C A P I T U L O 8°

911 91 3
                                    


Estiré mis brazos y bostece.

Mire mi armario y camine hasta el para abrirlo, tome unos shorts​ tiró alto azul claro y rasgados, tome una blusa con los hombros descubiertos blanca, tome ropa interior y saque unas tenis blancas de Reebok.

Saque una toalla y camine hasta el baño, me desvestí y me di una larga ducha. Salí de esta y me mire al espejo, me di la vuelta y mi cicatriz que estaba desapareciendo.

Me vestí, aplique mi perfume favorito. Tome una mochila pequeña donde guarde mi celular que cargue en la noche.

Seguí procesando el sueño de anoche, me pareció muy extraño.

Tome las llaves de mi casa y tome dinero que por suerte me dejaron mis padres.

Hoy iría a comprar comida, ni eso hay en esta casa.

Salí de casa y camine hasta el mercado donde compraría frutas.

Compre unas frutillas y también unas mandarinas.

Estaba caminando y alguien me choca el hombro bruscamente, y sentí mi mano abrirse y recibir un papel, giré y era Matteo, mi doctor.

Y se fue sin siquiera dirigirme su mirada ni ninguna palabra.

Mire extrañada como avanzaba rápido.

Abrí el papel y decía: "no confíes en nadie".

Fruncí el ceño, di vuelta el papel y decía: "Camina como si nada".

Aún más confundida obedecí lo que esté papel decía.

Camine hasta mi casa y quedé mirando a la nada.

¿Porque todo es tan extraño?

Lavé unas pocas frutillas y me las comí.

Me cambié de ropa y me puse unos jeans negros pitillo con unas Vans negras, una chaqueta de cuero negra y abajo un crop top negro, si muy emo, me cambié de ropa ya que en un rato me vería con Ámbar.

Me senté en el sofá para ver televisión y la señal se fue cortando.

Mire extrañada, el timbre de mi casa sonó y mire por la ventana.

Era el cartero.

Abrí la puerta y hablé -Hola.

-Hola, usted es Luna Valente?

-Si, soy yo.

El cartero saco una caja, en su brazo pude ver un tatuaje de un ojo, la caja la dejo bajo sus pies.

Se fue sin siquiera hacerme firmar algo. Asustada caminé hasta ella.

Apareció un sonido de una moto con velocidad y esta se estacionó en frente de mi casa, con un hombre con casco y chaqueta de cuero, estaba vestido de negro, estaba montado en una Harley negra.

El hombre saco su casco y era Matteo.

Mierda, se veía sexy.

El miro la caja y luego a mi, se bajó de la moto, yo abrí la reja de mi casa. Para caminar hasta el.

El me miró inseguro, abrió la caja y Dios.

Era una bomba, quedaban 15 segundos.

El tomo mi brazo con fuerza, me jaló y me subió a la moto.

El partió tan rápido que me asusté y me aferre a el.

Se alejó muy rápido, se escuchó el estallido a lo lejos.

Lloré en su espalda y en silencio.

Tenía demasiadas preguntas, demasiadas.

Estaba asustada, totalmente asustada.

Matteo condujo rápido, estuvimos mucho tiempo en la moto a velocidad.

Llegamos a las afueras de la ciudad, llegamos a un lago donde el atardecer estaba bajando, el se bajó y observo el lugar, el camino hasta una cueva y me miro.

-Ven.

Insegura me bajé de la moto y lo mire.

-Yo, no se que ocurre, yo solo estaba en mi casa tranquila, llegó un hombre extraño yo no entiendo nada de verdad, yo solo quiero estar en paz, no entiendo porque tengo que soportar esto, a cada lugar que voy estalla un a bomba, yo solo quiero vivir mi vida normalmente.- mis lágrimas se asomaron en mis ojos, amenazando caer. El estaba serio, sin decir ninguna palabra, pude ver una mirada tan fría que me dió escalofríos.

-¿Como era el hombre?- dijo para cortar el momento incómodo.

-Solo le ví un tatuaje en su brazo.

-¿Como era?

-Era un ojo.

-¿Un ojo?

-Si.

-Bien.

Tomo su celular y me miro -Quedate en la cueva, haré una llamada.

Solo asistí, me senté en una piedra y observé cómo hacía la llamada, se le veía neutro, luego me dió una mirada rápida. Asistió lentamente, corto la llamada y caminó hasta mi.

-Nos quedaremos aquí.

-Espera de que hablas. Ni si quiera se porque me estás ayudando, ni se porque sabías donde vivo. Ni porque fuiste a mi casa justo cuando iba a estallar una bomba.

-Tu dirección estaba en tus datos del hospital.

-Si quiera eres doctor?

-Lo soy.

-Porque la carta que me diste en el mercado.

-No puedes confiar en cualquier persona, es obvio, todo lo que está pasando es peligroso.

-En la única persona que me dan ganas de no confíar es en ti.

Mantuvo su mirada en mi y hablo -Nos quedaremos.

-Y si no me quedo.

-Jajaja dime, como te irás.

-Caminando.

-Claro, caminatas 80 kilómetros a la ciudad donde lo único que quieren es matarte.

-Como sabes que quieren matarme?

-¿No es obvio? Luna por una vez en tu vida obedece, quédate, tienes que estar aqui, yo estaré aquí, piénsalo, ¿Quien te cuidaría allá? ¿Que pasa si mueres?

-Porque te interesa tanto mi seguridad?

-Soy doctor, siempre me preocupo de la seguridad de las personas.

-Solo me quedare esta noche.

-Solo nos íbamos a quedar por la noche, luego volveremos.

-De que hablas, acabas de decir que es peligroso.

-Es peligroso que vayas sola.

-Entonces vamos juntos ahora.

-No, ahora te deben estar buscando, tenemos que ser cautelosos.

-Mierda, está bien, nos quedaremos.

El solo asistió, se subió en su moto y la estacionó más cerca de la cueva.

Estaba oscureciendo.

Me senté en el suelo apoyada de una roca, abracé mis piernas y mire que Matteo se acercó para luego sentarse en frente mío, podía solo ver el brillo de sus ojos mirar los míos.

Mis ojos se cerraron poco a poco. Haciéndome caer en los brazos de Morfeo.







Solos contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora