a su nuevo capitán.
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Aquel niño de los ojos tristes - Tord y tú
Diversos/Esta historia está siendo re escrita, el escritor siente las molestias./ •El edit de la portada es totalmente mío. •Esta historia se tratará que sea actualizada todos los sabados