Cómo sobrevivir a la paternidad según Dylmas [M-Preg] [EDITANDO]

Paso 22: Huir de las viejas roba niños

-¿Por qué nuestras salidas nunca pueden ser normales?- preguntó Dylan, bajando del estante.

-Supongo que es algo O'Brien.- respondió Thomas, saliendo debajo de los pantalones.

-¿Y aquí qué sucedió?- preguntó Kaya, entrando a la tienda.

-Es una larga historia.- comenzó Dylan, buscando a Stiles entre una carreta de calcetines.

-Tengo tiempo.- repuso Kaya.

-Todo empezó con un Stiles aburrido...- comenzó a hablar Thomas, volteando al horizonte.

Una abuelita que lanza chanclas mágicas de otra dimensión y va montada sobre un pony mágico antes...

Stiles llevaba horas llorando.

-¿Qué hice?- preguntaba desesperado Dylan, mirando al techo. -¿Qué hice para merecer este castigo? ¿Le di muy duro a Tommy?- preguntó, bajando la mirada.

-Pervertido.- bufó Thomas, golpeando su cabeza contra la pared.

-¿Le diste el biberón?- preguntó Dylan, con la mirada iluminada, tal vez era eso.

-Le di la vida, ya pensé en todo. Y no se calma.- replicó Thomas, pasándose las manos por la cara.

-¿Y si vamos a dar un paseo?- propuso Dylan.

-Me parece. ¿Qué podría salir mal?- respondió Thomas con una sonrisa.

Nunca se tiene que preguntar "¿Qué puede salir mal?" Porque todo sale mal.

Se subieron al auto, y fue ahí, cuando empezó todo.

Stiles seguía llorando como si no hubiera un mañana. Thomas, ya estaba desesperado, mientras Dylan hacia esfuerzos por no arrancar el volante.

-¡TOMA!- exclamó Dylan, lanzándole cinta adhesiva a Thomas.

-¿Para qué quieres que use esto?- preguntó Thomas, examinando la cinta.

-Para pegársela a Stiles en la boca.- bufó Dylan.

-¡ESO SERÍA MALTRATO INFANTIL!- replicó Thomas, lanzándole la cinta a Dylan, dándole en la cabeza.

-Sí no se enteran, aquí no pasó nada.- repuso Dylan.

-No. ¿Quieres que te lo diga en inglés? Noh.- respondió Thomas.

Después de mucha desesperación por los lloriqueos de Stiles, llegaron al parque, donde darían una vuelta.

Dylan bajó el carruaje, mientras Thomas se peleaba con las manitas de Stiles para poder desabrochar el cinturón del asiento para niños.

-Este jodido carruaje pesa mucho.- jadeó Dylan.

-Y este niño se mueve mucho.- comentó Thomas.

Finalmente, cuando pusieron a Stiles en el carruaje, este se calmó.

-Ay que infeliz.- murmuró Dylan, molesto.

-Pues ni modo, así es la vida.- contestó Thomas, encogiéndose de hombros.

Empezaron a caminar, Dylan empujando el carruaje y Thomas a su lado. Muchas señoras se les acercaban, siempre atraídas por Stiles, quien reía felizmente.