Te quiero tanto.

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—¡Tiene que haber por lo menos un vuelo a Nueva York¡ —exigió desesperado el rubio frente al counter. 

—Lo lamento señor Agreste, pero acaba de salir el único planificado para hoy —decía la operadora, tecleando lo más rápido que podía en el programa que le permitía hallar los vuelos. —Hay tres disponibles para mañana, pero debemos esperar al pronóstico del tiempo para saber si se llevarán a cabo o no.

—¿Pronóstico del tiempo? ¿A qué se refiere? —preguntó con su corazón palpitándole a mil.

—Se han reportado fuertes vientos y tormentas en la costa este de Estados Unidos, no sabemos a ciencia cierta qué ocurrirá mañana. 

Su semblante cambió a uno totalmente serio y hasta enojado.

—Si hay tanto riesgo, entonces... —suspiró intentando calmar sus incipientes nervios. —¿Por qué demonios dejaron que se fuera el único avión a Nueva York hoy?


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Marinette

Era sólo una niña cuando caí profundamente enamorada de ti. En esta cabeza mía no cabía otro pensamiento que no fuese un muchacho de cabellos como el sol y hermosos ojos verdes. Aún hoy día no puedo olvidarme tan fácilmente de todo lo que hice tan solo para decirte lo que sentía por ti, pero, tal y como mis esperanzas, cada plan falló magistralmente por mi nula capacidad para hablar sin trabarme estando frente a frente. Quisiera haber sido un tanto más valiente para haberte dicho ese día todo lo que he guardado por años, pero no puedo remendar el pasado... Ni estancarme ya en todos los "hubiera" de las situaciones hipotéticas que me parten el alma cada vez más. El esgrima fue un gran ejemplo de aquello, jamás se me hubiera pasado por la mente practicarlo de no haber sido por mi loca idea de acercarme más a ti, aún me siento culpable de haber sido causante de la akumatización de Kagami, de no ser tan egoísta como soy, no me habría importado dejar que ella ingresara a la academia, aunque el resultado habría sido el mismo. 

Aún me recuerdo... nos recuerdo el día en que llegaste a la escuela con esa hermosa sonrisa que nunca me cansé de contemplar aunque sea desde las sombras, pensé que sería un buen día para decirte lo que sentía, pero no iba a dañar tu momento especial, mucho menos cuando le ibas a declarar tu amor a la persona que, indudablemente, se había adueñado de tu corazón. Quizá pasé un día entero llorando, quizá fueron más, quizá lo sigo haciendo... Pero no podía abandonarme a la tristeza cuando tenía un deber mucho más grande e importante que mis líos amorosos. ¿Qué habría hecho París con Ladybug akumatizada? ¿Qué habrías hecho tú, sin tu compañera al lado? No podía simplemente darme de baja y, lo que es más, siquiera pensar en enfrentarme a ti, no sabes cuánto me dolía tener que hacerlo cada vez que caíste bajo el hechizo de un akuma.

—¿De verdad no piensas hacer nada? —reclamó Alya, que se había quedado junto a mí detrás de un muro, con el corazón partido en dos.

—Si él es feliz... —me giré sobre mis talones y regresé a casa aunque la jornada escolar no terminaba. 

Tikki se pasó esa tarde entera regañándome. Y no era para menos, debí haber echo frente a la realidad y continuar con mi vida como era debido... Pero... ¿cómo abandonar todo este amor que se había convertido en mi razón de vivir? Jamás. Ni aunque ponga de cabeza el mundo para simular que te he olvidado.

Desde entonces que mis ojos no han dejado de derramar lágrimas cada que me encuentro en completa soledad. En ese entonces, Tikki se había consagrado como mi más grande apoyo para no caer en un mar profundo de lamentación, nunca estuve tan triste o tan frustrada como para que un akuma se me acercara, y todo gracias a la pequeña kwami. Pero, cuando me despedí de ella, supongo que no tuve remedio alguno, ya me había guardado demasiado dolor intentando compensarlo con la idea de que sería feliz mientras tú lo fueras.

Te quise tanto [2shot || Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora