III

8K 318 28
                                    

Yo sabía que quería follarme. Se inclinó sobre mí, aplastando mis pechos con su cara. Su mano se deslizó por la parte de atrás de mi falda y me acarició suavemente el culo. Su otra mano viajó hacia abajo y encontró mi coño. Deslizó su dedo medio contra los pliegues de mi clítoris, mis jugos empaparon su dedo.

-Estas muy mojada ya.
- ¡Por favor, profesor! -le rogué fervientemente. Mi coño se mantenía apretado, sufriendo por su polla.

Besó mis pechos y su boca recorrió hacia mi oído, fue algo salvaje. Su dedo corazón seguí deslizándose por mi clítoris con un ritmo tortuoso. Para mi sorpresa, yo respiraba agitadamente en su oído. Estaba siendo seducida.
De repente, su dedo se hundió dentro de mi coño. Di un grito ahogado, mientras se deslizaba por mi carne sensible, pero no podía sentir nada. Estaba demasiado húmeda. Metió otro dedo y los llevó profundamente a mi interior. Sacudí mis caderas un poco, pero el profesor Byun retiró los dedos. Podía oler mi excitación en todas partes, quitó la mano de mi falda. Mientras untaba mis jugos en mi cara y me hacía tragar sus dedos, dejando saborearme a mí misma. Lamí hasta la última gota de sus manos, y luego llevó mi cara hacia la suya y me besó con fuerza. Su lengua se precipitó en el interior y jugó con la mía, luego me empujó lejos.
Me quedé muy sorprendida cuando me levantó suavemente y me puso en la otra silla.

-Está bien, __________ Me puedes buscar en horas de oficina si deseas estudiar para tu examen.
-Pero, profesor... -protesté.

¿Por qué no quería follar conmigo?

-No soy tonto, -dijo con voz aguda. -Si intentas hacer de nuevo esto te voy a reprobar.

Las lágrimas inundaron mis ojos y miré mi regazo, avergonzada. Me paré de la silla y recogí mis cosas antes de precipitarme hacia la puerta. Me metí en el baño más cercano y me escondí dentro de un cubículo. Estaba incómodamente húmeda y mi coño todavía estaba palpitando. Metí mi mano en mi falda y los dedos en mi interior. No era tan bueno como los del profesor, dedos ásperos y callosos, pero al menos servían para follarme. Di tres golpes duros en mi punto G, mis dedos haciendo un sonido mojado. Abrí mis piernas y deslicé tres dedos en mi interior, sentí como mi vagina se contraía contra mis dedos, una ola de alivio me inundó.
Limpié mis dedos con un poco de papel higiénico y sequé mis empapadas bragas. Seguí imaginándome la cara enojada del profesor, sus palabras condescendientes resonando en mi cabeza. Nunca nadie me había hecho sentir tan inconsciente. Lo voy a conseguir, pensé con rabia. Él va a estar rogando por follarme en poco tiempo.
Con la decisión tomada, me abroché la blusa y me detuve a aplicarme un poco de maquillaje.

Por favor, profesor. »Byun Baekhyun & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora