Comenzaba la mañana con el buen humor de los viernes pues comenzaba el fin de semana, y las clases habían sido muy duras estos últimos días. Especialmente la clase de manejo de armas, en la sección de espada, las cuales impartía el profesor Enif que como era de esperar, era un elfo delio, con su tez broncínea, típica de su raza pelo cobrizo y los ojos color plata. Era un hombre de los más apuestos que había visto en su vida. Las clases con Enif eran duras y tendían a ser las más largas del horario.
Habían veces que Aranel se arrepentía de haber cogido esa clase y se pensaba dejarla ya que era optativa, pero según su tía en su familia la mayoría eran buenos en el arte de la espada o y el arco y ella no quería ser menos.
Tras darse una larga ducha, se cepilló su cabello rubio alisado, se puso algo cómodo y bajó al comedor donde le esperaba su tía Kleia, una mujer a la que se le podía definir como elegante, suponiendo además el título mobiliario que tiene, “Marquesa De Linares” . A pesar de su avanzada edad ciento veintitrés años que no aparentaba. Tenía el cabello corto y negro hasta las orejas y ojos negros. Éstos últimos concentrados en un libro que tenía sobre la mesa
Aranel se acercó a ella y depositó un beso en su mejilla, produciendo una sonrisa en su tía.— ¿Qué tal has dormido?— preguntó sin levantar la vista del libro
—Bien— respondió mientras tomaba asiento — He tenido un sueño maravilloso, en donde cruzaba un portal y llegaba a Galoria y…
—No sigas por allí — levantó la cabeza para mirar a su sobrina —No estás preparada.
—Sólo era un sueño.
—Querida te conozco y sé porqué has sacado el tema.
Aranel ya no pudo disimular más.
—Llevo dos años estudiando magia y con éste el tercero , además de que soy de las mejores de la clase.
Hacía ya dos años atrás que Kleia le había confesado a su sobrina que pertenecían a un mundo que se encontraba en otra dimensión, y éste tenía el nombre de Galoria un mundo donde abundaba la magia y convivían varios tipos de seres mágicos, y desde entonces había querido llegar allí, pero su tía le había dicho que debía aprender magia y desde entonces había asistido al colegio Edelia de enseñanza mágica.
Saburna, una mujer regordeta, de media estatura y vestida de sirvienta , entró al comedor y le sirvió un tazón de leche con tostadas.
—Señora Kleia va usted a querer algo más...
—No, llevate esto— dijo señalando lo que había usado— y que te dije sobre hablarme de usted, tuteame.
—Si ,Señora, osea Kleia— rectificó mientras salía de la sala.
—Querida — dijo con total tranquilidad — se que quieres ir a Galoria, pero no sabes el peligro que correrías.
—¿Qué peligro?— Preguntó Aranel, pero no obtuvo respuesta —me digiste que escapamos de una guerra, y no creo que siga después de diecisiete años ¿verdad?.
Kleia se mantuvo en silencio observando a su sobrina e intentando aplacar el enfado que estaba comenzando a despertar en ella.
—¿verdad?— insistió
—No iras a ningún lugar hasta que estés preparada — golpeó la mesa con las palmas de la mano y se levantó — y eso lo decidirme yo — dicho esto abandonó la sala.
***
Ya en clase Aranel se sintió mal por la discusión con su tía, no estaba acostumbrada a verla de ese modo, tan seria y enfadada.
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La corona de cuarzo
FantasiAranel una joven bruja que está en su tercer año de aprendizaje y vive con su tía, tiene el deseo de ir a su verdadero mundo Galoria pero no sabe el peligro que esto conlleva pues, es la heredera al trono de un reino en Galoria pero otro lo desea as...