Epilogo (pdv Daniel)

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Hacía más de una semana que había golpeado a mi gemelo en un arranque de furia, él sabía que botones tocar pero creo que hasta a él las cosas se le fueron de las manos. Nos empezamos a tratar cordialmente pero faltaba esa confianza que siempre había.

Mire mi móvil y bufe, había pasado más de 1 semana sin señales de Gala; la había llamado, mandado mensajes pero no contestaba. Su representante se negó a darme información, la última vez que pregunte que no sabía dónde estaba, no le había dado su nueva dirección.

Entre a mi habitación y mire extrañado mi almohada, había un carta en ella. Cerré la puerta y me acerque temeroso, no tenía remitente solo ponía mi nombre; la abrí y me senté en la cama, comencé a leerla:

"Escribí esto me resulta muy difícil; primero que todo quiero darte las gracias y pedirte disculpas, de ahora en adelante lo único que necesitas saber de mi es que te extrañare mucho, fuiste un hermoso capitulo en mi vida.

Te voy a pedir un favor aunque sé que no tengo derecho, no te acuerdes de mi si no es escuchando música o cantando una canción, lamento no poder decirte nada en persona pero no quería más que conflictos y recuerdos malos.

Lo nuestro fue una aventura o algo parecido pero nada más allá, tu mirada de cariño hacia mi quiero que la conserves. No estés triste porque eso había terminado antes de empezar.

No quiero ser quien se interponga entre vos y tu felicidad.

Entre lo que plasme en el libro y mis sentimientos hacia vos he decidido que lo mejor es alejarme, si alguna vez nos volvemos a ver espero recordarlo y decirte TE QUIERO, espero que en este momento ya pueda recordar esto como algo hermoso.

Le deje esta misma carta a tu hermano, espero que recompongas tu relación con él y sigan fuertes como siempre

                                                         Un beso, Un abrazo, Un adiós

                                                                                                    Gala "

Una gota mojo la hoja en mi mano, toque mi cara sorprendido, no sabía en qué momento había comenzado a llorar, escuche un ruido proveniente de la habitación de Jesús, me levante de un salto y me encamine hacia allí.

Abrí la puerta y me lo  encontré tan sorprendido como yo, no pude alejar la mirada. Le hice señas para que fuéramos al living, fui hacia allí escuchando que me seguía.


-¿Lo leíste? –señale la carta que todavía tenía en sus manos.

-Si (se aclaró la garganta) la leí ¿Quién te la es escribió? –

-Gala –respondí lo que el seguro sospechaba.

-Perdón (me miro y suspiro) tenía celos, me sentía desplazado –

-Bueno Jesús –

-Quiero hacer las paces (me miro arrepentido) esta tensión entre nosotros esta haciéndonos mal –

-Sí, lo se –

-Ya todos se dieron cuenta –sonrió de lado.

-Aja –me reí por lo bajo, negando, incluso nuestro hermano mayor quiso tener una charla pero nos negamos.

-Estás enamorado (se pasó una mano por el pelo) ¿se lo dijiste? –

-Me hecho de su piso por lo mismo –mis mejillas se colorearon.

El sueño del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora