capítulo 1

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Capítulo 1. El accidente

*Flashback*

-¿Dónde vamos a acampar esta vez papá?-insistió por tercera vez Lara, mi hermana pequeña, bueno solo le sacaba 2 años, ella tenía 14, yo 16.

-Sorpresa…- papá sabía que así la ponía más nerviosa, y eso le encantaba. Al ver la cara impaciente de Lara dijo- tranquila, ya solo quedan 10 minutos, podrás esperar ¿No?- la miró con una sonrisa burlona y esta rodó los ojos.

Vi a mi madre sacando unos discos de un estuche, Lara y yo nos miramos, cuando sabíamos lo que nos esperaba nos echamos las manos a la cabeza, deseando llegar, porque si no nos esperaría un largo concierto de canciones de los 80´ acompañado de nuestros  padres, y la verdad, ellos no sonaban mal, solo fatal. Parecía que estaban en un corral y hubieran sembrado el pánico entre las gallinas en vez de estar cantando. Pero antes de que a mi madre le diese tiempo de hacer nada, una luz cegadora hizo que mi padre perdiese el control del coche y acabáramos cayendo por un precipicio. Me di un golpe en la cabeza y caí inconsciente.

Cuando desperté, no podía abrir los ojos, debido a que estaba muy débil. Tenía miedo de mi familia, de si les hubiese pasado algo. Intentaba reaccionar,  pero cada movimiento me hacía más débil. Mi cabeza iba a estallar. Algunas partes de mi cuerpo estaban acorraladas y notaba como un líquido denso descendía por mi rostro. Cuando me quise dar cuenta, ya me había adentrado en otro profundo sueño.

*Fin del Flashback*

Desperté en una habitación que supuse sería la de un hospital. Al no ver a nadie me asusté, pero no pude moverme debido a que tenía muchos cables enganchados al cuerpo. Al ver la puerta abrirse, supuse que serían mis padres acompañados de Lara, pero me equivoqué. Delante de mí se encontraba un señor que se podía apreciar que era de mediana edad, un poco bajito y encorvado. No sabía que pasaba, solo quería ver a mis padres y a Lara y abrazarlos. Ahora no me acordaba de nada. Solo quería saber que pasaba y lo quería saber ya.

-¿Dónde están mis padres? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí?- Muchas preguntas salían de mí, pero al ver que el hombre no decía nada, me desesperé.- Por favor dígame que pasa y dígamelo ya- dije casi gritando. En ese momento soné un poco maleducada, pero me daba igual, solo quería saber lo que pasaba.

-A ver, Selena ¿no?- asentí.- Bueno, lo, lo siento mucho- dijo casi tartamudeando. Al ver que yo no entendía nada se dispuso a volver a hablar.- Hubo un accidente de coche, y bueno tu tuviste mucha suerte, pero-

-¡Lara, mamá, papá!- grite histérica interrumpiéndolo.

-Lo siento, no pudimos hacer nada por ellos.-

Al oír esas palabras mi mundo se derrumbó y empezaron a brotarme las lágrimas sin darme cuenta, cuando el doctor me abrazó. La verdad es  que lo agradecí, pero no podía parar de llorar, hoy está siendo el peor día de mi vida. ¿Qué iba a hacer sola? ¿Qué iba a hacer sin la sonrisa de mi madre, sin los besos en la mejilla de mi padre, que siempre me daba creyendo que estaba dormida, y que iba a hacer sin las locuras de mi hermana-mi mejor amiga? Muchas preguntas rondaban en mi cabeza, pero ninguna de consuelo.

El doctor se fue separando un poco de mí cuando vio que me había calmado un poco (bueno, todo lo que te puedes calmar sabiendo que tu familia había muerto) me miró con compasión antes de volver a darme un pequeño abrazo.

-Doctor, ¿Qué será de mi ahora?- pregunte entre sollozos.

-Pues, por ahora te quedaras unos días más con nosotros hasta que estés recuperada del todo y luego, bueno al tener 16 años puedes elegir de ir a un internado o a una casa de acogida.- ¿Una casa de acogida? ¿Acababan de morir mis padres y hermana y ya querían buscar un sustituto? ¡JA! Por encima de mi cadáver. Mi familia es insustituible, además, lo que yo no quería ahora era la compasión de la gente, no quería otra familia. Por mi mirada, él se dio cuenta de lo que quería hacer.- ¿De verdad quieres ir a un internado? Podrás tener una nueva familia, no estarás sola.

- Es  que no quiero otra familia, no quiero darle pena a nadie, el que…- de tan solo pensarlo volvía a llorar. El médico me abrazó de nuevo, pero este duro poco.

- Bueno, necesitas descansar, todo esto es muy duro para que lo afrontes tu sola y debes de dormir- Me dedicó una cálida sonrisa – Cualquier cosa que necesitas toca al timbre, vendré yo o alguna enfermera a atenderte.- Asentí con la cabeza y este se fue.

Ahora sí que estaba sola. Había perdido a mi madre, a mi padre, a mi hermana, y ahora las ganas de vivir. Sentía un vacío dentro de mí, parte de mí a muerto, y ya sé que a partir de ahora, no volveré a ser la misma. Me levanté para ir al baño, cuando me di cuenta de que ahora llevaba ropa de hospital, pero eso era lo que menos me preocupaba. Necesitaba llorar, desahogarme, gritar… Me encerré en el baño, en donde los recuerdos me atormentaban, me martilleaban la cabeza y parecía que mi subconsciente lo hacía para reírse de mí, para verme sufrir, para acabar con migo, y lo estaba consiguiendo.

jugando con mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora