BaekYeol

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Silencio llena la estancia, solo llego a recordar, un día éramos los mejores amigos, al siguiente me enamoré, ¿cómo fue que sucedió? ¿Tal vez fueran las palabras amables que siempre me dedicaba? A lo mejor los gestos cálidos, mi brazo en su cintura, su sonrisa alegre hacia mí, sus ojos mirándome amistosos, su dulce voz llamándome. A lo mejor fue todo eso. Lo único que sé es que me enamoré perdidamente de él. Podía haberme guardado todos mis sentimientos y no estropear nuestra amistad, pero no le puedo mentir, esa es mi debilidad. Una tarde de juegos en mi casa empezaron la soledad, una foto de él en mi celular, su numero lleno de corazones, una confesión escrita, pude decirle que era para otra persona, yo simplemente dije: para mi Baekhyunnie. Luego junto a sus alejamientos corrió lejos de mi casa, en los pasillos de la escuela me evita, los mensajes que le mando no son contestados, mis ganas de ir a su casa y suplicarle que me perdone siguen creciendo. Pero me abstengo de todo, contengo mis ganas de llorar y le intento sonreír como si nada hubiera pasado, él sólo aparta la mirada y se marcha por el largo pasillo. ¿Eso que suena qué es? Es mi corazón rompiéndose en mil trozos. Millones. Clavándose en mi piel profundamente. ¿Cuándo fue que entré a la cocina? ¿Cómo llegué a estar rodeado de cristales? Yo lo único que veo es su cara de desprecio, sangre corriendo por las baldosas blancas y gritos asustados. Me dormí, estoy completamente seguro de que me dormí y esto es un sueño, pues él está a mi lado. Me rodea con sus brazos, suplicando que no le deje, que me mantenga despierto. Pero yo ya me dormí. Lágrimas escurren por mi rostro, una sonrisa cariñosa se forma en mis labios, mi mano llena de sangre acaricia su mejilla, el también está llorando, y yo no quiero eso. Eso me hace más daño que todos los cristales incrustándose en mi piel, que el cuchillo clavado en mi estomago, que el aire escapando de mis pulmones. Lo ultimo que oigo son sus gritos desgarradores, la sirena de la ambulancia sonando y como todo el ruido se va apagando. Y por fin despierto, desconcertado, pero tranquilo. Recorro con mi vista la sala en la que me encuentro, paredes blancas, mi brazo conectado por un tubo al liquido que cuelga a un lado mío, un pequeño cuerpo que descansa en una silla enfrente de mí. ¿Morí y ahora estoy en el cielo? Yo debería haber ido al infierno, por todo lo que pensé que haría con mi amigo. Acaricio suavemente su pelo, se remueve bajo mi tacto y alza la mirada somnoliento, un pequeño ángel despertó. Sus ojos se abren más cuando ve mi sonrisa, luego, provocando que mi corazón se agite violentamente, se lanza a mi cuello, abrazándome desesperadamente.

-Despertaste, Chanyeol, despertaste- mi corazón se encoje, sucede realmente, me vuelve a hablar, a abrazarme, a sonreírme, a... llorar por mí.

-No llores- susurro limpiándole con mis pulgares las lagrimas que resbalan por su rostro, le sujeto la cara con mis manos, delicadamente, temeroso de romperle si hago un poco más de fuerza. Él cierra los ojos y se apoya en mis manos, una triste sonrisa se asoma en sus labios. He deseado tanto estar de esta manera con él, que ahora soy la persona más feliz del mundo.

-Te quiero- y el mundo se detiene, literalmente, asustado de que verdaderamente sea una ilusión me alejo de él, siento que si le beso todo empezará a desaparecer. Si es mentira quiero vivir eternamente dentro de ella, así que no daré ningún paso en falso. Sus ojos llorosos se abren y me miran arrepentidos, aparto la vista, cada vez que le veo así el aire me falta, y el corazón se estremece, sin darme cuenta siento como se sube encima de mí.

-Esto no puede ser verdad, tú nunca dirías eso, te doy asco- ciertamente, como me miraba aún queda grabado en mi mente, cómo se alejaba de mí todavía se mantiene en mis memorias. Yo sólo quería poder mantenerle entre mis brazos, besar lentamente sus labios, dormir rodeándole con mis brazos. Por desgracia eso quedó como imposible, no puedo abrazarle, besarle, dormir con él. No puedo ni siquiera acercarme. Y soy un estúpido por no poder mentirle.

-Chanyeol, lo siento tanto, tenía miedo de perder lo que teníamos, no quería acabar con nuestra amistad, pero yo realmente te necesito a mi lado- palabras que deseo escuchar son dichas por sus labios, pasa sus brazos por mis costados hasta aferrarse a la parte trasera de la bata, posa su cabeza en mi hombro y llora. Le aprieto más en el abrazo, yo también le necesito, sentir su calidez contra mi cuerpo, oírle gemir en mi oído, probar cada parte de su cuerpo, hacerlo mío.

-Yo también te necesito, pero, Baekhyun ¿estás seguro? No quiero que luego te arrepientas, que te veas atado a algo que no deseas- simplemente deja de hablar y bésale, quítate todos los estúpidos tubos y túmbalo debajo de ti, húndete en su tersa piel, porque sé que si no lo hago pronto moriré.

-Si es contigo jamás me arrepentiré- con esa simple frase el placer recorre cada poro de mi cuerpo, me acerco a su rostro, nuestros labios se encuentran a centímetros, pero todavía tengo miedo, por muy tonto que suene.

-¿Te puedo besar?

-Ya estás tardando- y el miedo desaparece, estoy completamente perdido por él, nuestra amistad pasó a ser mucho más. Espero un final de cuento, un: y vivieron felices para siempre. Cada una de las personas que lo han pasado mal en esta vida necesitan uno. Y todos lo tienen, yo se los concedo.

Volando sin alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora