Capitulo 4

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  Cuando llegaron al pent-house, Elaine lo condujo por las escaleras hasta una de las habitaciones que había en el entre piso.

  Andrew nunca se hubiera imaginado que aquel lugar hubiera tenido dos habitaciones y un baño de aquel tamaño y delante, en la parte donde se lograba ver la parte de abajo, una gran biblioteca llena de libros, y un escritorio tallado con figuras pequeñas y unas sillas afelpadas de color carmín a cada lado.

-Te recomiendo que no juegues mucho con ello, porque si lo tiras y lo rompes Luke no estará muy contento- le dijo Elaine mientras lo veía cómo jugaba con una matrioska que se encontraban en una de las repisas que tenía su habitación. Era pequeña, así que Andrew supuso que tendría solo una más dentro.

-¿Valen mucho?- preguntó mientras la dejaba apoyada nuevamente en el lugar donde había estado para que no se le cayera y no tuviera que liar con un Luke enfadado, que no debía de ser nada bueno, supuso- Que yo vea, está hecha de madera.

-No es por el valor económico… te lo aseguro- comentó y se acercó a tomarla- Sino, por el sentimental- los ojos de Elaine se fijaron en la pequeña pieza de madera, como si su mente viajara a un momento en el pasado, del cual, Andrew no tenía conocimientos.

-¿Sentimental?- preguntó sin entender, sacando a Elaine de sus recuerdos.

  Estaba por contestarle algo, pero de pronto, Dante ingresó con sus bolsos en mano, sacando a Elaine de lo que le iba a contestar.

  Dante parecía que había estado haciendo ejercicio, o eso le pareció a Andrew, por el sudor que tenía en el rostro y, porque algunos mechones colorados de su flequillo estaban pegados en su frente.

-¿Qué sucedió?- le preguntó Elaine algo preocupada, porque sabía que el estado de Dante no se debía a nada relacionado con ejercicios físicos.

-Luke quiere hablar contigo. Yo me quedo con el crio- le contestó de forma cortante y Andrew supuso que Elaine diría algo gracioso, como solía ser, jovial y divertida, pero en cambio, se volteó a mirarlo, y no dijo nada.

  Le sonrió levemente luego de unos segundos que se le quedó mirando y luego se fue sin decir una sola palabra.

-¿Qué sucedió?- le preguntó Andrew, porque le parecía extraña la reacción de Elaine, porque, aunque la conocía desde hacía poco, sabía que esa actitud no era propia de ella.

-No tengo por qué decirte- le contestó y dejó los bolsos sobre la cama- Si necesitas algo estaré afuera, en la puerta.

-¿Por qué?

  Dante se frenó antes de salir de la habitación y se volteó a verlo. Parecía cabreado y Andrew supo que era por sus preguntas.

-¿”Por qué” qué?- le preguntó con los dientes algo apretados y el rostro desfigurado de la rabia.

  Okey, ese Dante se enojaba con facilidad.

-¿Por… por qué estarás fuera de… de la habitación?- preguntó tímidamente mientras encogía un poco su cuello, queriendo hacer como las tortugas de meter su cabeza dentro del caparazón.

-Aun no entiendes nada ¿no capullo?- le dijo con una leve sonrisa en los labios algo sádica.

-La verdad… es que no- comentó con algo de temor por la mirada que aquel hombre le estaba dirigiendo. Fría, dura, calculadora y con un toque de sadismo.

-Entonces te podré a la corriente ¿vale?

-De… De acuerdo- contestó tímidamente mientras se sentaba en el borde de la cama para poder escuchar la historia por parte de Dante, pero Luke se lo impidió, porque apenas comenzó a abrir la boca para contar, el nombrado ingresó por la puerta, mirándolos con interrogación.

Entre el bien y el mal [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora